El pueblo ¡®roba¡¯ las llaves de Meir¨¢s y del palacio de Cornide a Franco

Carmen Polo, La Collares, fren¨® la comitiva al descubrir a su paso ante una joyer¨ªa, y cuando comprob¨® que estaba cerrada amenaz¨® con presentar una denuncia en la oficina municipal de atenci¨®n al consumidor por "incumplimiento del horario" comercial. Despu¨¦s, su esposo, el general¨ªsimo Francisco Franco, sac¨® del bolsillo un viejo manojo de llaves para demostrar al pueblo que es el "leg¨ªtimo propietario" del pazo de Meir¨¢s y el palacio de Cornide. Y varios coru?eses presentes entre el p¨²blico se le abalanzaron encima para arrebat¨¢rselas. La marcha organizada ayer en A Coru?a por la Comisi¨®n Aberta en Defensa do Com¨²n para reclamar a los Franco la Casa Cornide estuvo cuajada de sobresaltos e incidentes. Pero ninguno se sal¨ªa del gui¨®n, todos estaban previstos dentro de una ceremonia teatralizada con la que se pretend¨ªa ¡°informar¡± a los ciudadanos de la historia de una "puja farsa", la subasta supuestamente ama?ada por la que el dictador y su esposa lograron discretamente en 1962 la propiedad del palacete barroco.

La comitiva recorri¨® la distancia entre Mar¨ªa Pita y la calle Damas, donde est¨¢ la casa Cornide, en el coraz¨®n de la Cidade Vella, encabezada por el propio Franco (el actor Fernando Mor¨¢n), Carmen Polo (Isabel Risco) y Felipe VI (Moncho Iglesias), adem¨¢s del alcalde del momento, Alfonso Molina, y el banquero Pedro Barri¨¦ de la Maza. Otro de los sustos de la jornada lo sufri¨® el actual rey de Espa?a, mientras se dirig¨ªa a los asistentes en gallego y comenz¨® a leer decretos firmados por su padre, Juan Carlos I, d¨ªas despu¨¦s (Decreto Ley del 26 de noviembre de 1975) de morir el dictador. Por ley conced¨ªa a la familia, con car¨¢cter hereditario, los t¨ªtulos de Se?or¨ªo de Meir¨¢s y Ducado de Franco. Y resum¨ªa los 40 a?os de dictadura como ¡°gloriosa etapa hist¨®rica de nuestra Patria¡±, tal y como record¨® ayer Defensa do Com¨²n.

En el ¨¦xtasis de su discurso, Felipe VI fue abucheado al grito de ¡°f¨®ra, f¨®ra, f¨®ra¡± y varios presentes le arrancaron los decretos de las manos y los rompieron en mil pedazos mientras el p¨²blico ovacionaba a los rebeldes. Aunque la peor parte se la llev¨® Franco, cuando aire¨® las llaves que ¡°legitimaban¡± la propiedad y empezaron a increparlo: ¡°?Ladr¨®n, ladr¨®n!¡±. Pese a todo, tanto el Rey como el caudillo y La Collares, es decir, Iglesias, Mor¨¢n y Risco, lograron pronunciar completos los textos que tra¨ªan preparados ante los m¨¢s de 150 participantes en la marcha.

Franco anunciaba que iba a aprovechar su visita a la ciudad para ir a animar por la tarde al Deportivo en su partido en Riazor contra el Reus, y sin soluci¨®n de continuidad hizo repaso a algunos de los fusilamientos de republicanos coru?eses en la guerra, como el del alcalde Alfredo Su¨¢rez Ferr¨ªn y varios l¨ªderes sindicales, o el de Jos¨¦ Mi?ones, diputado del Frente Popular. La muerte de este republicano fue, admiti¨® hoy Francisco Franco/Fernando Mor¨¢n, ¡°una operaci¨®n muy bien planificada: primero lo fusilamos; despu¨¦s confiscamos sus propiedades; despu¨¦s multa a la familia y luego Barri¨¦ consigui¨® Electra Popular, empresa de Mi?ones, a precio de saldo, que se sumaba a Fenosa. ?Genial!¡±.

¡°La subasta ama?ada de la Casa Cornide que organizamos fue un ¨¦xito total¡±, se congratul¨® acto seguido el dictador, que al igual que el rey ficticio hablaba en gallego. En esta operaci¨®n tambi¨¦n hab¨ªa intervenido Pedro Barri¨¦, conde de Fenosa. Concurri¨® a la puja municipal en agosto de 1962 y solo tuvo como rival a un falangista que Defensa do Com¨²n define como ¡°hombre de paja¡±. Logr¨® la propiedad por 305.000 pesetas e inmediatamente anunci¨® que se la transmitir¨ªa a Carmen Polo, que llevaba a?os deseando tener casa en A Coru?a para no verse obligada a abrir Meir¨¢s en cada visita a la zona.

¡°Quiero agradecer su patriotismo¡±, clam¨® a los pies de la casa Cornide un Franco disfrazado, pero plet¨®rico en el mediod¨ªa fr¨ªo y moment¨¢neamente sin lluvia. Para el ej¨¦rcito sublevado fue ¡°muy emocionante recibir el material enviado por Barri¨¦ para nuestras tropas: 6.100 latas de conserva, 15.000 pastillas de jab¨®n La Toja, 240 kilos de jab¨®n especial para la tropa, 1.000 botellas de auga de Mondariz¡­¡±, enumer¨® el dictador, para luego dar un salto al presente y contrastar la pujanza pret¨¦rita con la situaci¨®n actual del aquel imperio que lleg¨® a dominar el empresario y banquero. ¡°?Que foi de Fenosa, xa non ¨¦ nosa?¡±; ¡°?y del Banco Pastor, que tiene nuevo due?o cada seis meses?¡±; ¡°estoy sorprendido porque estos de Naturgy anuncian ahora que van a cerrar tambi¨¦n el Museo de Arte Contempor¨¢neo...¡±. Los agradecimientos pasaron despu¨¦s al ingeniero y alcalde Alfonso Molina, otro de los prohombres de Franco que propici¨® con Barri¨¦ la entrega de Meir¨¢s y de Cornide.

Cuando le toc¨® el turno, Carmen Polo/Isabel Risco, sobria pero cargada de collares de perlas y calzada con zapatos blancos, record¨® lo mucho que le gustaba ir a misa a la Colegiata de Santa Mar¨ªa, y lo bien que le vino hacerse con la titularidad del palacio de Cornide, situado frente a frente del atrio de este templo. ¡°Era una incomodidad tener que desplazarme. As¨ª que gracias a la colaboraci¨®n coordinada del ministerio de Hacienda, el Ayuntamiento de La Coru?a y el Ministerio de Educaci¨®n pudimos conseguir esta nueva residencia¡±.

¡°Recuerdo con especial agrado aquellos tiempos en que visitaba monasterios o lugares de inter¨¦s tur¨ªstico y, con una sola indicaci¨®n, al d¨ªa siguiente llegaba un cami¨®n del Ej¨¦rcito para cargar los caprichos elegidos para llevarlos al pazo de Meir¨¢s", sigui¨® parodiando Risco. "As¨ª fue como en 1960 consegu¨ª, por ejemplo, dos pilas de piedra de la iglesia rom¨¢nica de San Xiao de Moraime en Mux¨ªa¡±, reconoci¨® la falsa esposa del jefe de Estado. ¡°Qu¨¦ agradables eran los paseos por las calles de La Coru?a, visitando tiendas de antig¨¹edades y joyer¨ªas, siempre muy bien recibidos y obsequiados con numerosos regalos¡±.

Por ¨²ltimo, la Carmen Polo de la s¨¢tira organizada por Defensa do Com¨²n dio gracias por la pensi¨®n de viudedad que le concedieron en la Transici¨®n, porque ¡°superaba el salario del presidente del Gobierno y se mantuvo independientemente del Gobierno de turno¡±, dijo. ¡°Adem¨¢s, conservamos todas las tierras y propiedades que fuimos apa?ando durante 40 a?os, que se vieron multiplicadas por recalificaciones y pelotazos urban¨ªsticos, concedidos graciosamente por los gobiernos municipales. Se cumpl¨ªa as¨ª lo que ya adelantaba el Caudillo: 'Todo queda atado y bien atado¡±, zanj¨®.