Republicana y de izquierdas
El empate a 10 concejales de Maragall con Barcelona en Com¨² le aboca a intentar un pacto con Ada Colau, que la alcaldesa en funciones ya le ofreci¨® anoche
Cuando los barones y otros adversarios de Pedro S¨¢nchez le combat¨ªan con sa?a argumentando que pretend¨ªa podemizar al PSOE y que eso ser¨ªa la ruina del socialismo no pod¨ªan estar m¨¢s equivocados. El giro a la izquierda de Pedro S¨¢nchez es lo que ha permitido al socialismo resurgir de sus cenizas y una parte de los rescoldos que volvieron a arder ayer lo hicieron en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana. Con mayor¨ªa absoluta en municipios tan importantes como Santa Coloma o L'Hospitalet, y con el ascenso de Jaume Collboni en Barcelona, que dobl¨® en n¨²mero de concejales, el resurgir del socialismo ha arruinado las expectativas de su principal contrincante por la izquierda: el espacio de los comunes. Puede decirse que los votos que Collboni gan¨® en Nou Barris a costa de los Comunes fueron los que impidieron que Ada Colau revalidara la alcald¨ªa, que perdi¨® por menos de 5.000 votos. Y, paradojas de la pol¨ªtica, sirvi¨® para darle la victoria a ERC, su antagonista en el eje identitario, y para poner la alcald¨ªa de Barcelona en manos independentistas, que es lo que pretend¨ªan evitar.
Despu¨¦s de gobernar durante cuatro a?os con una nave muy fr¨¢gil y un fuerte viento en contra, el carisma de la alcaldesa no ha sido suficiente para vencer a tantos adversarios juntos, ni le ha permitido compensar la debilidad organizativa que lastra su espacio pol¨ªtico. Las divisiones y la falta de cohesi¨®n interna han arruinado las expectativas que la nueva izquierda suscit¨® hace cuatro a?os y, aunque en menor medida, tambi¨¦n han afectado a la fortaleza de la candidatura de Colau en Barcelona.
Los republicanos se consolidan como la principal fuerza municipalista en el conjunto de Catalu?a, avanzan en capitales y ciudades importantes, incluida el ¨¢rea metropolitana, y sobre todo, consigue, aunque sea por una diferencia m¨ªnima, el trofeo m¨¢s preciado: la ciudad de Barcelona. El apellido Maragall vuelve al despacho del lado mar de la Plaza de Sant Jaume, y ahora tendr¨¢ que decidir c¨®mo quiere gobernar. Los ciudadanos de Barcelona no han dejado lugar a dudas sobre su decantamiento en el eje identitario: la mayor¨ªa de izquierda es abrumadora. ERC, Barcelona en Com¨² y PSC suman 28 concejales y 450.000 votos, frente a 13 concejales y 215.000 de los partidos de derecha. Pero el eje identitario hace dif¨ªcil conciliar PSC y ERC en una mayor¨ªa de Gobierno. El independentismo retrocedi¨® de 18 concejales y 287.000 votos a 15 ediles y 239.000 votos. Este retroceso es el precio que ha pagado por presentarse en cuatro candidaturas distintas.
Colau sabe bien lo que cuesta gobernar con solo 11 concejales. Maragall no lo tendr¨ªa m¨¢s f¨¢cil si quisiera hacerlo en solitario, como sugiri¨® durante la campa?a. El empate a 10 concejales con Barcelona en Com¨² le aboca a intentar un pacto con Ada Colau, que la alcaldesa en funciones ya le ofreci¨® anoche.
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