Milagros y prodigios de la Generalitat
Excepto para aquellos que se ponen una venda en los ojos, no hay duda que estamos en el comienzo de una nueva etapa del ¡®proc¨¦s¡¯
El martes pasado tuvo lugar en el Sal¨®n de Sant Jordi del Palau de la Generalitat el acto de presentaci¨®n de una curiosa entidad privada, radicada en B¨¦lgica, denominada ¡°Consell per la Rep¨²blica¡±, cuyos presidente y director son, respectivamente, Carles Puigdemont y Toni Com¨ªn, expresidente y exconsejero de la Generalitat, ambos acusados de cometer graves delitos y en situaci¨®n de pr¨®fugos de la justicia.
Al acto, revestido de la m¨¢xima formalidad protocolaria, asistieron el presidente de la Generalitat Quim Torra, su vicepresidente Pere Aragon¨¨s, los dem¨¢s miembros del Govern, el president del Parlament Roger Torrent encabezando a parte de la Mesa, el expresidente Artur Mas y los m¨¢ximos dirigentes de las formaciones que integran el Govern, as¨ª como los dirigentes de las entidades separatistas. En definitiva, el independentismo estaba representado en pleno. Como es de rigor, la ceremonia fue retrasmitida por TV3.
Desde B¨¦lgica intervino por videoconferencia Carles Puigdemont, al que todos los asistentes, puestos en pie, recibieron con un largo aplauso. Explic¨® que el objetivo del Consell era ¡°aplicar el mandato del 1-O¡± y ¡°avanzar por la v¨ªa de los hechos¡± (es decir, no por la v¨ªa del Derecho) para ¡°llegar ah¨ª donde el Govern y el Parlament no pueden¡± (porque la Constituci¨®n y las leyes lo impiden), a?adiendo que dicho Consell actuar¨ªa como una ¡°palanca para caminar hacia la independencia¡± (es decir, hacia el supuesto mandato del 1-O).
Ahora bien, precis¨® Puigdemont, la nueva entidad se inscribir¨¢ como asociaci¨®n en B¨¦lgica y su financiaci¨®n ser¨¢ privada. Esta condici¨®n jur¨ªdica le permitir¨¢ actuar ¡°con las manos libres¡±, ¡°sin los cors¨¦s ni amenazas del Estado espa?ol, porque a nosotros no nos podr¨¢n aplicar ning¨²n 155¡±. Qued¨® claro que, en todo caso, este Consell estar¨¢ relacionado con el Parlament mediante ¡°l¨ªneas estables y regulares de coordinaci¨®n¡± y trabajar¨¢ conjuntamente con la sociedad civil.
Excepto para aquellos que se ponen una venda en los ojos porque les interesa dar sensaci¨®n de normalidad, no hay duda que estamos en el comienzo de una nueva etapa del proc¨¦s y que, si la autoridad no lo impide, estar¨¢n representados en el Consell cargos electos, cientos de asociaciones y simples ciudadanos, a los efectos de establecer un sistema de ¡°doble poder¡± y, por tanto, una dualidad de legitimidades, vieja estrategia subversiva, en este caso contra una democracia, no contra una dictadura.
El t¨¦rmino ¡°golpe de Estado¡± aparece de nuevo en el vocabulario pol¨ªtico espa?ol. La ¡°marcha sobre Roma¡± de Mussolini en 1922 o las semanas posteriores al acceso de Hitler a la canciller¨ªa de Berl¨ªn en 1933, fueron golpes de Estado sin intervenci¨®n de los ej¨¦rcitos y sin necesidad de violencia f¨ªsica. Pero se destruyeron dos democracias y se pusieron los cimientos de dos dictaduras: esta es la realidad, p¨®nganle el nombre que quieran.
?Estamos indefensos los que aceptamos la legalidad democr¨¢tica y s¨®lo a partir de ella podemos aceptar el cambio de las reglas constitucionales? ?Qu¨¦ se puede hacer ante una estrategia tan imaginativa? El domingo pasado, el prestigioso catedr¨¢tico de Derecho Administrativo Santiago Mu?oz Machado public¨® en La Vanguardia un agudo art¨ªculo (El protagonismo de los jueces) en el que, refiri¨¦ndose al caso catal¨¢n, resaltaba las dificultades para resolver casos evidentemente antijur¨ªdicos cuyos supuestos de hecho no estaban contemplados espec¨ªficamente en las leyes.
?Qui¨¦n pod¨ªa suponer que se llegar¨ªa a una situaci¨®n en la cual un pr¨®fugo de la justicia, desde un pa¨ªs extranjero, podr¨ªa dirigir la Generalitat presidida formalmente por un vicario suyo? La letra de la ley no contempla tal supuesto porque el legislador ni siquiera hab¨ªa imaginado una situaci¨®n tan rocambolesca y anormal. Sin embargo, los poderes p¨²blicos ¡ªen especial, el Gobierno y la Fiscal¨ªa¡ª no pueden permanecer inermes ante tan evidente fraude de ley y, a?adir¨ªa, fraude tambi¨¦n democracia. Ni tampoco los jueces, por ley, pueden dejar de emitir un fallo en una sentencia razonada en t¨¦rminos jur¨ªdicos
Ciertamente, la imaginaci¨®n de Puigdemont alcanza grados inimaginables, quiz¨¢s es finalmente la ¡°imaginaci¨®n al poder¡± del mayo del 68. Valle Incl¨¢n bautiz¨® la corrupta ¨¦poca de Isabel II como ¡°La Corte de los milagros¡±, Eduardo Mendoza la violenta Barcelona de hace un siglo como ¡°La ciudad de los prodigios¡±. Es de esperar que un novelista actual o futuro escriba un libro al que ponga por t¨ªtulo ¡°La Generalitat de los milagros y los prodigios¡±. Desde luego, hay tema.
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