¡°Los autos sacramentales eran el concierto de los Stones de la ¨¦poca¡±
Xavier Albert¨ª monta en el TNC ¡®El gran mercado del mundo¡¯ de Calder¨®n en castellano y con un elenco mixto de actores catalanes y de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico
Las cosas no estar¨¢n tan mal cuando se puede hacer un Calder¨®n dela Barca en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), en castellano y coproducido por el propio TNC con la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico (CNTC). Xavier Albert¨ª, el director del TNC, se ha encargado adem¨¢s de poner en escena ¨¦l mismo El gran mercado del mundo,auto sacramental del gran autor del Siglo de Oro, con una compa?¨ªa mixta de 14 actores: la mitad habituales del TNC y el resto miembros de la CNTC. Una hermosa muestra de confraternizaci¨®n teatral en estos tiempos convulsos. El espect¨¢culo, de una hora y veinte minutos, se estrena el mi¨¦rcoles en la Sala Gran (hasta el 22 de junio).
Albert¨ª, conquistado por el Barroco, est¨¢ entusiasmado con la experiencia. "Ha sido flipante, la idea viene de hace dos temporadas cuando la CNTC trajeron El perro del hortelano y los dos equipos nos enamoramos. Helena Pimienta, la directora, me dijo: hagamos algo". Al acometer un auto sacramental, Albert¨ª ha tenido que combatir prejuicios, "los m¨ªos propios y los de muchos, normalmente no se es consciente de lo que es ese g¨¦nero y se lo mira con recelo, como si fuera propaganda de la Contrarreforma y un serm¨®n". La vinculaci¨®n tradicional lit¨²rgica y eucar¨ªstica de los autos y su asociaci¨®n por esa v¨ªa con el franquismo de palio les ha a?adido m¨¢s sombra.
El director considera que esa "niebla" que esconde el fascinante "archipi¨¦lago" de los autos sacramentales, ha hecho que esas obras, "bichos le¨ªdos solo parcialmente todav¨ªa", permanecieran "pr¨¢cticamente inexploradas en nuestros escenarios". Al sumergirse en su mundo, ha encontrado que son en realidad adem¨¢s de "herramientas claves de la propagaci¨®n de ideas", una "gran fiesta teatral", montada sobre un profundo universo filos¨®fico y "dirigida a un espectro ampl¨ªsimo de la sociedad", con el mismo peso, se?ala, de la tragedia griega o la l¨ªrica c¨®mica del XIX. Eran "teatro pol¨ªtico para la multitud urbana y la naturaleza aleg¨®rica de sus personajes remite tanto al teatro cl¨¢sico como a las p¨ªcaras denuncias de las revistas musicales del paralelo barcelon¨¦s del XIX y el XX o de la Gran V¨ªa madrile?a". Ven¨ªan a trabajar en los autos, destaca, los mejores escen¨®grafos, bailarines y m¨²sicos de Europa. En resumen, "los autos sacramentales son la bomba, son el concierto de los Rolling Stones de la ¨¦poca, las ceremonias ol¨ªmpicas de entonces".
El elemento escenogr¨¢fico m¨¢s impactante del espect¨¢culo de Albert¨ª es un carrusel, unos caballitos, s¨ªmbolo popular de la rueda de la fortuna.
Cuando Albert¨ª se pone a investigar y desmenuzar un g¨¦nero lo hace concienzudamente. Y as¨ª, es capaz de hablar del imaginario del barroco espa?ol, de El sue?o del caballero (el cuadro de Pereda que representa todas las vanitas del mundo), de la D¨¢nae de Tiziano (y la relaci¨®n del polvo de oro de Zeus con la Anunciaci¨®n), de la "geograf¨ªa de la Reforma y la Contrarreforma", se?alando que est¨¢ relacionada con "la articulaci¨®n de la liga hanse¨¢tica", y de llegar a la conclusi¨®n de que El gran mercado del mundo tiene que ver con la idea de la construcci¨®n de Europa, en el tiempo de Calder¨®n y en el nuestro. "Antes de que Nietzsche promulgara la muerte de Dios y anunciara la llegada del mercado global, Calder¨®n lo hab¨ªa intuido".
El director recuerda que los autos sacramentales se situaban en el centro neur¨¢lgico del ecosistema teatral de su ¨¦poca especialmente durante los lutos reales ¡ªen ¨¦poca de Pedro Calder¨®n de la Barca (1600-1681) la muerte de la reina Isabel, esposa de Felipe IV y del infante Baltasar Carlos, de viruela¡ª en los que eran las ¨²nicas obras autorizadas a representarse.
Albert¨ª destaca la genialidad de Calder¨®n, que hab¨ªa sido soldado, sacerdote, poeta, fil¨®sofo, de todo en su ¨¦poca, y a su manera inventor de la naturaleza humana, utilizando la expresi¨®n que Harold Bloom acu?¨® para Shakespeare. Se?ala que estaba influenciado por el pensamiento jesu¨ªtico y la idea de que el destino est¨¢, en cuanto al recorrido personal concreto, en manos del hombre. "Era una persona de una modernidad extraordinaria y su creaci¨®n demuestra que fue un gran lector de los cl¨¢sicos, a cuyas obras accedi¨® gracias a la nutrida biblioteca del Duque de Alba a cuyo servicio estuvo".
El gran mercado del mundo es una f¨¢bula que arranca con el anuncio de la Fama de que se va a celebrar un mercado libre, franco, en el que se vender¨¢ de todo y al que acuden los dos hijos gemelos (Buen Genio, Alejandro Bordanove, y Mal Genio, David Soto) de un padre de familia que los env¨ªa a probar cu¨¢l de los dos merece la herencia. Quien use mejor el dinero en el mercado tendr¨¢ la recompensa de la propiedad y la mano de Gracia (Ana S¨¢nchez). En el mercado encontrar¨¢n a la Gula (Oriol Gen¨ªs), a la Lascivia (Roberto G. Alonso), la Herej¨ªa, que vende libros de Lutero y Calvino (Jordi Dom¨¨nech), la Malicia (Mons Plans) o la Culpa (S¨ªlvia Mars¨®).
La obra, en la que se debaten temas como el mayorazgo, es de una gran ambici¨®n y riqueza ideol¨®gicas, se?ala Albert¨ª, pero se traduce en un teatro popular, unas representaciones may¨²sculas a las que asist¨ªan 20.000 personas, y la gente disfrutaba de lo lindo. Hab¨ªa muchas capas de lectura, subraya el director (responsable tambi¨¦n de la versi¨®n), que dice que ha respetado el texto de Calder¨®n y su estructura a?adiendo cosas de su cosecha como El tango de la coca¨ªna (1926) de Joan Viladomat, estrenado en el teatro Vict¨°ria del Paralelo en el 29, Purcell, Monteverdi o Bach, mucho Bach. El elemento escenogr¨¢fico m¨¢s impactante del espect¨¢culo de Albert¨ª es un carrusel, unos caballitos, s¨ªmbolo popular de la rueda de la fortuna. Al respecto, el director recuerda que el skyline de Barcelona, el Tibidabo, es una mezcla, similar a la del auto sacramental, de Cristo (el templo expiatorio) y noria. Vamos, que se lo ha pasado de co?a. "Como pocas veces, s¨ª".
De la mezcla de las tradiciones de la CNTC y el TNC dice que "todos nos hemos enriquecido" y destaca que la direcci¨®n de un director que adem¨¢s es m¨²sico y respeta la m¨¦trica pero sin convertirla en lo ¨²nico, ha ido muy bien. "Le hemos dado un aire de teatralidad y libertad superior a lo que otras veces se hab¨ªa hecho con el g¨¦nero".
Con Llu¨ªs Homar ¡°les ha tocado la loter¨ªa¡±
A prop¨®sito de la pol¨¦mica por el nombramiento de Llu¨ªs Homar al frente de la CNTC a partir de la pr¨®xima temporada, Albert¨ª recalca ¡°la suerte que han tenido¡± al fichar a una persona ¡°de un compromiso personal incuestionable¡±. Y remacha: ¡°Les ha tocado la loter¨ªa¡±.
A Albert¨ª le quedan dos temporadas al frente del TNC. "Habr¨¢n sido en total ocho a?os y el balance me parece muy positivo", reflexiona. "Tenemos el mayor n¨²mero de abonados de la historia del este teatro". Probablemente le sustituir¨¢ una mujer, aunque en realidad ahora ya hay una: su gamberro alter ego art¨ªstico Wanda Pitrowska.
Dice que hacer Calder¨®n en el TNC no ha provocado ninguna reacci¨®n en contra, ni pol¨ªtica ni de ninguna otra clase.
Del hecho de que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, haya usado el escenario del TNC como plataforma independentista en actos institucionales se?ala que no est¨¢ en sus atribuciones de director decidir a qui¨¦n se le alquila el teatro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.