La m¨²sica pop como polo de atracci¨®n internacional en Valencia
El neozeland¨¦s Scott Mannion se suma a la chilena Soledad V¨¦lez o al holand¨¦s Rick Treffers, m¨²sicos for¨¢neos que impulsan su carrera desde aqu¨ª
Algo ha empezado a cambiar en Valencia. Durante muchos a?os, fue un territorio no solo muy poco relevante en t¨¦rminos musicales por su sempiterna carencia de infraestructuras, sino tambi¨¦n por su incapacidad para ejercer como polo de atracci¨®n para m¨²sicos for¨¢neos. M¨¢s all¨¢ de algunas temerarias iniciativas privadas, los hitos esc¨¦nicos se contaban con los dedos de una mano. Chocaba que una tierra tan rebosante de m¨²sicos de base, que adem¨¢s hab¨ªa logrado atraer para s¨ª la sede europea de la Berklee, tuviera una proyecci¨®n musical tan yerma. Su clima, su paisaje, su calidad de vida y la relativa bondad de sus alquileres ¨C en comparaci¨®n con ciudades de tama?o similar ¨C pod¨ªan convertirla en un nuevo foco de creatividad, no solo para el talento local.
Las instituciones y los gestores econ¨®mico-culturales empezaban a asimilar el potencial: marcas como Terra de Musix o Castell¨®n Tierra de Festivales se hac¨ªan eco de una realidad en alza, mientras los m¨²sicos locales se organizaban desde la base, al tiempo que quienes consideran a Valencia id¨®nea para ser la principal Music City estatal ¨C y europea ¨C empiezan ya a ver la luz. Nuevos enclaves, como la Marina Real, Veles e Vents o el Convent del Carmen, y no pocos festivales urbanos, han dinamizado una ciudad cuyas calles viv¨ªan de espaldas a la m¨²sica. El Palau de la M¨²sica tambi¨¦n se ha abierto a otros p¨²blicos con mayor determinaci¨®n que nunca.
Por fin empieza a verse a Valencia como un foco catalizador de empe?os en lo musical. Incluso como un destino apetecible para m¨²sicos for¨¢neos, que han encontrado aqu¨ª un estupendo cuartel general desde el que proyectar su obra. Aunque no sea oro todo lo que reluce: queda mucho por recorrer, como muestra el proceloso camino de las licencias para los directos, el panorama de las peque?as salas.
¡°Est¨¢n pasando muchas cosas aqu¨ª, hay un movimiento brutal musical, con muchas propuestas, y con muchos m¨²sicos de fuera tambi¨¦n¡±, nos comenta la chilena Soledad V¨¦lez, posiblemente la figura extranjera radicada en Valencia con m¨¢s proyecci¨®n en los ¨²ltimos tiempos. Ella lleg¨® en 2008, ¡°de casualidad¡±, ya que lo decidi¨® ¡°tres meses antes¡± de venirse, pero sigue encantada de poder vivir en una tierra que le gusta mucho ¡°para vivir y operar desde aqu¨ª¡±, aunque hace tiempo que sus discos los edita el sello madrile?o Subterfuge. Lejos de ser una r¨¦mora, y aunque asume que ¡°desde una gran capital siempre es m¨¢s sencillo¡±, reconoce en Valencia ¡°cada vez m¨¢s inter¨¦s e inversi¨®n en proyectos relacionados con la m¨²sica¡± y dice ponerse ¡°muy contenta¡± cuando llega el jueves y ¡°te pones a mirar los conciertos que hay, las propuestas que tenemos¡±. V¨¦lez es, por cierto, la primera artista afincada en Valencia en impartir clases magistrales ¨C ahora mismo ¨C a alumnos del Liverpool Institute For Performing Arts, creado por Paul McCartney, y afronta una inminente gira con sus alumnos por Espa?a durante este mes de junio.
M¨¢s ex¨®tico, aunque igual de casual, es el caso del neozeland¨¦s Scott Mannion. Se vino a Chelva, en el interior de la provincia, hace seis a?os, casi sin querer, huyendo del bullicio de Londres. Se mud¨® a una casa en la que viv¨ªan hasta entonces un par de artistas sonoros alemanes. Y desde all¨ª compone algunas de la m¨¢s preciadas gemas del indie pop neozeland¨¦s, en plena serran¨ªa valenciana, en un entorno entre rural y medieval: ¡°Chelva logra una sensaci¨®n muy especial, con la ciudad medieval situada entre los olivares y los almendros, el r¨ªo en el valle y el Pico del Remedio mirando hacia abajo¡±, afirma de un lugar en el que ha encontrado gran inspiraci¨®n, ya que ¡°es bastante silencioso¡±, algo que no le ha impedido a?adir grabaciones de campo ¨C como las campanillas que agitan sus vecinos por las calles durante San Ant¨®n ¨C a algunas de sus ¨²ltimas canciones. El suyo es un caso peculiar, por cuanto ese relativo aislamiento le mantiene lejos del ambiente de la capital pero le permite seguir gestionando su propio sello discogr¨¢fico ¨C su otro socio sigue en Nueva Zelanda ¨C a trav¨¦s de internet e incluso organizar ya aqu¨ª sus primeras giras: el pr¨®ximo 7 de junio presentar¨¢ Loving Echoes, su delicioso primer ¨¢lbum en solitario, en el Centre Excursionista de Val¨¨ncia, junto a su paisano y colaborador Lawrence Arabia, otro de los m¨²sicos internacionalmente m¨¢s cotizados del llamado indie pop kiwi.
Otro giro del destino fue lo que llev¨® al holand¨¦s Rick Treffers a establecerse en Valencia, a?os despu¨¦s de visitarla por vez primera al frente de su banda Miss Universe, en 1995. Fue en 2011 cuando opt¨® por quedarse aqu¨ª, por ser ¡°una ciudad muy luminosa pero con un lado bastante oscuro¡± una combinaci¨®n que dice ¡°pegarle bien¡± a su m¨²sica. Tambi¨¦n porque ¡°los precios de alquileres eran m¨¢s asequibles que en Barcelona o Madrid¡± y porque el p¨²blico valenciano siempre le hab¨ªa parecido ¡°uno de los m¨¢s c¨¢lidos e interesados en toda Espa?a¡±, aunque fuera menor que en Madrid. Este enamorado del Mediterr¨¢neo, exquisito creador de canciones en la estela de Brian Wilson, Nick Drake o Burt Bacharach, que acaba adem¨¢s de estrenar un show teatral y musical en el Festival Cabanyal ?ntim llamado ¡°?Nino Bravo est¨¢ vivo!¡± (con m¨²sica de Nino Bravo, David Bowie o Jacques Brel), afirma que en Valencia siempre le ha resultado ¡°f¨¢cil conocer a m¨²sicos y gente interesada¡± en su m¨²sica, pero tambi¨¦n cree que la ciudad ¡°carece de infraestructura¡±. Y que pese a que es ¡°una ciudad supermusical¡±, su organizaci¨®n le parece ¡°demasiado sobre la marcha para poder crecer y establecerse como una ciudad de m¨²sica pop importante¡±. Su visi¨®n, ya se ve, admite matices que van m¨¢s all¨¢ del optimismo generalizado. Es lo que tiene el pensat i fet.
De hecho, Treffers se gana la vida tambi¨¦n como gu¨ªa tur¨ªstico y columnista, y le gustar¨ªa poder decicarse a la m¨²sica con una dedicaci¨®n m¨¢s exclusiva. Su nombre viene a sumarse al de otros m¨²sicos extranjeros de renombre que tambi¨¦n labraron gran parte de su carrera aqu¨ª ¨C como el norteamericano Josh Rouse, quien vivi¨® en Valencia hasta hace unos a?os, y volvi¨® a EEUU en buscando un nuevo impulso a su trayectoria ¨C y al de m¨²sicos de otros rincones de Espa?a ¨C como los dos integrantes del d¨²o Dwomo o Roberto Mart¨ªn, de Uke, ambos madrile?os ¨C que se buscaron la vida en la geograf¨ªa valenciana. Un entorno, por cierto, tan acogedor como para que incluso estrellas de la radio, como el hist¨®rico Juan De Pablos, afronten aqu¨ª su bien ganada jubilaci¨®n.
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