La en¨¦sima renovaci¨®n de Els Pets
La banda de Constant¨ª ofreci¨® un espl¨¦ndido concierto en el Liceu marcado por un pop brillante y humor par¨®dico
Unas risas. Una risa y muchas buenas canciones. Canciones que hablan sobre el paso del tiempo, la soledad, las angustias de las personas fr¨¢giles, tambi¨¦n de temas sociales y, en suma, de la vida mirada desde la acera, no desde p¨²lpitos o atriles de oradores que se sienten l¨ªderes. Un breve resumen de lo que fue el concierto de Els Pets en el Liceo, una banda que no es joven pero que casi resulta juvenil porque sus miembros lejos de negarse al paso del tiempo han sabido adaptarse a ¨¦l. El suyo es un caso ins¨®lito, ya que pasaron de patito feo del rock catal¨¢n, realmente carec¨ªan de pericia, a banda que ya no necesita tocar los ¨¦xitos de aquella ¨¦poca para sentirse arropada por un p¨²blico entusiasta que, adem¨¢s, y esto es realmente extra?¨ªsimo, es bastante m¨¢s joven que ellos. Unas risas, muchas buenas canciones y una noche de gloria.
Que Llu¨ªs Gavald¨¤, Joan Reig y Fal¨ªn C¨¢ceres deben poner la mesa, cocinar y pagar facturas resulta evidente, son personas de a pie. Gavald¨¤ lo refleja en sus letras, escritas por alguien que no se siente en posesi¨®n de la verdad sino de muchas dudas, las que la vida dispone en el camino de vivir a menos que se viva anestesiado. Es m¨¢s, como en sus primeros tiempos resultaba evidente que eran unos m¨²sicos endebles, todo y que ten¨ªan ideas, actitud y determinaci¨®n, hoy, cuando son una referencia musical insoslayable, siguen sin cre¨¦rselo del todo, como si en realidad esto que les pasa fuese un sue?o del que pueden despertar en cualquier momento. De ah¨ª, adem¨¢s del car¨¢cter, viene ese punto descre¨ªdo y autopar¨®dico que Gavald¨¤ mostr¨® en el Liceo, ri¨¦ndose de ¨¦l mismo en m¨²ltiples ocasiones, haciendo bromas que siempre ten¨ªan como destinatarios a ellos mismos y mostr¨¢ndose como un enterteinment de primera fila. Agudo, ir¨®nico y simp¨¢tico, vestido para la ocasi¨®n con un traje color berenjena, corbata de lunares y un chaleco de estilismo ingl¨¦s muy probablemente comprado en Londres, donde ahora reside, se hizo con el p¨²blico sin aparente esfuerzo. Y la noche rod¨®.
Para colmo de pasmo, s¨ª, no es habitual tanta frescura y desinhibici¨®n en una banda que lleva tantos a?os tocando, buena parte del repertorio fue reciente, orillando el recurso de recuperar los viejos ¨¦xitos para afirmar que el presente del grupo y su futuro no est¨¢n en su pasado. De esta manera, de las 13 piezas del nuevo disco que presentaban, Som, sonaron 12, que con un ramillete de composiciones cuya mayor parte est¨¢n datadas en este siglo, ofrecieron la imagen de un grupo que huye del ¨®xido y que se mantiene porque queda talento para enfocar la sesentena sobre los escenarios sin tener que parecer un adulto que lo quiere disimular. Esa constante renovaci¨®n, muy atinada, pues Som es de nuevo un disco notable, premia a una banda que se ha tomado esto de la m¨²sica con tanta seriedad como ausencia de pompa y presuntuosidad. Ver a Gavald¨¤ re¨ªrse de s¨ª mismo a lo largo del concierto mediante atinadas bromas result¨® oxigenante, m¨¢s a¨²n en un recinto tan envarado en el centro de una ciudad tan amante de las formas y de la circunstancia.
Con el Bon dia ya fuera del repertorio, Els Pets redondearon la sensaci¨®n de poder¨ªo pudi¨¦ndose considerar que tienen un cancionero que les dar¨ªa para hacer un par de repertorios estupendos. Y sin recurrir a los tiempos juveniles. En la noche del domingo en el Liceo s¨®lo se ech¨® en falta una mejor sonorizaci¨®n, la voz de Llu¨ªs no siempre son¨® n¨ªtida, pero poca cosa m¨¢s. En un concierto triunfal en el que el p¨²blico pidi¨® m¨¢s bises por un largo tiempo, Els Pets dejaron muy claro que est¨¢n en forma, que hay banda para rato y que mientras sigan viviendo poco m¨¢s o menos como sus fans, la pervivencia de su proyecto y de sus canciones est¨¢ asegurada. Si la vida es un fil¨®n de historias, hay que mirarla a la cara para que te las cuente.
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