La dignidad de las instituciones
Los ataques y descalificaciones que N¨²ria de Gispert lanza contra los adversarios pol¨ªticos a trav¨¦s de Twitter son impropios de una expresidenta del Parlamento que acaba de recibir la Creu de Sant Jordi
Una expresidenta del Parlament deber¨ªa cuidar su imagen p¨²blica y seguir teniendo un comportamiento ejemplar despu¨¦s de abandonar el cargo. Es lo que se espera de quien ha ejercido la m¨¢xima autoridad en la c¨¢mara que representa a todos los catalanes. El tuit en el que N¨²ria de Gispert trata de cerdos a varios de sus adversarios pol¨ªticos es indigno de quien ha ejercido esa alta responsabilidad p¨²blica. No es la primera vez que N¨²ria de Gispert incurre en este tipo de hooliganismo pol¨ªtico, pero el hecho de que lanzara este tuit solo dos d¨ªas despu¨¦s de que le fuera concedida la Creu de Sant Jordi ha provocado una intensa pol¨¦mica y la petici¨®n formal de que le sea retirada. Es un galard¨®n instaurado por la Generalitat en 1981 para distinguir a las personas que, ¡°por sus m¨¦ritos, hayan prestado servicios destacados a Catalu?a en la defensa de su identidad o, con car¨¢cter general, en el plano c¨ªvico y cultural¡±.
El pol¨¦mico tuit reproduce un montaje gr¨¢fico en el que debajo de la leyenda ¡°Girauta a Toledo; Arrimadas a Madriz; Millo a Andalusia; Dolors Montserrat a la UE¡±, aparece la imagen de un cerdo, anagrama de la Associaci¨® Catalana de Productors de Porc¨ª, y la frase ¡°Catalu?a aumenta sus exportaciones¡±. No puede decirse que esta forma de comportarse y expresarse sea un servicio destacado a Catalu?a. M¨¢s bien al contrario. Este y otros mensajes insultantes dan p¨¢bulo a las acusaciones de supremacismo con el que se intenta caracterizar a todo el independentismo y otorga credibilidad al victimismo impostado que tanto Ciudadanos como el PP han explotado con notable ¨¦xito en el resto de Espa?a.
Hay preocupaci¨®n en amplios sectores de la sociedad catalana por la degradaci¨®n de la imagen del autogobierno
Es un juego de palabras facil¨®n, m¨¢s propio de una adolescente traviesa e inmadura que de la se?ora de 70 a?os que aparece en la fotograf¨ªa y que dice dedicar ese tuit a ¡°aquellos que desean que vuelva la dignidad a nuestras instituciones¡±. La dignidad de las instituciones se defiende evitando este tipo de mensajes.
Un repaso a su cuenta de Twitter, en la que se presenta como portavoz de Dem¨°crates de Catalunya, produce sonrojo. De Gispert lanza insultos y descalificaciones a todos los candidatos de los partidos no independentistas, con especial encono hacia In¨¦s Arrimadas y Meritxell Batet. Alguien que ha sido presidenta del Parlamento y consejera de Justicia y de Gobernaci¨®n debe saber que los pol¨ªticos tienen un rol ejemplarizante, y m¨¢s en esta ¨¦poca de transparencia extrema. El respeto a los adversarios y las ideas discrepantes figura en la primera lecci¨®n de cualquier manual de educaci¨®n para la ciudadan¨ªa. Por eso sorprende que una persona cultivada se deje llevar a ese terreno. Y que quienes defienden su misma causa no hayan salido al paso del descr¨¦dito que esta actuaci¨®n provoca. Es un ejemplo de c¨®mo la obcecaci¨®n pol¨ªtica puede nublar el juicio y alterar la percepci¨®n de las cosas.
Cuando la Generalitat decidi¨® otorgar a N¨²ria de Gispert la Creu de Sant Jordi conoc¨ªa perfectamente esta deriva descalificatoria. La expresidenta del Parlament irrumpi¨® en las redes en 2015 y cada vez se ha mostrado m¨¢s beligerante y agresiva en sus mensajes, hasta el punto de que fue reprobada en el Parlament en octubre de 2018 ¡°por sus reiterados y p¨²blicos comentarios vejatorios y excluyentes¡± contra la l¨ªder de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas, y otros diputados. La oposici¨®n pide ahora que se le retire la Creu de Sant Jordi. Muchos otros premiados pueden sentirse inc¨®modos de compartir la distinci¨®n con alguien con un perfil p¨²blico tan cuestionable. El presidente Joaquim Torra, que tambi¨¦n ha sido criticado por publicar art¨ªculos con comentarios despectivos hacia los espa?oles, se ha apresurado a decir que no se la va a retirar y que con la supresi¨®n del pol¨¦mico tuit es suficiente.
Pero el asunto no va a quedar zanjado tan f¨¢cilmente porque llueve sobre mojado. Aflora una gran preocupaci¨®n en amplios sectores de la sociedad catalana por la degradaci¨®n de la imagen de las instituciones del autogobierno. No solo porque las prioridades pol¨ªticas del ejecutivo est¨¦n cada vez m¨¢s alejadas de las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos, sino tambi¨¦n porque quienes las gobiernan ignoran o desprecian las formalidades en las que descansa la autoridad institucional. Esa degradaci¨®n es atribuible a la evoluci¨®n pol¨ªtica de los dos ¨²ltimos a?os, totalmente an¨®mala, pero tambi¨¦n a la actuaci¨®n personal de quienes est¨¢n al frente de ellas, comenzando por la de un presidente Torra que se considera a s¨ª mismo vicario de otra voluntad.
Con cada uno de estos incidentes, se baja un pelda?o m¨¢s en el respeto y la estima de los ciudadanos.
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