Barcelona bien vale un pacto
Ante la perspectiva de dejar en manos de los independentistas el ayuntamiento, Comuns, PSC y el grupo de Valls podr¨ªan hacerse con la alcald¨ªa mediante un acuerdo a tres

Barcelona es la capital de Catalu?a. La deslealtad del presidente Torra es tan alta que se permite negar este hecho irrefutable porque el apoyo a la independencia en la ciudad condal crece, pero sigue sin ser la opci¨®n mayoritaria. Concretamente, las opciones independentistas que han conseguido concejales (ERC y Junts) suman 239.947 votos, lo que es un 31,73% del total de votos escrutados. Ni siquiera con los votos de CUP Capgirem Barcelona y Barcelona ¨¦s capital (unos 60.000) sumar¨ªa la opci¨®n independentista m¨¢s de un 40% del total.
Barcelona es una ciudad que puede pasearse sola por el mundo, que da valor a?adido a Catalu?a, no a la inversa. Barcelona es una marca en s¨ª misma. Y esta marca puede verse definitivamente comprometida si Ernest Maragall es finalmente elegido alcalde de Barcelona. No olvidemos que seg¨²n la propia campa?a electoral de ERC, la finalidad de esta formaci¨®n es ¡°republicar¡± Barcelona. As¨ª, parece que los independentistas tienen como prop¨®sito hacer caer definitivamente a Barcelona en el marasmo procesista.
Ada Colau ha perdido las elecciones. La alcaldesa en funciones ha perdido un asiento en el consistorio y 20.000 votos respecto de 2014. Una parte de este voto se ha ido, probablemente, a ERC y otros, al PSC. Este trasvase de votos, y la subida de participaci¨®n en estas elecciones municipales, han favorecido especialmente al PSC que ha visto duplicado su n¨²mero de concejales y de votantes. El partido liderado por Collboni se ha convertido en refugio de una parte del electorado que se ha sentido hu¨¦rfana en la pasada legislatura por la gesti¨®n de la alcaldesa saliente en algunos temas, y, sobre todo, por su continuada ambig¨¹edad con respecto del proc¨¦s independentista. Si hacen un poco de memoria recordar¨¢n que despu¨¦s de pedir informes al secretario del consistorio, decidi¨® no ceder locales para la celebraci¨®n de la consulta (ilegal) del 1 de octubre. Sin embargo, al tiempo afirmaba que cumplir¨ªa con su compromiso y que en Barcelona se podr¨ªa participar. De hecho, ella misma acab¨® participando en el pseudo refer¨¦ndum de aquel fat¨ªdico 1 de octubre. Desde entonces la hemos visto con y sin lazo amarillo, rodeada de concejales abiertamente independentistas con los que ha ido a visitar a los pol¨ªticos presos que para ella son, por cierto, presos pol¨ªticos, asumiendo el marco conceptual fijado por el independentismo de que los l¨ªderes independentistas est¨¢n en prisi¨®n (provisional) por sus ideas, y no por utilizar medios il¨ªcitos para defenderlas.
Pese a todo ello, el PSC se prest¨® a formar un gobierno de coalici¨®n para una mejor gobernabilidad de la ciudad. El acuerdo entre ambos partidos acab¨® despu¨¦s de que Colau sometiera a sus bases el destino del pacto de gobierno con el grupo de Jaume Collboni.
Los resultados de ayer dan como vencedora en Barcelona a ERC, aunque lejos de la mayor¨ªa absoluta. Todo apunta a que, condicionado por el Gobierno en la Generalitat al que pertenece, pactar¨¢ con Junts, grupo liderado por Elsa Artadi (hasta hace semanas, compa?era de Maragall en el Govern). Se crear¨ªa de esta forma un bloque expresamente independentista con 15 concejales, por debajo todav¨ªa de la mayor¨ªa absoluta. La l¨®gica de la competici¨®n por el poder en el espectro independentista entre ERC y las versiones sucesivas de Converg¨¨ncia har¨ªan inviable una ruptura de dicho bloque en favor de un pacto Maragall-Colau. Nadie quiere ser el primero en ser se?alado como traidor a la causa com¨²n.
Ante la perspectiva de dejar en manos de los independentistas el ayuntamiento de Barcelona, Comuns, PSC y el grupo de Valls podr¨ªan hacerse con la alcald¨ªa mediante un acuerdo a tres, como m¨ªnimo, para superar la votaci¨®n de investidura con mayor¨ªa absoluta. Sin duda, esta operaci¨®n es harto compleja y supone superar muchos obst¨¢culos internos, ideol¨®gicos, incluso personales, pero la alternativa es que estos tres partidos est¨¦n en la oposici¨®n los pr¨®ximos 4 a?os observando como Barcelona se convierte en una pieza m¨¢s en el tablero de juego de la estrategia independentista. El mapa pol¨ªtico en Espa?a ha quedado muy abierto tras las elecciones celebradas ayer, por lo que no es descartable que lo que a priori parecieran pactos imposibles en Barcelona, pudieran conseguirse como resultado de otros movimientos en el gobierno central, en otros ayuntamientos o en el gobierno de alguna comunidad aut¨®noma.
Si Par¨ªs bien val¨ªa una misa, Barcelona bien merece esfuerzos y generosidad para salvarla de la trituradora independentista.
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