La procesionaria retrocede tras crecer sin control cuatro a?os
La plaga afecta 120.000 hect¨¢reas de pino, casi cuatro veces m¨¢s que en 2013 debido al cambio clim¨¢tico y la suspensi¨®n de las fumigaciones por un cambio legal
¡°Es una barbaridad la cantidad de procesionaria que hay. Cuando vas caminando se ve mucha por el suelo, las orugas van como si fuera un tren. Y los ¨¢rboles est¨¢n llenos¡±, explica Carme, que regenta una casa rural cerca de Solsona, una de las zonas m¨¢s afectadas por la plaga, junto al Bergued¨¤. Jordi Pellicer, presidente de la Asociaci¨®n Agroturismo de esta comarca a?ade que la problem¨¢tica es m¨¢s molesta durante dos o tres semanas, normalmente al inicio de la primavera. Entonces las orugas salen del nido de los ¨¢rboles, bajan por el pino y caminan en procesi¨®n hasta el bosque para enterrarse y convertirse en mariposa.
La plaga de la procesionaria empieza a retroceder despu¨¦s de cuatro a?os de un crecimiento exponencial. Seg¨²n el ¨²ltimo balance de la Generalitat, correspondiente al a?o pasado, la procesionaria afecta a una de cada seis hect¨¢reas de pino, es decir, 120.000 de un total de 725.000 hect¨¢reas. La cifra es ligeramente inferior al m¨¢ximo de 160.000 hect¨¢reas que se alcanz¨® en 2017, pero multiplica por cuatro el m¨ªnimo registrado en 2013 (35.000). El cambio clim¨¢tico y la suspensi¨®n de las fumigaciones durante dos a?os por problemas legales dispararon la plaga, que los expertos consideran todav¨ªa fuera de control.
Con todo, los empresarios rurales notan una disminuci¨®n de la procesionaria este invierno. La extensi¨®n de la plaga puede variar de un a?o a otro, dependiendo, b¨¢sicamente, del clima y de si se han aplicado tratamientos. La intensidad de las fumigaciones los ¨²ltimos tres a?os ¡ªabarcaron 20.000 hect¨¢reas¡ª est¨¢ empezando a dar resultados, pero todav¨ªa son insuficientes. ¡°A nivel forestal no hay posibilidad de controlarla a medio plazo. Los tratamientos solo se hacen en un n¨²mero concreto de hect¨¢reas, por falta de recursos. All¨ª donde se aplican, funcionan, pero no se llega a todas partes¡±, admite el bi¨®logo David Guix¨¦, investigador del Centro de Ciencia y Tecnolog¨ªa Forestal de Catalu?a. Con todo, los expertos coinciden en que, como se trata de una especie aut¨®ctona, el objetivo no es erradicarla, sino controlar los picos de poblaci¨®n.
La procesionaria es una mariposa end¨¦mica que en su fase de oruga puede aumentar de poblaci¨®n, afectando a los ¨¢rboles comi¨¦ndose las hojas y causando su defoliaci¨®n. Ataca b¨¢sicamente la pinaza y el pino blanco. Pero lo que m¨¢s preocupa a los expertos son los efectos nocivos en los seres vivos. ¡°Los pelos de las orugas pueden causar urticaria o trastornos respiratorios en los ni?os. Tambi¨¦n es peligroso para los animales, ya que a veces los perros lamen las orugas o las huelen y ello les puede causar alergia e hinchaz¨®n en la lengua que puede llegar a ser mortal¡±, abunda Jorge Heras, responsable de sanidad forestal del Departamento de Agricultura.
Pero tambi¨¦n existen unos efectos colaterales en la econom¨ªa local de las zonas con m¨¢s afectaci¨®n, que son las comarcas del interior como Bergued¨¤, Solson¨¨s o la Cerdanya. ¡°La gente prefiere no ir a las ¨¢reas con procesionaria, ya sean turistas, boletaires o cazadores. Y adem¨¢s las ganader¨ªas tambi¨¦n se ven afectadas¡±, a?ade Heras.
En la extensi¨®n de la plaga, el cambio clim¨¢tico ha jugado un papel clave. ¡°Lo peor son las altas temperaturas en oto?o, porque es importante que haga fr¨ªo y ¨¦ste mate a las orugas cuando son peque?as y antes de que hagan la bolsa de protecci¨®n¡±, abunda Heras. Las temperaturas elevadas tambi¨¦n est¨¢n abriendo paso a la procesionaria hacia la alta monta?a. Si hasta hace poco las orugas se manten¨ªan por debajo de los mil metros de cota, en los ¨²ltimos a?os se han detectado en bosques a 1.700 metros de altitud.
Los expertos coinciden en que las fumigaciones son el ¨²nico m¨¦todo efectivo para controlar la plaga, pero ello tiene un coste. Desde 2016 la Generalitat ha invertido cerca de un mill¨®n de euros anuales, triplicando la cifra de los ¨²ltimos a?os, aunque en 2013 y 2014 se suspendieron las fumigaciones por problemas con la normativa europea, cosa que permiti¨® a la procesionaria extenderse a sus anchas y triplicar la extensi¨®n ocupada. ¡°Cuando hay un a?o que no se ha hecho el tratamiento se ven m¨¢s nidos y esto causa una sensaci¨®n fea. Pedimos que cada a?o se hagan m¨¢s tratamientos y en m¨¢s hect¨¢reas, pero la Generalitat nos dice que el presupuesto es el que es y que hacen lo que pueden¡±, lamenta el empresario rural.
Pero como las fumigaciones solo llegan a una sexta parte de las zonas afectadas, el Centro Tecnol¨®gico Forestal ha puesto en marcha paralelamente otros tratamientos a menor escala, como replantar la primera l¨ªnea de los bosques (donde la procesionaria pone los huevos), sustituyendo los pinos por robles y encinas. Tambi¨¦n se busca aumentar la poblaci¨®n de depredadores, como los murci¨¦lagos y otras aves, instal¨¢ndoles nidos y cavidades para que se ubiquen en las zonas con presencia de las orugas.
Parques infantiles cerrados
Aunque la procesionaria afecta principalmente a zonas forestales, las orugas no distinguen entre pinos rurales y urbanos y han llegado hasta las zonas habitadas. En varios municipios como Centelles, Sant Feliu de Gu¨ªxols o Vilassar de Mar se han tenido que cerrar parques infantiles por la presencia de la plaga. El Ayuntamiento de este ¨²ltimo municipio explica que tiene contabilizados 227 ¨¢rboles de titularidad p¨²blica afectados, algunos de ellos situados en escuelas. Para combatir la plaga, se aplican tratamientos v¨ªa pulverizaci¨®n, se talan las ramas afectadas o se colocan anillas trampa, que son unas bolsas de arena que se colocan en el tronco y en las que entran las orugas cuando salen de su nido y descienden por el ¨¢rbol.
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