Hip¨®tesis sobre Vox

Un amigo de Sevilla me advirti¨® de que Vox tendr¨ªa muchos apoyos en las auton¨®micas andaluzas. La verdad es que me extra?¨® y le cre¨ª a medias. Pero tuvo raz¨®n, buen olfato el suyo. Yo me equivoqu¨¦ de medio a medio. Es m¨¢s, el ¨¦xito de Vox ha desbordado todas las previsiones. ?Por qu¨¦ esta rutilante aparici¨®n en escena? ?Qu¨¦ es Vox? Estos interrogantes me los he planteado desde el d¨ªa siguiente a las elecciones. En la prensa han aparecido todo tipo de calificativos: es un partido fascista, es un partido muy conservador, es la derecha extrema, es la extrema derecha, est¨¢ en la l¨ªnea de los populismos de derecha europeos, es muy distinto a Le Pen y a Salvini, es como los gobiernos h¨²ngaro y polaco, es como Trump¡­ Y as¨ª podr¨ªamos seguir.

Entre todo este barullo terminol¨®gico, mis conclusiones a¨²n no resultan s¨®lidas, no tengo claro el perfil concreto de Vox y dudo sobre lo que les voy a exponer. T¨®menselo, pues, como meras hip¨®tesis, primeras aproximaciones a un fen¨®meno que comienza y que falta ver hasta d¨®nde llega.

Dos opiniones, bastante coincidentes, me han servido para comprender su excelente resultado. En primer lugar, un art¨ªculo de I?aki Ellakur¨ªa en Letras Libres insin¨²a que se trata del voto de los ¡°indignados de la derecha¡±, tal como el 15-M y Podemos eran los indignados de la izquierda. En segundo lugar, otro amigo me envi¨® un correo justo el d¨ªa despu¨¦s de las elecciones en que buscaba la explicaci¨®n del resultado en la tercera ley de Newton, en el principio de acci¨®n/reacci¨®n: ¡°Por cada acci¨®n existe una reacci¨®n igual y opuesta¡±. Ambas reflexiones, creo, nos ponen en la pista del origen del fen¨®meno porque explican los cuatro rasgos principales del ideario de Vox. Veamos.

El primer rasgo es un nacionalismo espa?ol a la antigua, el propio de la derecha cl¨¢sica, a la misma altura del nacionalismo catal¨¢n aunque de signo opuesto. Un nacionalismo identitario duro, basado en los mitos hist¨®ricos, los s¨ªmbolos, la lengua castellana, y los valores tradicionales de ra¨ªz cat¨®lica. Espa?a es un t¨¦rmino sagrado por el cual, si es preciso, se debe luchar y morir. Este punto de partida le lleva a considerar que el Estado de las autonom¨ªas tiene la culpa de los separatismos y propone suprimirlo, reemplazarlo por un Estado centralista. En esto ayuda una percepci¨®n muy difundida: que los gobiernos y administraciones auton¨®micas son organismo caros e ineficaces, un despilfarro que pagan los espa?oles en provecho de unas clases pol¨ªticas y unas burocracias regionales in¨²tiles. Todo esto ¡ªjunto con la infumable imagen del actual nacionalismo catal¨¢n¡ª da votos. El segundo rasgo, un cl¨¢sico de la extrema derecha actual y relacionado ideol¨®gicamente con el anterior, es el rechazo a la inmigraci¨®n, de la cual s¨®lo se quiere ver su falsa faceta tenebrosa, el terrorismo y la inseguridad p¨²blica, sin apreciar los beneficios que ofrece ante el descenso de la tasa de crecimiento demogr¨¢fico y la necesidad de mano de obra. Detr¨¢s de ello hay sentimientos de xenofobia y racismo.

El tercer rasgo, de indudable atractivo para muchos, es la ruptura con determinados dogmas actuales propios de la correcci¨®n pol¨ªtica de izquierdas asumidos en buena parte por la derecha. El dogma estrella es el nuevo feminismo pero tambi¨¦n lo son otros aspectos contrarios a los valores morales tradicionales como el aborto, los matrimonios gay y el movimiento LGTBI, as¨ª como la memoria hist¨®rica o los toros, entre otros. La claridad con la que Vox se manifiesta en relaci¨®n a estos temas atrae a muchos que rechazaban la tibia manera de afrontarlos por parte del PP.

Por ¨²ltimo, cuarto rasgo, a la manera de los populismos de derecha europeos Vox tambi¨¦n tiene, como buen partido nacionalista, un componente anti-establishment cosmopolita: euroescepticismo ¡ªesa in¨²til burocracia de Bruselas¡ª y un proteccionismo antiglobalizador, al modo de Trump, en defensa del Estado.

En definitiva, Vox puede encuadrarse en una ideolog¨ªa nacionalista, antimoderna, populista y extremadamente conservadora e iliberal. Probablemente son los indignados de la derecha, como dice Ellakur¨ªa, y su ¨¦xito es explicable por la tercera ley de Newton. ?Hay que aislarlos pol¨ªticamente? Probablemente s¨ª, en la misma medida que a Podemos, cosa que no se ha hecho, pero sobre todo debe argumentarse contra sus posiciones, admitiendo que en algunas cuestiones pueden tener algo de raz¨®n. M¨¢s que un reto pol¨ªtico suponen un desaf¨ªo intelectual.

Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional y fue fundador de Ciudadanos.