El psiquiatra que fue amigo de los artistas
La Fundaci¨®n Brossa expone el archivo y la colecci¨®n de arte del doctor Joan Obiols
El artista franc¨¦s Jean Dubuffet acu?¨® en 1945 el t¨¦rmino Art Brut para referirse al arte creado por personas ajenas al mundo art¨ªstico, sin formaci¨®n acad¨¦mica y fuera de la cultura oficial, sobre todo, manifestaciones art¨ªsticas llevadas a cabo por ni?os, prisioneros y pacientes de hospitales psiqui¨¢tricos. Dubuffet estar¨ªa encantado con la muestra que inaugur¨® ayer el Espai Joan Brossa de la fundaci¨®n del poeta situado en la calle de la Seca, en el mismo edificio en el que se acu?aron las primeras pesetas. Precisamente una frase de Dubuffet: ¡°Normal significa falta de imaginaci¨®n, falta de creatividad¡± preside Art i Follia. Joan Obiols Vi¨¦. Psiquiatra y humanista, en la que pueden verse alrededor de 60 dibujos creados por pacientes en la consulta del psiquiatra Joan Obiols (Granollers, 1918 - Cadaqu¨¦s 1980) como parte de la terapia a trav¨¦s del arte de la que este doctor y profesor universitario fue precursor, tal y como explic¨® uno de sus seis hijos, Jordi Obiols, comisario, adem¨¢s, de la muestra.
Atento a las novedades en relaci¨®n a las terapias que surgieron en los a?os cincuenta, el psiquiatra Obiols se interes¨® por el potencial curativo de las diferentes formas art¨ªsticas, que por otro lado le apasionaban, como el dibujo, la pintura, la escultura y la m¨²sica, adem¨¢s del teatro. Obiols propici¨® el uso de la musicoterapia y el psicodrama y cre¨® la primera secci¨®n de Terapia para el Arte en un centro sanitario espa?ol, el Hospital Cl¨ªnico de Barcelona. Impuls¨® la Sociedad Internacional de la Psicopatolog¨ªa de la Expresi¨®n y en 1954 organiz¨® en Barcelona el Congreso Internacional de Arte Psicopatol¨®gico. ¡°Aplic¨® est¨¢s t¨¦cnicas entre sus pacientes y public¨® y expuso las obras que produc¨ªan resaltando su fuerza expresiva y su car¨¢cter terap¨¦utico¡±, resalt¨® Obiols hijo.
S¨ªndrome acumulativo
¡°Mi padre ten¨ªa una especie de s¨ªndrome acumulativo, lo guardaba absolutamente todo, no se desprend¨ªa de nada¡±, prosigue el v¨¢stago. Entre ellos, un millar de dibujos realizados por pacientes en los que pueden verse personas esgrimiendo amenazantes cuchillos, otros envueltos en terror¨ªficas dudas y miedos paralizantes y los que, ante un problema de obsesi¨®n sexual, le piden literalmente a su doctor: ¡°Ajudim Dr. Obiols¡±.
Si se levanta la vista, puede verse el retrato de unas 80 personas (de las 600 que hizo) que miran, en una especie de retablo. Son los pacientes de Obiols que fotografi¨® con su c¨¢mara, mostrando toda su crudeza y el sufrimiento de la soledad del enfermo mental. No se sabe d¨®nde los hizo, ni los nombres de estas pobres personas, porque en los clich¨¦s no lo indic¨®. Seguro que son de los a?os cuarenta y cincuenta de lugares que visitaba como Sant Boi, el Frenop¨¢tico o el Instituto Pere Mata de Reus. ¡°Muchas ma?anas de domingo, antes de ir al Mercat de Sant Antoni, nos dejaba en el coche rodeado de pacientes mientras hac¨ªa su trabajo¡±, recuerda Jordi Obiols.
¡°Sacadlo de aqu¨ª¡±, grit¨® Gala
Uno de los amigos de Joan Obiols fue Dal¨ª, al que le dedic¨® una obra en 1970. Durante a?os, lo visitaba en Portlligat una vez por semana. En julio de 1980, despu¨¦s de hacer el seguimiento del paciente en su propio estudio, fue al cuarto redondo donde Gala le esperaba para abonar la visita. Cuando la esposa de Dal¨ª se agach¨® para sacar el dinero, el m¨¦dico cay¨® desplomado sobre ella tras sufrir un infarto. Gala, aterrorizada, llam¨® a gritos a los que hab¨ªa en la casa con el ¨²nico prop¨®sito de que al pobre Obiols lo sacaran de su estancia secreta. Entre sollozos gritaba sin parar: ¡°Sacadlo, sacadlo de aqu¨ª, no vayan a pensar que lo he matado yo¡±.
Hombre de extremada vitalidad y curiosidad intelectual, adem¨¢s de extrovertido y sociable, mantuvo una vida intensa de relaciones sociales y de amistad que se fragu¨® en las representaciones teatrales, conciertos y veladas en su casa en las que se mezclaban personajes de la resistencia cultural y de las corrientes de vanguardia. En su vivienda de la calle Calvet se vieron obras de Sartre, O¡¯Neill o del propio Joan Brossa, ¡°era para mi un gran amigo solar¡±, dijo el contrapoeta en el obituario que le escribi¨® en Serra d¡¯Or. A Brossa se le ve en algunas de las filmaciones realizadas por Obiols y recuperadas para la exposici¨®n, travestido o ridiculizando al poder. Entre los amigos de Obiols de los a?os cincuenta est¨¢n Antoni T¨¤pies, J. J. Tharrats, Joan Pon? y todos los miembros de Dau al Set. M¨¢s tarde fue uno de los impulsores del Club 49, donde los amantes del jazz y la m¨²sica contempor¨¢nea de Barcelona segu¨ªan los pasos de Ge?rgy Ligeti, Stockhausen o John Cage. En su casa se pudieron ver los primeros conciertos de Els Setze Jutges, Mestres Quadreny y Carles Santos. De muchos de estos artistas coleccion¨® obras. ¡°Se mov¨ªa por sus pasiones, no fue un coleccionista al uso¡±, resalta su hijo. Compraba obras de artistas j¨®venes y casi desconocidos que luego fueron crecieron como Sergi Aguilar, Rafael Bartolozzi, Xavier Corber¨® y Modest Cuixart, Joan Pere Viladecans, Mois¨¨s Vill¨¨lia y Zush, adem¨¢s de Perejaume, al que protegi¨® e impuls¨® desde que ten¨ªa 16 a?os.
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