¡°Nunca cortar¨ªa un ¨¢rbol para hacer la escultura de un santo¡±
Jordi Gispert expone su obra en la galer¨ªa barcelonesa Arte Aurora
La galer¨ªa barcelonesa Arte Aurora (Trafalgar 36) acoge una exposici¨®n representativa de Jordi Gispert, uno de los artistas m¨¢s ins¨®litos, personales, multifac¨¦ticos y de largo recorrido de nuestro panorama. Perspectiva ut¨®pica(hasta el 10 de diciembre) incluye obras de los ¨²ltimos a?os de Gispert (Barcelona, 1957), espercialmente pintura y escultura que el creador presenta como una invitaci¨®n a la ¡°hermen¨¦utica visual¡±, que define como la propuesta al observador, a trav¨¦s de la contemplaci¨®n, a dejarse vencer por un sentimiento intuitivo y diluir la barrera ilusoria entre el uno mismo (¡°la mismidad¡±) y el mundo.
El gusto del artista por las palabras, una po¨¦tica que parece enraizarse en una personal psicodelia y los conceptos abstractos ¡ªa veces extravagantemente abstractos, como cuando habla de ¡°metanarraci¨®n autorreferencial¡±, que ya es asunto¡ª, se combina sin embargo con una capacidad casi sobrenatural de trabajo sobre los materiales, una vena pr¨¢cticamente artesana, en el sentido en que lo eran, artesanos, los constructores de catedrales y los art¨ªfices de las grandes obras de arte medievales, y que caracteriza toda su producci¨®n.
Jordi Gispert, que realiz¨® su primera exposici¨®n en 1980, es, no lo olvidemos, el autor de obras como los impresionantes bajorrelieves en cemento, murales esculpidos directamente sobre hormig¨®n armado con la superposici¨®n de apliques y encastes de gres de colores; la colecci¨®n de pinturas surrealistas bautizada como El paisaje m¨¢s largo del mundo, o los no menos incre¨ªbles y monumentales tableros y paneles con superposici¨®n de maderas naturales recuperadas de contenedores de escombros (¡°naturalezas muertas recicladas¡±) y que constituyen, aparte de su belleza procedente del obsesivo y virtuoso trabajo sobre la materia (Gispert puede pasar a?os puliendo y esculpiendo), una reflexi¨®n sobre la manipulaci¨®n de la naturaleza.
¡°Nunca cortar¨ªa un ¨¢rbol para hacer la escultura de un santo, es m¨¢s hermoso el ¨¢rbol vivo¡±, afirma Gispert, que coloca su proyecto art¨ªstico y vital gen¨¦ricamente bajo el neologismo de su invenci¨®n Econsciencia, mezcla de ecolog¨ªa, ciencia y conciencia,. Mitolog¨ªas personales aparte, la obra de Gispert no deja indiferente y provoca la inquietante sensaci¨®n de haber brotado de una mano y una mente que se mueven en par¨¢metros y dimensiones distintos de los habituales.
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