?Todav¨ªa la amamos?
Carla Bruni abri¨® el festival Jardins de Pedralbes con todo su encanto pero dej¨® tras su paso divisi¨®n de opiniones
Alguien le dijo que todav¨ªa la amamos y Carla Bruni se present¨® en los Jardines de Pedralbes convencida de ello. Es incre¨ªble la seguridad y la confianza en s¨ª misma de esta mujer que cree que con su sola presencia, con solo salir al escenario y hablarnos, arrullarnos y cantar un poquito, y moverse y recostarse en el proscenio, se nos mete en el bolsillo. Algo de eso hay, cierto.
Anoche en los jardines, en la inauguraci¨®n del festival que va a durar hasta el 15 de julio, con otras citas a no perderse (Woody Allen, Kraftwerk, Roger Hodgson), se acerc¨® mucha gente atra¨ªda por el reclamo de la leyenda Bruni, la bella modelo y artista ex primera dama de Francia, por ver a la figura medi¨¢tica ¨Cacaso tambi¨¦n a su marido Nicol¨¢s Sarkozy, que fall¨®- y quiz¨¢ impregnarse de su charme y elegancia, como si fueran contagiosos. Que adem¨¢s cantara, pues mejor. Muchos tambi¨¦n fueron (fuimos) por esa canci¨®n, Quelq¡¯un m¡¯a dit, y las dem¨¢s de su primer disco (2002), para escuchar y recordar susurros rom¨¢nticos bajo las estrellas en una noche m¨¢gica de casi ya verano.
Hubo lo que hubo, pero nadie podr¨¢ decir que Carla Bruni le enga?¨®: en todo caso nos enga?amos nosotros mismos. Que Carla Bruni no tiene una voz que le permita muchos registros es algo sabido (excepto quiz¨¢ por ella), que tampoco es lo que se dice una fiera esc¨¦nica, tambi¨¦n. As¨ª que un concierto que se presentaba como una mezcla de sus melod¨ªas de siempre con una serie de versiones de canciones famosas -de su nuevo disco, French Touch-, incluida ?Highway to hell de AC/DC!, hac¨ªa prever que esta segunda l¨ªnea no iba a resultar precisamente antol¨®gica. Bruni funciona muy bien en lo suyo, pero a la que se sale de guion patina.
Hubo lo que hubo, pero nadie podr¨¢ decir que Carla Bruni le enga?¨®: en todo caso nos enga?amos nosotros mismos.
La velada, iniciada en los maravillosos jardines con la tradicional oferta de copas, restauraci¨®n (incluidas carpas de Flash Flash y Giardinetto), m¨²sica y fuentes rumorosas, reuni¨® a una amplia representaci¨®n de la gente bien de Barcelona que para ir a Pedralbes no se tiene que mover mucho. El recinto de conciertos se llen¨® (se hab¨ªan vendido las 2.400 localidades) y la gente se acomod¨® en el agradable frescor de la noche para escuchar a la Bruni, sin m¨¢s inquietud que los p¨¢jaros de decoraci¨®n con raros ojos humanos y saber si hab¨ªa hecho bien dejando el forro de Uniqlo en el coche o en el cofre de la moto. Precedi¨® a la artista en el escenario el director del Festival Jardins Pedralbes, Mart¨ªn P¨¦rez, que record¨® los or¨ªgenes de esta cita ya consolidada en el pre-verano barcelon¨¦s y que acaba de arrancar su s¨¦ptima edici¨®n. Sali¨® seguidamente Carla Bruni, de negro, con pantalones acampanados, acompa?ada por sus m¨²sicos, una formaci¨®n solvente con piano, guitarras, chelo, percusi¨®n e incluso acorde¨®n en una de las canciones. Lanz¨® un ¡°bona nit Barcelona¡± y un ¡°buenas noches¡± antes de dirigirse al p¨²blico en ingl¨¦s y franc¨¦s para explicar el concierto. Estuvo muy locuaz toda la noche y habl¨® antes de cada canci¨®n.
Empez¨® por Le chemin des rivi¨¨res, sigui¨® con Crazy, de Willie Nelson (en la estrofa¡± I'm crazy, crazy for feelin' so lonely¡± alguien pudo pensar que lamentaba la ausencia de Sarkozy), y luego version¨® a The Clash en Jimmy Jazz. A continuaci¨®n se atrevi¨®, Dios la perdone, con Moon River, tratando de transmutarse en Audrey Hepburn, y explicando que es una de sus canciones favoritas (m¨¢s adelante buscar¨ªa otra encarnaci¨®n imposible: Rita Hayworth en La dama de Shangai entonando Please don¡¯t Kiss me, ¡°que significa exactamente lo contrario¡±). En las notas finales un airecillo le despein¨® el flequillo y era f¨¢cil quedarse embobado mirando a la copa de los pinos. Aprovech¨® el momento para cantar Enjoy the silence, de Depeche Mode. ¡°Es cursi, eh, por eso¡±, anot¨® una espectadora en un susurro; otra expres¨® con una suerte de rencor: ¡°Se cree que est¨¢ buen¨ªsima¡±. ¡°No me extra?a que Sarkozy no haya venido, con verla una vez...¡±, a?adi¨® un esc¨¦ptico. Algunas personas se iban marchando discretamente.
La Bruni dedic¨® L¡¯amoureuse a todas las mujeres que est¨¢n ¡°in love¡± (suponemos que no con esta casa) y respondi¨® a un espont¨¢neo grito de ¡°?guapa!¡± que rasg¨® la noche con un ¡°muchas gracias, eres wonderful¡±. A mitad del concierto sali¨® de escena para volver con una chaquetilla estilo h¨²sar. Uno de los momentos m¨¢s sorprendentes fue cuando cant¨® una versi¨®n de Abba, The winner takes it all, que al parecer es la favorita de su marido de su nuevo disco. Luego cogi¨® la guitarra para el momento que no pod¨ªa faltar: efectivamente Quelq¡¯un m¡¯a dit, que encandil¨® a todo el que tuviera un corazoncito, reconcili¨® a m¨¢s de uno con el concierto y fue saludada con aplausos. En estrofas de Stand by your man alguien habr¨¢ observado consejos para Susana Gallardo, la novia de Manuel Valls, presentes ambos, ¡°apoya a tu hombre¡±.
En la recta final interpret¨® Highway to hell en un curioso medio tiempo que ni chicha ni limonada. Y acab¨® con el Miss You de los Rolling Stones ¡°en versi¨®n de rumba flamenca¡± (!). Hizo un solo bis, cuando el p¨²blico, que no se mostr¨® muy entusiasmado con el recital, ya se levantaba de sus asientos, Un gar?on triste, estirada cuan larga es en el proscenio, genio y figura, y apoyada solo al piano. C¡¯est tout.
En su estilo, la Bruni se parece a la Birkin o a Fran?oise Hardy y se mueve y baila como ellas (y como aquella chica que nos ten¨ªa fascinados cuando estudi¨¢bamos COU). Vende encanto y seducci¨®n y durante a?os ha dado el pego. Pero la pr¨®xima vez algunos haremos como Sarkozy...
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