Barcelona y la Corona
Que la alcaldesa se haya unido a la campa?a contra el Rey es una actitud ¨¦ticamente reprobable
La Corona fue una instituci¨®n clave en el proceso de transformaci¨®n de Barcelona que se desarroll¨® en la estela de la operaci¨®n ol¨ªmpica y muy en particular en su vertiente de proyecci¨®n exterior. La Corona ejerci¨® una complicidad expl¨ªcita y activa con los proyectos de reposicionamiento global de la ciudad que lider¨® el Ayuntamiento de Pasqual Maragall.
Es algo que resulta oportuno subrayar precisamente ahora cuando se ha desatado una ins¨®lita e irresponsable campa?a de confrontaci¨®n de las autoridades de la Generalitat de Catalunya con el jefe del Estado, una campa?a que ha sido secundada de forma vergonzante por el equipo de gobierno municipal. La alcaldesa, muy en su l¨ªnea atr¨¢palo todo, est¨¢ intentando simult¨¢neamente acentuar su radicalismo y prodigar gestos dirigidos a sectores empresariales que sean susceptibles de ser recogidos por los medios de comunicaci¨®n convencionales.
Que la alcaldesa se haya unido a la campa?a contra la Corona es una actitud ¨¦ticamente reprobable por lo que supone de desprecio a una instituci¨®n clave del edificio constitucional democr¨¢tico, aliada de la ciudad en un momento crucial de su transformaci¨®n. La alineaci¨®n de la alcaldesa con la campa?a promovida por el mundo independentista es al mismo tiempo un gesto de subordinaci¨®n de la ciudad y de ruptura radical con la trayectoria institucional que caracteriz¨® y afianz¨® la eclosi¨®n de Barcelona.
El proceso empez¨® con la retirada del busto del Rey del Sal¨®n de la Reina Regente
El proceso iniciado con la retirada del busto del Rey del Sal¨®n de la Reina Regente y el apresurado cambio de nombre de la plaza donde confluyen Passeig de Gr¨¤cia y Diagonal continu¨® con episodios de boicot tan penosos como los registrados en el Mobile y que se quieren repetir este a?o. La exhibici¨®n de descortes¨ªa de febrero pasado, que se pretende reeditar, culmin¨® hace unas semanas con el grotesco gesto de la reprobaci¨®n del Jefe del Estado en una moci¨®n impulsada por los comunes.
Una pol¨ªtica ambiciosa y compleja exige una estrategia adecuada que el Ayuntamiento de Barcelona entendi¨® que requer¨ªa un esfuerzo de colaboraci¨®n con una amplia diversidad de instituciones, desde la Corona al Gobierno, gobiernos extranjeros y ayuntamientos del resto de Catalu?a. Es una estrategia que arroj¨® unos resultados excelentes de los que podr¨ªan ser ejemplo ¨¦xitos tan concretos como la celebraci¨®n de las pruebas ol¨ªmpicas de mar en Barcelona a pesar de la gran presi¨®n favorable a Palma o bien el despliegue de las subsedes ol¨ªmpicas.
A efectos anal¨ªticos pueden distinguirse dos aspectos fundamentales en la relaci¨®n entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Corona en la ¨¦poca de los gobiernos de Narc¨ªs Serra y Pasqual Maragall. Uno de ellos fue la participaci¨®n de la Casa Real en las acciones de promoci¨®n de la candidatura ol¨ªmpica y en general de proyecci¨®n exterior de la ciudad. Pero la Corona constituy¨® tambi¨¦n un factor clave en el equilibrio institucional en Catalunya y en Barcelona que la voracidad intervencionista de los gobiernos de Pujol amenazaba con romper.
En los comienzos de la etapa municipal socialista la idea de la candidatura ol¨ªmpica de Barcelona concitaba un considerable escepticismo en el Gobierno, tanto en el de Calvo Sotelo como en las primeras etapas del de Gonz¨¢lez. Lo mismo se respiraba, por cierto, en los partidos que sustentaban estos gobiernos, es decir la UCD y el PSOE.
Es significativo que el alcalde Serra eligiera la celebraci¨®n del D¨ªa de las Fuerzas Armadas en 1980 para lanzar, de acuerdo con Juan Antonio Samaranch, la idea de la candidatura ol¨ªmpica. Es relevante porque el ¨¦xito de la jornada conducir¨ªa a su posterior nombramiento como ministro de Defensa en el primer gobierno de Felipe Gonz¨¢lez y gradualmente a la configuraci¨®n de un polo de apoyo y cooperaci¨®n que ser¨ªa particularmente eficiente para la gesti¨®n de la ciudad y de sus proyectos m¨¢s potentes.
La cooperaci¨®n de la Corona se manifest¨® sistem¨¢ticamente a lo largo del proceso de la candidatura ol¨ªmpica que se apoy¨® tanto en la espectacular transformaci¨®n urbana de Barcelona como en la simpat¨ªa que despert¨® internacionalmente la consolidaci¨®n de la transici¨®n pol¨ªtica y la consolidaci¨®n de unas nuevas instituciones, desde la monarqu¨ªa parlamentaria al gobierno que situ¨® a Espa?a en Europa.
La relaci¨®n permanente con la Casa Real permiti¨® subrayar con contundencia una de las posiciones clave del gobierno municipal que era la de afirmar en todo momento que Barcelona no era simplemente la capital de Catalu?a sino tambi¨¦n otra capital de Espa?a y una ciudad decidida a intervenir en Europa.
El choque permanente con la Corona que se propone desde los medios independentistas y gozosamente apoyado por la alcaldesa de Barcelona no permite augurar nada bueno para la ciudad pero nos habr¨¢ permitido conocer una nueva dimensi¨®n de la primera autoridad municipal como es la de divulgadora de aspectos centrales de la teor¨ªa pol¨ªtica como la compatibilidad de las monarqu¨ªas con la democracia.
Xavier Roig es consultor
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