El tenor Piotr Beczala encandila al Liceo con su intenso lirismo

En una temporada de conciertos que anda algo escasa de grandes voces, el tenor polaco Piotr Beczala encendi¨® la pasi¨®n l¨ªrica en su regreso al Liceo, el s¨¢bado, bien acompa?ado por la orquesta del coliseo barcelon¨¦s bajo la solvente direcci¨®n de Marc Piollet. Apost¨® por el repertorio italiano como plato fuerte de un programa trillado, repleto de arias tan famosas como exigentes: las interpret¨® con agallas y temperamento, cautivando al p¨²blico con intenso lirismo y luminosos agudos.?

En el canto de Beczala dominan los matices m¨¢s delicados. La t¨¦cnica es segura; tambi¨¦n lo es el instinto, con una atracci¨®n por algunos papeles de tenor l¨ªrico spinto que piden m¨¢s cuerpo a su bella voz de tenor l¨ªrico. Luci¨® un fraseo de desbordante expresividad, pero no pudo maquillar sus l¨ªmites en los momentos de mayor fuerza dram¨¢tica. En todo caso, compens¨® cualquier carencia con entrega y generosidad vocal.

Empez¨® con Giuseppe Verdi, cantando con arrojo Quando le sere al placido, de Luisa Miller, ¨®pera que protagonizar¨¢ en julio de 2019 en el montaje que cerrar¨¢ la temporada del Liceo. Con la voz ya templada, luci¨® un fraseo efusivo en la dificil¨ªsima Celeste Aida, aria que remat¨® con el si bemol agudo final en pianissimo que Verdi ped¨ªa diminuendo y morendo en la partitura, y que no sali¨® del todo inmaculado.

Aunque, por sus caracter¨ªsticas vocales, la ¨®pera francesa le brinda oportunidades de lucimiento, solo ofreci¨® una p¨¢gina de este repertorio, el aria de la flor de Carmen, de Georges Bizet; fue la m¨¢s emocionante interpretaci¨®n de una primera parte que acab¨® con la ¨²nica sorpresa del programa, una rom¨¢ntica aria de Halka, de Stanislaw Moniuszko, el m¨¢s emblem¨¢tico t¨ªtulo de la ¨®pera nacional polaca.

Tras la brillante obertura de El carnaval romano, de Hector Berlioz, el concierto fue in crescendo en una segunda parte ba?ada por el apasionado lirismo de Giacomo Puccini y los m¨¢s representativos maestros del verismo italiano. Tenor d¨²ctil, Beczala fue ganando intensidad en los acentos, ofreciendo convincentes interpretaciones de arias de Tosca, Adriana Lecouvreur, de Francesco Cilea, y Andrea Ch¨¦nier, de Umberto Giordano.

El programa se cerr¨® con m¨¢s Puccini y el siempre arriesgado Nessun dorma, de Turandot, que resolvi¨® con valent¨ªa. Ya en el turno de propinas, entre aplausos atronadores, derroch¨® acentos conmovedores en tres arias de Tosca, Fedora, de Giordano, y Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni.