Noche de Reyes en Sant Roc y Ciutat Meridiana
En esta sociedad se condena a una parte de quienes trabajan a sobrevivir entre la ilegalidad y el sobresalto, con bancos encerrando a menores en casas ocupadas y la pobreza energ¨¦tica matando a personas
Los cuentos que Josep Maria Folch i Torres publicaba en la revista En Patufet en el primer tercio del siglo pasado se basaban en la catalanidad bien entendida: los pobres eran recompensados por su temor reverencial a Dios y a la autoridad. Pero ni el mism¨ªsimo Folch i Torres hubiera sabido c¨®mo abordar lo que sucede en el siglo XXI, en el que parece no dominar el sentimiento de expiaci¨®n: los ricos son cada vez m¨¢s ricos y se condena a una parte de los que trabajan a sobrevivir entre la ilegalidad y el sobresalto. El pasado d¨ªa 4 de enero, un banco encerr¨® durante 11 horas a tres menores en un piso ocupado en Ciutat Meridiana; el 5, tres personas murieron y una treintena result¨® herida en Sant Roc, en Badalona, en un incendio atribuido a una toma ilegal de luz; el 6, el domicilio de una familia que no ten¨ªa acceso a la electricidad ardi¨® en el casco viejo de Manresa por culpa de la iluminaci¨®n con velas.
La pobreza estall¨® en v¨ªsperas de la Noche de Reyes. En esta sociedad, parad¨®jicamente, es m¨¢s f¨¢cil ocupar un piso que obtener una vivienda social y mucho m¨¢s sencillo conectarse directamente a la red el¨¦ctrica que conseguir un contrato provisional de suministro. En el edificio conocido como El Lineal del barrio de Sant Roc se daban presuntamente las dos circunstancias. El piso donde se origin¨® el cortocircuito era una vivienda-patera. Su ocupaci¨®n data de los a?os en que era alcalde Xavier Garc¨ªa Albiol, el que propon¨ªa ¡°limpiar Badalona¡±.
El exalcalde del PP, cuyos tintes xen¨®fobos est¨¢n en perfecta armon¨ªa con el parduzco dominante en el PP de Pablo Casado, ha decidido criminalizar a los vecinos de la vivienda y querellarse contra ellos. Estas tesis no son patrimonio del populismo de derechas. Ah¨ª est¨¢ el alcalde socialista de Badalona, ?lex Pastor, que, en un ataque de soluci¨®n policial mal entendida, ha asegurado que va a hacer un mapa del sobreconsumo el¨¦ctrico y que actuar¨¢ con contundencia contra las ocupaciones, como si en el caso de Sant Roc de narcopisos se tratara. De nada sirve que los bomberos consideren que el 70% de los incendios en los domicilios de Catalu?a tiene como causa la pobreza energ¨¦tica.
La raz¨®n deber¨ªa abrirse paso entre la demagogia y abrir una reflexi¨®n sobre esa pobreza end¨¦mica en la que el sueldo no les alcanza a muchos para pagar el alquiler o la luz. Mientras las estad¨ªsticas se?alan insistentemente que crece el empleo y mejora la econom¨ªa.
La familia de Noem¨ª conoce la situaci¨®n. Sus hijos de 16, 12 y 5 a?os se quedaron encerrados durante m¨¢s de 11 horas en su vivienda ocupada de Ciutat Meridiana. Muchas familias pagan por hacerse con la llave de un piso a traficantes de viviendas que revientan puertas, cambian cerraduras y cobran por la gesti¨®n. Los bancos tienen una brigada de mantenimiento que de oficio restituye puertas y cerraduras. Y eso fue lo que sucedi¨® el 4 de enero cuando, como si de un cuento de Edgar Allan Poe se tratara, los chicos se dieron cuenta, cuando se dispon¨ªan a salir a comprar leche, de que estaban emparedados. La ansiedad dur¨® hasta que los bomberos asomaron por la puerta. ¡°Nadie puede pagar alquileres de mercado¡±, afirma el presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Ciutat Meridiana, Filiberto Bravo. Noem¨ª ahora mismo est¨¢ haciendo una sustituci¨®n de unos meses en un trabajo de limpieza. El Banc Sabadell, propietario de la vivienda, se ha apresurado a anunciar que pactar¨¢ un alquiler social. ¡°Este mes no habr¨¢ desalojos hasta el d¨ªa 28¡±, explica Bravo, como si lo sucedido hubiera surtido un efecto similar a la Tregua de Dios.
En Catalu?a, sin embargo, hay pocos milagros y muchos agujeros negros. Se desconoce si la independencia traer¨¢ debajo del brazo el derecho fundamental a la vivienda o la tregua invernal con las todopoderosas el¨¦ctricas. De momento, el Gobierno de la Generalitat ni siquiera ha puesto en marcha el protocolo comprometido hace m¨¢s de a?o y medio con el objetivo de poder detectar a trav¨¦s de la actuaci¨®n de los bomberos casos de pobreza energ¨¦tica, como ya sucede en la ciudad de Barcelona, aseguran desde la Alianza contra la Pobreza Energ¨¦tica (APE).
Tampoco hay convenios para frenar los cortes de luz. En el caso del suministro de agua, Agbar se ha avenido a pactar un protocolo de actuaci¨®n, pero la Generalitat no ha conseguido firmar un solo acuerdo con Endesa, Iberdrola o Naturgy. Los ¨¦mulos de Folch i Torres han sustituido la caridad por inacci¨®n.
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