Tres lenguas que Eurovisi¨®n no ha o¨ªdo nunca
Este Estado obviamente solo se forjar¨¢ con mayor¨ªas parlamentarias que lo encaucen. Pero los gestos simb¨®licos tambi¨¦n pueden ayudar a que ese Estado que tanto necesitamos termine cuajando
Las elecciones municipales y europeas, el independentismo, m¨¢s o menos expl¨ªcitamente, las encar¨® como un plebiscito. Da la impresi¨®n que, en este empe?o, se haya puesto toda la carne en el asador. Y as¨ª y todo, todav¨ªa siguen sin traspasar la anhelada l¨ªnea del 50% del voto ciudadano. Eso nos dice que para un 48,9% (269.282 votos) de la ciudadan¨ªa en Catalu?a, el eje que importa es el nacional, mientras que para el 51,1% (294.905 votos) es el de izquierda/derecha. Mientras se esperan las elecciones para renovar el Parlament, cosa que no creo que vaya a suceder este a?o ni parte del que viene, el independentismo tira de sus n¨²meros y de sus pol¨ªticos presos y sus escapados. Solo la inteligencia pol¨ªtica de los jueces del Tribunal Supremo, en detrimento de su propio legalismo a ultranza, podr¨ªa rebajar la temperatura emocional que el independentismo necesita como agua de mayo para seguir con su ¨¦pica. Y si as¨ª no fuera, siempre le queda a Pedro S¨¢nchez, sin miedo, decretar el indulto en caso de que los acusados fueran condenados a penas de c¨¢rcel, inasumibles estas para un Estado de derecho que se precie. Los pol¨ªticos presos cometieron el error de transgredir las reglas de juego de la democracia espa?ola y romper el pacto de lealtad que todo sistema democr¨¢tico necesita para generar confianza entre las instituciones, la clase pol¨ªtica y los ciudadanos. Pero tambi¨¦n el Estado tiene que basar su funcionamiento no en la judicializaci¨®n de la pol¨ªtica, no en la venganza y el escarmiento, sino en la lecci¨®n pol¨ªtica y moral que supondr¨ªa un acto de magnanimidad para con los que tan gravemente se equivocaron en sus decisiones pol¨ªticas.
Soy de los que creen que el Gobierno central tiene ahora en la mano, am¨¦n de las medidas en materia econ¨®mica y de infraestructuras que redunden en beneficio de la ciudadan¨ªa catalana, convertir en realidad algunos de los esl¨®ganes que el presidente del Gobierno en funciones predic¨® no hace mucho tiempo, por lo menos no tanto como para que se le hayan olvidado. Me refiero a hacer de Espa?a un Estado plurinacional y pluriling¨¹¨ªstico. Este Estado obviamente solo se forjar¨¢ con mayor¨ªas parlamentarias que lo encaucen. Pero los gestos simb¨®licos tambi¨¦n pueden ayudar a que ese Estado que tanto necesitamos termine cuajando. Voy a dar un ejemplo de gesto simb¨®lico y, seg¨²n como se mire, en el fondo no tan simb¨®lico.
El Gobierno central tiene en la mano convertir en realidad algunos de los esl¨®ganes que el presidente predic¨®
El s¨¢bado ¨²ltimo, TVE emiti¨® en directo la final de la Copa del Rey. Sobre el c¨¦sped del Villamar¨ªn hac¨ªa mucho calor. Eso hizo que el ¨¢rbitro del encuentro lo suspendiera durante unos segundos, para dar tiempo a los jugadores a refrescarse. Resulta que TVE, para dar cuenta de ese hecho, sobreimpresion¨® en las pantallas el sintagma en ingl¨¦s cooling break. Ello sulfur¨® a multitud de televidentes, que se sintieron ofendidos que dicha sobreimpresi¨®n no se hiciera en castellano,¡°claro, como estamos en Inglaterra¡±, tuitearon con sarcasmo algunos. Resulta extra?o que en un pa¨ªs donde se hablan cuatro lenguas, todav¨ªa haya ciudadanos que crean que se los ofende cuando se utiliza otra lengua que no es la oficial en todo el Estado. ?Y si se legislara que el catal¨¢n, el vasco y el gallego tambi¨¦n fueran lenguas oficiales en todo el Estado? Eso supondr¨ªa incluir en los programas de estudio, el aprendizaje, como m¨ªnimo optativo, de estas lenguas. ?Cu¨¢ntos miles y miles de espa?oles siguen creyendo que en Espa?a solo hay una lengua? Y ya no mento los que creen que solo se debe hablar en castellano. Y tampoco los que creen que los que hablan en catal¨¢n entre ellos fuera de Catalu?a solo lo hacen con el expreso af¨¢n de ofender o molestar al resto de los espa?oles. Y ahora entro en el gesto simb¨®lico. Soy de los que cree que en un festival como el de Eurovisi¨®n, Espa?a deber¨ªa competir en cualquiera de sus cuatro lenguas. Desde que Joan Manuel Serrat no pudo participar en Eurovisi¨®n en 1968 por hab¨¦rsele prohibido cantar en catal¨¢n (el famoso La, la, la que al final interpret¨® Massiel), Espa?a (o TVE) solo permite a sus participantes cantar en castellano. O sea que, aunque parezca mentira, en nuestro pa¨ªs todav¨ªa sigue vigente una prohibici¨®n del franquismo m¨¢s duro en materia de censura.
Si el Gobierno socialista hiciera alguna gesti¨®n en este sentido, si permitiera que Espa?a presentara una canci¨®n cantada en cualquiera de sus otras tres lenguas, le har¨ªa un infinito favor a sus mismos ciudadanos, que por fin podr¨ªan o¨ªr un idioma que a lo mejor nunca han o¨ªdo. Y para terminar, en 1995 y 1996, Francia present¨® canciones cantadas en corso y bret¨®n.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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