Jordi Colomer se convierte en ¡®mecenas¡¯ en L¡¯Hospitalet

Ha sido bautizada La Infinita y el nombre ya es una declaraci¨®n de intenciones. Se trata de la nueva plataforma para la creaci¨®n, investigaci¨®n y producci¨®n art¨ªstica creada por el artista Jordi Colomer y su compa?era, la productora de origen chileno Carolina Olivares, que abrir¨¢ sus puertas el pr¨®ximo 17 de noviembre en L¡¯Hospitalet de Llobregat. ¡°Es el espacio que como artista quisiera tener¡±, asegura Colomer, que ha dise?ado el proyecto arquitect¨®nico junto con Albert Garc¨ªa Alzorriz, su colaborador tambi¨¦n en la formalizaci¨®n de su obra para el Pabell¨®n de Espa?a en la Bienal de Venecia 2017. Muchos elementos tanto conceptuales como pr¨¢cticos (tarimas, carpinter¨ªa...) de aquel proyecto, que mezclaba artes visuales y performance(¡°artes en vivo¡±, prefieren definirlas), sirven de embri¨®n para La Infinita. ¡°Con la crisis, los expertos preconizaron que las grandes empresas culturales abandonar¨ªan Barcelona para irse a la periferia, donde podr¨ªan contar con espacios m¨¢s grandes, vers¨¢tiles y baratos. As¨ª naci¨® el Distrito Cultural de L¡¯Hospitalet¡±, explica Olivares, destacando que acertaron solo parcialmente en su predicci¨®n, ya que los que se mudaron fueron los creadores independientes, m¨¢s de 250 entre artistas de diferentes disciplinas, dise?adores y arquitectos, que en menos de dos a?os se han establecido en L¡¯Hospitalet

?¡°La idea es servir de aglutinador y proporcionar un espacio para los que no pueden costearse un estudio personal o que, aunque pudieran, prefieren trabajar en din¨¢micas colectivas y colaborativas¡±, contin¨²an, mientras pasean por el hermoso espacio inundado de luz natural, en el tercer piso de un an¨®nimo edificio en la avenida Carrilet, 237. ¡°Adem¨¢s de reciclar las estructuras de Venecia, tambi¨¦n usamos las estanter¨ªas y otros elementos de la imprenta que nos precedi¨® y que cerr¨® en 2008 por la crisis¡±, indican.

¡°Habr¨¢ tres estudios para los artistas en residencia con una zona para trabajar y otra para dormir, laboratorios y salas colectivas para construir, ensayar, editar y, claro, presentar los trabajos¡±, explica Colomer, que abandonar¨¢ su taller de Poblenou para trasladarse con sus obras a La Infinita, espacio que, de hecho, considera una obra m¨¢s. ¡°Es parte del trabajo de un artista ampliar su campo de acci¨®n, favorecer las sinergias transgeneracionales y apostar por una acci¨®n solidaria y coherente¡±, asegura.

As¨ª lo viven tambi¨¦n los primeros tres residentes, los brit¨¢nicos Duncan Gibbs y Joe Highton y el sobrino del artista, V¨ªctor Ruiz Colomer, cuyo proyecto consiste, precisamente, en poner en marcha La Infinita, activ¨¢ndola con un programa de conciertos, talleres, intercambios, eventos esc¨¦nicos e iniciativas pedag¨®gicas, que marcar¨¢n sus l¨ªneas directrices. ¡°A los residentes pedimos que durante su estancia realicen tres actividades p¨²blicas, un taller y, por supuesto, que estrenen su creaci¨®n¡±, indican, asegurando que apostar¨¢n por mini festivales, m¨¢s que por exposiciones convencionales.

Econom¨ªa de trueque

Si bien en pr¨¢ctica se trata de una singular forma de mecenazgo, el proyecto nace como una asociaci¨®n autogestionada, abierta a quien se quiera apuntar, fundada por Colomer y Olivares con la complicidad del poeta y activista cultural Eduard Escoffet y la productora Marta Oliveres, que fue jefa del departamento de artes visuales y esc¨¦nicas del Institut Ramon Llull hasta hace poco. ¡°Nos encantan los milenials y su forma de hacer, as¨ª que hemos planteado una econom¨ªa de trueque, como en el caso del colectivo de m¨²sicos Pumarejo, que nos presta sus equipos a cambio de sitio. Tambi¨¦n somos conscientes de que para funcionar y pagar la hipoteca necesitaremos dinero¡±, explica Olivares, denunciando que no pueden optar a las ayudas ya que, pese a su dilatada carrera, La Infinita no tiene los dos a?os de trayectoria necesarios para obtener financiaci¨®n institucional.