La tortuosa partitura del pacto PP-Vox
Los dos partidos negociaron hasta la madrugada en un hotel y no aclaran las cesiones de poder al de ultraderecha para evitar la ruptura con Cs

La novena sinfon¨ªa de Beethoven, que es como definen en el PP a la compleja operaci¨®n que se teje para hacer alcalde de Madrid a Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida, se compone en la madrugada del viernes. Partido Popular y Ciudadanos han alcanzado un pacto tras ocho horas negociando, pero falta conseguir el apoyo de Vox. La tensi¨®n es m¨¢xima. Nadie da nada por seguro. Y un hotel madrile?o a medio camino entre la sede nacional del partido de Pablo Casado y la de Santiago Abascal concentra a los negociadores de las dos formaciones. Pasada la medianoche, Mart¨ªnez-Almeida, que ya est¨¢ en su casa metido en la cama, recibe una llamada. Hay acuerdo. El candidato acude al hotel cuando ya se vac¨ªan las cercanas discotecas de Alonso Mart¨ªnez, pero el pacto no se firma hasta ayer a primera hora de la ma?ana en el Ayuntamiento. Al l¨ªmite del desastre.
"Se ha logrado lo m¨¢s dif¨ªcil, queda lo complicado", explicaba ayer una fuente de la direcci¨®n nacional del PP. "Es como la novena sinfon¨ªa de Beethoven. Componerla es lo m¨¢s dif¨ªcil, pero interpretarla tampoco es f¨¢cil".
La met¨¢fora avanza las dificultades a las que se enfrentar¨¢ la convivencia entre PP, Cs y Vox, que ayer unieron sus votos para hacer a Mart¨ªnez Almeida alcalde de Madrid, superando as¨ª a Manuela Carmena (M¨¢s Madrid), la ganadora de las elecciones.
La formaci¨®n conservadora y la naranja gobernar¨¢n en coalici¨®n. Su pacto subraya que en ¨¦l no tendr¨¢ cabida Vox, puesto que el ejecutivo solo tendr¨¢ dos miembros. Y, sin embargo, tanto fuentes de la formaci¨®n conservadora como del partido de extrema derecha avanzan que Javier Ortega Smith y sus compa?eros tendr¨¢n "consejer¨ªas delegadas" dependientes de las populares "sin sentarse en la junta de gobierno". Un planteamiento que pondr¨¢ a prueba la oposici¨®n de Cs a que Vox entre en la estructura gubernamental, m¨¢s firme a escala auton¨®mica que municipal.

"Es como un cubo de Rubik", explican desde la planta noble de la sede nacional del PP. "Siempre hay una pieza verde [el color de Vox] que...".
La madrugada del s¨¢bado, el PP se cita con Vox sabiendo que tiene que manejar una situaci¨®n potencialmente explosiva. En las horas previas, los dirigentes del partido de Abascal han hecho saber que no apoyaran ning¨²n acuerdo entre la formaci¨®n conservadora y la naranja sin ver atendidas previamente sus exigencias program¨¢ticas. Vox llega a anunciar que la izquierda gobernar¨¢ en Zaragoza por ese motivo. Burgos, donde ayer acaba siendo investido el candidato del PSOE, es otra plaza se?alada por los desencuentros. Y la posibilidad de que no haya acuerdo en Madrid planea en el cargado ambiente de las negociaciones mientras el l¨ªmite de la votaci¨®n del s¨¢bado se va acercando peligrosamente.
Las conversaciones para desbloquear el acuerdo empiezan a medianoche en el hotel Orfila, uno de los v¨¦rtices del tri¨¢ngulo que compone el d¨ªa a d¨ªa de las reuniones de los l¨ªderes del PP junto a la cercana sede nacional y el restaurante Las Reses.
Teodoro Garc¨ªa Egea, secretario general del PP, e Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso, llevan la voz cantante. Pronto se unen Javier Maroto, vicesecretario de organizaci¨®n del PP, y Roc¨ªo Monasterio, l¨ªder regional de Vox. Finalmente, Ortega Smith y Mart¨ªnez Almeida rematan la operaci¨®n. Tanto Casado como Abascal son informados puntualmente, aunque ninguno interviene directamente en las negociaciones.
"El que negocia es Teo", apunta sobre el secretario general del PP una fuente de la confianza de Casado.
Presionados por la necesidad de cerrar un acuerdo antes del s¨¢bado, el PP y Vox deciden dejar para m¨¢s adelante la concreci¨®n de su pacto en cuanto a puestos de la formaci¨®n de ultraderecha en la capital. S¨ª consens¨²an un documento con 81 compromisos que ambos consideran compatibles con el que el PP ha firmado previamente con Cs, y que contiene 80.
"Pues finalmente parece que hay acuerdo...", tuitea Espinosa de los Monteros.
Cuando conocen esos detalles, los concejales de Cs se dicen "sorprendidos". "Si quieren cederles parte del gobierno, tiene que ser a costa de sus ¨¢reas y los distritos que les han correspondido. A nosotros no nos van a tocar nada. Eso lo tenemos muy claro", argumentan fuentes de la formaci¨®n naranja, que recuerdan que estar¨¢n al frente de nueve distritos, por los doce del PP. "Imaginamos que en Vox querr¨¢n algunos emblem¨¢ticos, como Salamanca", a?aden. E inmediatamente recuerdan que el pacto de PP y Cs incluye una "cl¨¢usula de cierre". "Toda modificaci¨®n de lo estipulado en este documento requiere del acuerdo expreso y escrito entre los partidos firmantes", se lee.
Dentro de la ley
Son tantas las aristas de la negociaci¨®n a tres bandas que el acuerdo entre PP y Vox no se firma hasta ayer por la ma?ana.
"Reto a que se encuentre en cualquiera de estos dos programas cualquier cuesti¨®n fuera del ordenamiento jur¨ªdico del que nos hemos dotado en Espa?a porque no hay una sola cuesti¨®n", dice en su primer discurso como alcalde Mart¨ªnez-Almeida, que antes escucha las cr¨ªticas a su pacto con Vox de Jos¨¦ Vicente Pepu Hern¨¢ndez (PSOE) y Carmena.
"Vox es un partido plenamente constitucional. No es Marine Le Pen", apunta Esperanza Aguirre.
"Ha sido un ejercicio de responsabilidad (de los tres partidos)", le sigue Alberto Ruiz-Gallard¨®n.
"Es un d¨ªa hist¨®rico, se consigue el cambio que necesitaba Madrid", remata Garc¨ªa Egea a su llegada al Ayuntamiento.
El PP sale en tromba a defender su pacto con la ultraderecha y con Cs. Cuando Mart¨ªnez-Almeida empu?a el bast¨®n de mando, sus dirigentes respiran aliviados. Sin embargo, la sensaci¨®n les dura poco tiempo. Conseguida la capital, queda negociar con Cs y Vox que Isabel D¨ªaz Ayuso presida la Comunidad.
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