Se busca a Billy Elliot en Barcelona
16 ni?os de entre 8 y 11 a?os se forman en la escuela de danza de Coco Comin para participar en el musical
"?El mi¨¦rcoles no hay clase?" M¨¢s que una pregunta es una indignaci¨®n. Una rabieta. Despu¨¦s de pasarse una semana de vacaciones por Pascua, se acaban de enterar que el Primero de mayo tampoco tendr¨¢n clase. Los 16 ni?os de entre 8 y 11 a?os que superaron en febrero el c¨¢sting en Barcelona para entrar en la Escuela Billy Elliot llevan desde el 4 de marzo form¨¢ndose para participar en el musical que se representa en Madrid, becados por la productora, SOM Produce. Cada d¨ªa, de lunes a viernes, despu¨¦s del colegio y hasta las 10 de la noche, se encierran en las aulas de la escuela en unas clases exigentes, duras y muy serias. 22 horas y media a la semana. Un sacrificio enorme para los peque?os y para sus familias. Ellos responden encantados. En un a?o y medio estar¨¢n listos para subir al escenario.?
"Hay que dosificar tanta energ¨ªa. ?Son 16 bichos!", comenta en un descanso de su clase el profesor de danza cl¨¢sica, Marc Ib¨¢?ez, sonriendo y rodeado de los ni?os, que no paran de moverse sobre las puntas de las zapatillas de ballet. "Los tengo que ir mentalizando de que lo que est¨¢n haciendo es una oportunidad para ellos y, por lo tanto, algo muy serio. Pero tampoco quiero que falte la broma y la verdad es que los ni?os est¨¢n encantados y no paran de re¨ªr, a pesar de que se lo toman en serio". Adem¨¢s de danza cl¨¢sica, la disciplina estrella, los ni?os hacen canto, claqu¨¦, acrobacia, hip hop, interpretaci¨®n y clown. Se busca a seis Billys (el protagonista absoluto) y a otros tantos Michaels (un secundario de lujo). Los ni?os presentan muchos "impedimentos" legales: no pueden hacer dos funciones el mismo d¨ªa, ni actuar dos d¨ªas seguidos.
El musical, ambientado en la Inglatera de los 80, narra la lucha de un ni?o por hacer realidad su sue?o: bailar. Es un exitazo: lleva m¨¢s de dos a?os en cartel en Madrid, la tercera ciudad en el mundo en n¨²mero de representaciones (m¨¢s de 500, de momento), detr¨¢s de Londres y Nueva York. "La cosa va para largo", explica Comin, "y los ni?os crecen de golpe, les cambia la voz... Hay que seguir buscando relevos". Recuerda Comin otros musicales de ¨¦xito como Fama, que estuvo seis a?os en cartel, o Grease, que estuvo ocho. Por no hablar de El rey le¨®n, que lleva desde principios de siglo.
"Por otro lado, necesitamos a ni?os que tengan capacidad para el ballet, y eso es algo muy dif¨ªcil de encontrar", aclara Coco Comin, cuyo prestigioso centro de artes esc¨¦nicas, en la parte alta de Barcelona, acoge la sede de la escuela Billy Elliot. "En Espa?a los ni?os no hacen ballet. En el c¨¢sting participaron 50 y la mayor¨ªa no hab¨ªan hecho nunca danza". Cada uno ten¨ªa que hacer una coreograf¨ªa corta, cantar una canci¨®n y recitar un mon¨®logo c¨®mico y los 10 miembros del jurado, m¨¢s que la t¨¦cnica (inexistente) tuvieron que descubrir el potencial de cada ni?o. "Buscamos a ni?os que hayan nacido con vocaci¨®n, esa palabra tan inexplicable...", resume Coco Comin.
Si hay pocos ni?os en el mundo de la danza es, claramente, por el estigma social. "Son peque?os, y se r¨ªen de ellos", adelanta, categ¨®rica, Comin. Los 16 ni?os escogidos saben a lo que se enfrentan: "En el cole se r¨ªen de m¨ª porque dicen que bailar es de ni?as y me llaman ni?a y mariquita", cuenta uno de los m¨¢s peque?os, aunque sin ning¨²n rencor: "Por aqu¨ª me entra y por aqu¨ª me sale", a?ade, se?al¨¢ndose una oreja primero y la otra despu¨¦s. "A m¨ª me dicen que bailando no se suda y me llama gay y feo... Bueno, feo no", explica otro. "Y yo le digo: 'S¨ª, s¨ª, cuando sepas hacer el pass¨¦ me llamas'".?
Sin embargo, a pesar de las bromas, todos los futuros bailarines reconocen que los caompa?eros les preguntan por los ensayos, les dicen que vaya bien la clase... y, sobre todo, les tienen envidia: "Salimos antes del colegio porque si no no llegamos, y eso les fastidia a los compa?eros", reconoce m¨¢s de uno.
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Lo cierto es que gracias al hip-hop, en los dos o tres ¨²ltimos a?os han entrado m¨¢s ni?os en las escuelas de danza. "El porcentaje entre ni?os y ni?as sigue siendo rid¨ªculo, digamos que ellos son, como mucho, un tres por ciento", se queja Comin. Los programas de televisi¨®n tambi¨¦n han ayudado, pero Marc lanza una advertencia: "Muchos ni?os se apuntan a la escuela porque buscan el ¨¦xito f¨¢cil y enseguida se dan cuenta de que no, de que hacer una giro o un pass¨¦ es muy bonito pero requiere mucho esfuerzo".
De los 16, solo dos son de Barcelona, el resto vienen de fuera (de T¨¤rrega, Vic, Tarragona...). El sacrificio es tambi¨¦n, por lo tanto, de los padres. "La mayor¨ªa est¨¢n encantados", dice la directora. "Pero, por ejemplo, un ni?o tuvo que dejar la escuela en cuanto se enter¨® el padre. ?Lo hab¨ªan hecho todo a escondidas! y otro lo dej¨® enseguida porque en el colegio no le dejaban salir diez minutos antes". La mayor¨ªa de colegios no ponen problemas, al contrario, pero alg¨²n profesor s¨ª: "A m¨ª un profe siempre que me echa bronca saca el tema del baile", declara un ni?o.
Todos los ni?os tienen unas ganas enormes de aprender. "Aprender, esforzarnos, disfrutar, dar el m¨¢ximo, aprovechar una experiencia ¨²nica, ser fuerte, sacrificarnos..." son las respuestas, bien estudiadas, a la pregunta de qu¨¦ buscan en la escuela de danza. El premio no es poca cosa: "En un a?o y medio estar¨¢n protagonizando un musical enorme, con una compa?¨ªa enorme", dice Marc. No hace ni dos meses que se conocen y han hecho una pi?a buen¨ªsima donde se desborad el cari?o. Entre ellos se apoyan al m¨¢ximo, se animan. Saben que a finales de junio habr¨¢ una criba y cuatro abandonar¨¢n la escuela, pero son un equipo. Puede que algo m¨¢s. ?Una familia? "Y tanto, yo siento como si me hubiesen llegado 16 nietos de golpe", sentencia Coco Comin.
Las dificultades de traer el musical a Barcelona
'Billy Elliot' es una de los grandes musicales de la escena mundial. Es una franquicia y, como tal, el traslado al teatro Nuevo Alcal¨¢ de Madrid ha sido supervisada al detalle por la productora del original, de Londres. Una vez establecidas las pautas, la empresa londinense ha pactado una direcci¨®n residente. Por otro lado, la espectacular escenograf¨ªa ha requerido incluso agujerear el escenario. Por estos condicionantes, Coco Comin considera que "es muy dif¨ªcil" que llegue a estrenarse en Barcelona, aunque "nunca se sabe". Los Billys formados en la escuela de Coco Comin se trasladar¨¢n a Madrid para actuar. Un sacrificio m¨¢s que har¨¢n encantados.
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