Retorciendo el lenguaje¡­

La vida pol¨ªtica nos propone un ejercicio fascinante para cualquier ling¨¹ista o incluso para cualquier aficionado a la lectura, a condici¨®n de tener una considerable capacidad de tomar distancia con lo que se lee.

Espa?a ha tenido tres elecciones generales (Congreso de los Diputados y Senado) en menos de cuatro a?os, m¨¢s otras auton¨®micas, y m¨¢s recientemente, municipales y europeas. En Catalu?a alg¨²n observador de la pol¨ªtica sube hasta diez el n¨²mero de convocatorias a las urnas desde 2012, cuando Artur Mas zarp¨® desde el puerto de CiU al tri¨¢ngulo de las Bermudas del proc¨¦s, en el que se sabe como se ha entrado pero no como salir.

Otra variante est¨¢ en Barcelona, donde es cierto se han visto envueltos en un endiablado ¡®trilema¡¯

En cada ocasi¨®n hemos visto, no como excepci¨®n sino como norma generalizada, una cosa bien sorprendente. En los d¨ªas siguientes los portavoces y l¨ªderes salen intentando afirmar que han ganado. Bueno, a veces es opinable, pero a veces no. Si cada vez que hay elecciones, Podemos pierde otro mill¨®n de votantes, algo habr¨¢ que decir (y hacer). Si Casado hablaba de ¡°remontada¡± y se encuentra con la mitad de los esca?os que ten¨ªa el a?orado Sr. Rajoy, algo habr¨¢ que decir. Y as¨ª sucesivamente. Pero con el paso de los d¨ªas, asistimos a otro artificio. Los primeros d¨ªas los l¨ªderes suelen dedicarlos a establecer (ante los medios) todo tipo de l¨ªneas rojas, a cual m¨¢s gruesa, para luego pasar a decir que nunca se pactar¨¢ con el PSOE, o que para hacerlo ¡°en algunos sitios¡±, los socialistas ¡°deber¨¢n renegar de Pedro S¨¢nchez¡± o de sus obras y sus pompas. Otra variante es la de estos d¨ªas en Barcelona, donde es cierto que unos y otros se han visto envueltos en un endiablado trilema (el famoso dilema a tres bandas). Y esto que, visto desde los m¨¢rgenes, la cosa es simple, y digamos de pasada que el ¨²nico que ha hablado claro es el cartesiano Sr. Valls: ¡°Aqu¨ª tienen seis concejales sin otra condici¨®n que la de no hacer alcalde al Sr. Maragall¡±.

Ahora bien, la palma de esta suerte de etapa de un ¡°Tour¡± imaginario se la lleva la ANC, con un documento (al que me refiero seg¨²n las citas entrecomilladas publicadas en medios ponderados y fiables) que merece ser citado, pues cuando se conozca la sentencia del Supremo se exigir¨¢ ¡°al president de la Generalitat de elecciones anticipadas [...] con un renovado mandato hacia la unilateralidad¡±. Son 19 p¨¢ginas, aqu¨ª algunas muestras: ¡°Una gran manifestaci¨®n para revertir el relato que se est¨¢ intentando instalar de necesidad de ampliar el apoyo hasta tantos por cien imposibles, para intentar pactar un refer¨¦ndum con el Estado que nunca aceptar¨¢¡±. M¨¢s adelante: ¡°Nuestro Govern y los partidos que lo apoyan no est¨¢n en este momento en condiciones de liderar un nuevo embate¡±, cosa que parece un poco contradictoria. Y lo es, vean sino: la ANC ¡°tiene que ser capaz de llegar a la discriminaci¨®n positiva de unos partidos respecto a otros que no defiendan esta l¨ªnea unilateral¡±.

En el discurso independentista se ha instalado como minuto cero del ¡°relato¡± lo que pas¨® el 1-O

?Uf! Se habla, en un tono algo menos espeso, de ¡°establecer una intercomunicaci¨®n flu¨ªda y regular con la presidencia de Generalitat¡± (?todav¨ªa m¨¢s?) y de que ¡°el ejemplo de Quebec deber¨ªa hacernos reflexionar¡± (?en qu¨¦ sentido?), para a?adir que la sociedad catalana est¨¢ ¡°folklorizada en el victimismo¡±, por lo que ¡°con f¨®rmulas democr¨¢ticas blandas y de di¨¢logo no saldremos adelante¡±. Puntilla final: ¡°Los actores que lideran el movimiento han derivado mucho en la decadencia de las ambiciones y en la disoluci¨®n de las convicciones, de las luchas. Han liderado la victimizaci¨®n¡±. Tal cual. Observemos que hace ya un tiempo en el discurso independentista se ha instalado como minuto cero del ¡°relato¡± lo que pas¨® el 1-O, de todo lo anterior no se habla, y no solo de lo acontecido en 2017. Repasar ahora con cierto detalle el calendario de citas desde 2012 hasta hoy dar¨ªa para varios art¨ªculos m¨¢s, as¨ª como algunos libros que son referencia.

Algunos lectores opinar¨¢n seguramente que faltan comas (muchas), y faltan pausas para respirar correctamente, sin lo cual no llegar¨¢ suficiente ox¨ªgeno al cerebro para entender tal documento y sus muchos matices. Dos expertos nos pueden ayudar a salir de este mareante mar de dudas. El primero es el amigo ?lex Grijelmo, respetado experto de este diario en temas de lengua, gram¨¢tica y ortograf¨ªa; el segundo ser¨ªa el Dr. Adolf Tobe?a, catedr¨¢tico de Medicina de la UAB, con su can¨®nico libro Neuropol¨ªtica.

Pere Vilanova ¨¦s catedr¨¤tic de Ci¨¨ncia Pol¨ªtica a la Universitat de Barcelona.