Elecciones y debates
Vienen comicios para elegir instituciones distintas y cabr¨ªa esperar que durante las campa?as en curso los partidos abordasen cuestiones relativas a la complejidad de cada caso
El calendario electoral viene cargado, decir esto es quedarse corto. Observemos que se trata de elecciones diferentes: generales (Congreso y Senado), municipales, europeas. Puesto que se trata de elecciones para elegir instituciones distintas, con competencias diferentes, cabr¨ªa esperar que durante las campa?as en curso los partidos abordasen cuestiones relativas a la complejidad de cada caso. ?Habr¨¢ un debate de argumentos, propuestas, algo parecido? Se puede hacer un experimento, baje el volumen del televisor a cero y a pesar de todo usted entender¨¢ todo lo que dicen unos y otros. El declive de la democracia representativa se muestra en diversas versiones.
En Italia o en Francia los partidos pol¨ªticos han sido pulverizados, y la campa?a la libran los candidatos, los m¨¢s conocidos (por su vocer¨ªo en los medios) tienen audiencia, y los otros no cuentan. ?Saben ustedes como se llama el presidente del Consejo de Ministros de Italia (es decir el jefe de Gobierno)? Yo no y los italianos tampoco, el conocido all¨¢ y aqu¨ª es Salvini, que solo es un ministro de tantos. ?Recuerda alguien qu¨¦ cara tiene el secretario general de los socialistas franceses? En las elecciones europeas en Francia los electores tienen en la retina Macron y Le Pen. ?El Brexit? La se?ora Thatcher dimiti¨® sin perder unas elecciones o un voto en el pleno del Parlamento. Dimiti¨® en su d¨ªa por un asunto menor, porque se sinti¨® desautorizada por su propio grupo parlamentario, a puerta cerrada.
Tampoco podemos esperar que en los debates en este pa¨ªs los candidatos aborden, en su complejidad argumental, cosas que afectan (mucho) al ciudadano. ?Alguien explica qu¨¦ son, para qu¨¦ sirven, qu¨¦ competencias (y dinero) tienen las diputaciones provinciales? El com¨²n de los votantes no sabe c¨®mo son elegidas, y ante qui¨¦n rinden cuentas. Piensen que muchas veces hasta tienen unos departamentos de¡ ?Relaciones Internacionales! Ahora va a hacer cuarenta a?os de las primeras elecciones municipales y, por tanto, las nuevas diputaciones provinciales. En mi recuerdo, los partidos de izquierda PSC y PSUC estaban a favor de suprimirlas. Como dijo un conocido m¨ªo, reconsideraron la idea cuando ganaron la primera de ellas, la de Barcelona. Y hasta hoy. Otro ejemplo. En la gesti¨®n de la vida municipal, hay varios temas que afectan directamente la vida del ciudadano: servicios sociales, red viaria, transporte p¨²blico, etc. Y en particular, c¨®mo y por qu¨¦ servicios b¨¢sicos tendr¨ªan que ser objeto de debate sobre el equilibrio entre lo p¨²blico y lo privado.
Este es un debate urgente, porque ayudar¨ªa a revisar algunas ideas fijas. Lo p¨²blico se presupone ¨ªntegro, basado en criterios de equidad, imparcialidad, etc. Lo privado escorar¨ªa al lado opuesto, la ley del beneficio privado, del inter¨¦s particular versus el colectivo. La izquierda se inclinar¨ªa hacia lo primero, la derecha a lo segundo. Esto debe ser reformulado a la luz de otros criterios, como por ejemplo la presunci¨®n de que los cargos municipales, por el hecho de ganar una elecciones estar¨ªan inmediatamente capacitados t¨¦cnicamente para opinar sobre el metro, la luz, el agua, la cultura, y si en el Raval es m¨¢s urgente otro CAP, esta vez con alg¨²n pediatra, o una nueva nave de museo para el museo (casi vac¨ªo) que ya hay all¨¢.
Los cargos p¨²blicos pasan, es ley de la democracia representativa, las empresas (serias) han de garantizar una continuidad en sus mecanismos de toma de decisi¨®n, o pueden desaparecer. Los primeros se van, se llevan sus asesores y especialistas, y los nuevos que entran se creen en la obligaci¨®n de tomar muchas decisiones (hasta aqu¨ª bien), pero a menudo sobre la base de que sean diferentes y cambien a fondo la herencia recibida. Esto lleva a veces al desprop¨®sito de que en el caos del taxi, VTC, etc. vayan a la huelga sin que el ciudadano sepa por qu¨¦ las ¡°competencias¡± para regular el asunto est¨¦n tan extra?amente repartidas entre ayuntamientos, comunidades aut¨®nomas y gobierno central seg¨²n como. No digamos ya la protecci¨®n civil, la estrella del desbarajuste. Hay nevadas o incendios (que van muy r¨¢pido) que no entienden de ¡°competencias¡±, saltan de un territorio a otro y cuando cambia de municipio, provincia, comunidad aut¨®noma, el proceso de activaci¨®n de las intervenciones m¨¢s urgentes ha de pasar por un proceso decisional totalmente surrealista. Hace unos a?os una nevada asol¨® la provincia de Girona, llev¨¢ndose por delante el tendido el¨¦ctrico. ?Cu¨¢l fue la intervenci¨®n m¨¢s r¨¢pida y eficiente? La UME, es decir, la Unidad Militar de Emergencias.
Pere Vilanova?es Catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Barcelona
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