El silencio de Vox
Sin representaci¨®n, candidatos, portavoces ni programa para Madrid, el partido de Abascal logra marcar la estrategia de sus rivales
El 11 de enero, Pablo Casado decide que la candidatura regional del PP sea encabezada por Isabel D¨ªaz Ayuso y no por ?ngel Garrido. El 17 de ese mes, ??igo Errej¨®n y Manuela Carmena anuncian una alianza electoral. Y el 22 de marzo, Ignacio Aguado (Ciudadanos) avanza que no gobernar¨¢ con ?ngel Gabilondo (PSOE) tras las elecciones auton¨®micas del 26 de mayo. Todas esas decisiones clave tienen un denominador com¨²n: Vox.
Ante el auge de Vox, Casado prefiri¨® a una aspirante de verbo duro en lugar de a un pol¨ªtico distinguido por su capacidad de gesti¨®n: apost¨® por convencer al electorado m¨¢s conservador de que el PP sigue siendo su casa. Frente al ¡°toque de atenci¨®n¡± de Andaluc¨ªa, donde el PP, Ciudadanos y Vox pactaron un nuevo gobierno, Errej¨®n y Carmena se unieron: uno de sus objetivos, explicaron en una carta conjunta, es conjurar la aparici¨®n de fuerzas que ¡°nos arrastren al enfrentamiento y el retroceso¡±. Y ante la fuga de votos que sufre por el flanco derecho de su electorado, Aguado crey¨® encontrar una forma de taponar la sangr¨ªa: vetar al PSOE y aclararle as¨ª a los electores conservadores que solo pactar¨¢ con el PP y con Vox.
Vox, siempre Vox. Sin representaci¨®n en la regi¨®n, sin candidatos, y sin programa electoral espec¨ªfico para Madrid, el partido de Santiago Abascal ha conseguido que gran parte de la estrategia de sus rivales gire a su alrededor. Mientras Vox guarda silencio, todos hablan de Vox. Mientras Vox concentra en unos pocos portavoces nacionales su discurso, para evitar errores de comunicaci¨®n, los del resto de formaciones se lanzan d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n a comentar sus propuestas, amplific¨¢ndolas. Y mientras Vox mide cada movimiento para no estropear el momento dulce que vive, sus competidores lo refuerzan poni¨¦ndolo en el centro del debate, y d¨¢ndole protagonismo donde no lo tiene.
Ocurre, por ejemplo, en todos los plenos que se han celebrado en la Asamblea de Madrid desde el verano de 2018. No ha habido ni una sola sesi¨®n sin una referencia m¨¢s o menos velada a Vox, una fuerza extraparlamentaria. Se ha hablado de lo que piensa Vox del 8-M o del Orgullo. Se ha pedido a los partidos que se comprometan a no pactar con Vox. Y as¨ª, Vox se ha hecho presente en la Asamblea, igual que si tuviera grupo parlamentario propio, cuando no lo tiene.
-?Creo que te deber¨ªas pasar a Vox!, le llega a espetar un diputado de Podemos a otro del PP en mitad de una comisi¨®n.
-?Qu¨¦ gracioso es usted! Les voy a hacer el favor de no decirles a ustedes d¨®nde se tendr¨ªan que pasar.
?Cu¨¢l es la propuesta de Vox para el corredor del Henares? ?Y para el Metro? ?Ampliar¨ªa Madrid central? ?Qu¨¦ plan tiene para luchar contra la contaminaci¨®n? ?Est¨¢ a favor o en contra de los Bus-Vao en las entradas a la capital? ?C¨®mo solucionar¨ªa los atascos de la A-1? ?Est¨¢ a favor de concertar la educaci¨®n infantil y el bachillerato?
Ninguna de esas preguntas tienen respuesta concreta. Aunque Vox lleva haciendo pol¨ªtica en Madrid desde 2015, cuando no logr¨® representaci¨®n ni en el Ayuntamiento de la capital ni en la Asamblea, su auge regional es simple reflejo del nacional. No hay, hasta el momento, proyecto espec¨ªfico para Madrid. Solo silencio. Todo se f¨ªa al tir¨®n de la marca, a los mensajes lanzados en defensa de la unidad de Espa?a a trav¨¦s de las redes sociales, y al grupo de portavoces fiables que copan las entrevistas de televisi¨®n y radio.
Las encuestas bendicen esa t¨¢ctica: seg¨²n los sondeos de Invymark para Telemadrid, el partido de Abascal obtendr¨ªa representaci¨®n en el Ayuntamiento y la Comunidad. En consecuencia, ya todos sus competidores asumen su llegada a las instituciones tras las elecciones. As¨ª se despidi¨® Garrido este jueves, durante su ¨²ltima intervenci¨®n como presidente en la Asamblea de Madrid.
¡°Dado que yo no estar¨¦ aqu¨ª la pr¨®xima legislatura, me puedo permitir expresar un deseo que es confiar, a¨²n ante la consciencia de lo inevitable, que al menos, quienes representan la negaci¨®n, la divisi¨®n y la confrontaci¨®n, tengan el menor espacio posible en esta Asamblea¡±.
?l no estar¨¢. Y su ausencia es un mensaje. Si el PP creyera que lo decisivo en la campa?a ser¨¢ la gesti¨®n, lo hecho tras casi 25 a?os de Gobierno, el balance de sus decisiones para transformar la regi¨®n, Garrido ser¨ªa el candidato. Pero lo que se juega el PP es ganar la batalla de la derecha. Y por eso la candidata es D¨ªaz Ayuso. Para intentar frenar a Vox.
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