El ¡®selfie¡¯ de la concordia
Los candidatos dedican el d¨ªa de reflexi¨®n a la tradicional foto para los medios
El fot¨®grafo Agust¨ª Carbonell asegura que todav¨ªa utiliza la peque?a c¨¢mara Leica con la que en la d¨¦cada de los a?os noventa, cuando estaba al mando de la secci¨®n de fotograf¨ªa de EL PA?S Catalu?a, tomaba sus fotos m¨¢s especiales. ¡°Ahora, ya ves, las hacemos con un m¨®vil¡±, dec¨ªa ayer Carbonell se?alando al tel¨¦fono con el que los candidatos al Ayuntamiento de Barcelona se hicieron el selfie oficial de esta campa?a electoral. El retrato tuvo como testimonios a periodistas, a agentes de la Guardia Urbana, turistas y algunos curiosos como el veterano fot¨®grafo. Fue un autorretrato que impuso una breve tregua de cordialidad entre rivales pol¨ªticos que llevan las ¨²ltimas semanas dici¨¦ndose de todo menos lindezas.
En el documental Alcaldesa, Ada Colau explicaba en 2015, con un punto de orgullo, que ella manten¨ªa las distancias con el resto de candidatos, porque dec¨ªa que ella no era una pol¨ªtica profesional: ¡°En los debates electorales me he sentido una intrusa, y sin ganas de sentirme incluida. Yo no quiero formar parte de su mundo¡±. Colau sigue marcando distancias respecto a sus rivales, como hace cuatro a?os, aunque se la ve m¨¢s desenvuelta. En los momentos previos al retrato de grupo de EL PA?S, la alcaldesa salud¨® a los periodistas y se qued¨® junto a su equipo hasta que lleg¨® el momento de tomar el mando, en este caso, sujetar un palo de selfie de tres metros de largo, parecido a una ca?a de pesca de altura: el grupo aguant¨® la sonrisa un par de minutos, hasta conseguir el mejor enfoque, y listos.
A Colau la flanqueaban sus oponentes en el mismo orden que han mantenido durante los debates electorales. Los cabezas de cartel de estas municipales hablaban poco entre ellos, quiz¨¢s porque una hora antes ya se hab¨ªan saludado en la primera fotograf¨ªa de grupo del d¨ªa. Josep Bou (PP), siguiendo la t¨®nica de toda la campa?a, fue el m¨¢s dicharachero, el que intentaba entablar conversaci¨®n con los dem¨¢s. Ernest Maragall (ERC) era el que se manten¨ªa m¨¢s apartado y Anna Saliente (CUP), la que menos tiempo estuvo presente: fue de las ¨²ltimas en llegar y la primera en marcharse, subi¨¦ndose de copiloto en un todo terreno Subaru que pas¨® a recogerla, sucio de barro como si llegara de correr el Dakar.
Elsa Artadi (Junts per Catalunya) aport¨® el ¨²nico detalle diferencial de la sesi¨®n, pos¨® con una fotograf¨ªa de Quim Forn, su cabeza de lista, actualmente en prisi¨®n preventiva y juzgado en el Tribunal Supremo. Artadi demostr¨® que en campa?a casi todos los detalles son previamente analizados: eligi¨® vestirse con tonos oscuros para que la foto de Forn ¡ªde tonos claros¡ª resaltara m¨¢s. La imagen de Forn la cargaba en una caja de cart¨®n el director general de comunicaci¨®n de la Generalitat, Jaume Clotet, quien hac¨ªa pocos d¨ªas hab¨ªa escrito en Twitter que Manuel Valls (Barcelona pel Canvi - Ciutadans) era ¡°el candidato de la ultraderecha espa?ola¡±. Valls, que tambi¨¦n ha dedicado palabras parecidas a Junts per Catalunya, coment¨® que las contiendas electorales le parecen m¨¢s agresivas aqu¨ª que en Francia, sobre todo porque el sistema de segunda vuelta franc¨¦s fuerza que el pol¨ªtico deba atraer a un votante alejado de sus siglas: ¡°Si te dedicas a insultar en la primera vuelta, mal en la segunda¡±, valor¨® el ex primer ministro franc¨¦s.
Cada candidato prosigui¨® por su cuenta hacia la siguiente etapa de una jornada de reflexi¨®n que desde hace ya a?os parece un d¨ªa m¨¢s de promoci¨®n de la campa?a. Justo en el momento en el que desaparecer¨ªan los pol¨ªticos, la plaza fue ocupada por una batucada de un grupo de ni?os. El azar uni¨® as¨ª dos tradiciones contempor¨¢neas barcelonesas: la de tocar el tambor como si fu¨¦ramos de Sao Paulo y la de retratar a los candidatos juntos por un d¨ªa, sonrientes, como si fueran amigos del alma.
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