?En qu¨¦ pa¨ªses es dif¨ªcil imaginar un pacto con la extrema derecha?
En Alemania o Francia est¨¢ muy asentada la idea de apoyar a cualquier candidato a izquierda o derecha con tal de frenar a la extrema derecha
Vox llega al pleno de investidura de este s¨¢bado en el Ayuntamiento de Madrid con la llave de la alcald¨ªa. Lo hace con el visto bueno del Partido Popular y Ciudadanos, que han pedido el voto del partido de extrema derecha, y con la alarma de algunos l¨ªderes de izquierda como los de M¨¢s Madrid, que piden mandar a Vox al ostracismo, siguiendo el ejemplo de otros pa¨ªses de Europa.
En Alemania o Francia est¨¢ muy asentada la idea de apoyar a cualquier candidato a izquierda o derecha con tal de frenar a la extrema derecha. Es la medida del ¡°cord¨®n sanitario¡±, un t¨¦rmino que se ha usado en la pol¨ªtica de distintos pa¨ªses europeos desde hace d¨¦cadas para aislar a ciertos partidos, alegando que sus valores son incompatibles con la democracia. Vox ha respondido que la misma idea del ¡°cord¨®n sanitario¡± es antidemocr¨¢tica.
El pacto en Madrid le otorgar¨ªa de nuevo a Vox un papel decisivo?en un gran n¨²cleo de poder, como ya ocurri¨® en Andaluc¨ªa tras las elecciones regionales de diciembre. En otros pa¨ªses, las llamadas a la marginaci¨®n de la extrema derecha se han producido tanto en sistemas donde los gobernantes son elegidos de manera directa como en los que, a semejanza de Espa?a, dependen de un pacto entre fuerzas parlamentarias.?
En Francia?se lleva aplicando bastantes a?os un cord¨®n sanitario contra la extrema derecha, salvo en contadas excepciones. Es por este motivo por el que, pese a que su progresi¨®n de votos ha sido constante en los ¨²ltimos ciclos electorales, el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen solo gobierna en 14 de los 36.000 municipios del pa¨ªs. Tampoco est¨¢ al frente de ninguna de las 13 regiones, a pesar de que en 2015 fue el partido m¨¢s votado en la primera vuelta en seis de ellas.
En Alemania ha sido clave la postura adoptada por los conservadores alemanes de la CDU (centro derecha), que han trazado una clara l¨ªnea que excluye cualquier cooperaci¨®n pol¨ªtica, tambi¨¦n regional y local, con Alternativa por Alemania (Afd), el partido de extrema derecha. Ese compromiso lo plasm¨® por escrito la CDU en diciembre en su congreso en Hamburgo.?
¡°Esta decisi¨®n est¨¢ vigente y yo estoy profundamente convencida de ello personalmente¡±, explicaba en una entrevista con este diario la presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer cuando se le preguntaba por el caso espa?ol y por posibles cooperaciones en el este de Alemania. Es en esa parte del pa¨ªs donde los ultras tienen m¨¢s fuerza y en oto?o, cuando se celebren elecciones regionales, podr¨ªan convertirse en una fuerza decisiva para formar Gobierno. Ser¨¢ en ese momento cuando el f¨¦rreo cord¨®n sanitario se ponga de verdad a prueba.
El pacto de Vox con PP y Ciudadanos en Madrid ha llamado la atenci¨®n de la prensa en estos pa¨ªses. El diario alem¨¢n Die Welt public¨® la semana pasada una columna de opini¨®n en la que el profesor de la Universidad del Pa¨ªs Vasco Jes¨²s Casquete se?alaba que el peligro de Vox para Espa?a no reside en sus propias ideas, sino en la voluntad de otras partes de pactar con ellos. Casquete invita a los espa?oles a seguir la "lecci¨®n" de Alemania, donde esa medida es vista como una forma de evitar una repetici¨®n de su pasado autoritario.
"Blanqueo"
Los defensores de los cordones sanitarios creen que los partidos de extrema derecha pueden ser legales y participar en elecciones pero argumentan que las alianzas "normalizan" o "blanquean" a los extremistas. Los cr¨ªticos de esas medidas creen que un partido con respaldo en las urnas no debe ser aislado. Tambi¨¦n advierten que es una medida que fortalece a los extremistas porque les permite hacerse las v¨ªctimas.
Hay pa¨ªses europeos con una cultura de pactos muy establecida donde son comunes las alianzas con los partidos de los extremos. No siempre estos partidos radicales son vistos como partidos incompatibles con la democracia o populistas. As¨ª, el gobierno estatal de Noruega est¨¢ conformado por los conservadores y la extrema derecha (Partido del Progreso), apoyados por los democristianos. La situaci¨®n contrasta con la de la capital, Oslo, donde el Ayuntamiento lo gobiernan los concejales laboristas, de Izquierda Socialista y Verdes.
En Holanda,?pa¨ªs acostumbrado a negociar en pol¨ªtica, no se menciona el t¨¦rmino cord¨®n sanitario ya que cerrar un acuerdo satisfactorio es visto como una obligaci¨®n. Sin embargo, ni la extrema derecha de Geert Wilders, ni la del reci¨¦n?llegado Thierry Baudet gobiernan en ning¨²n?municipio.? ?En la capital de Dinamarca, Copenhague, un alcalde socialdem¨®crata gobierna con consejeros de los dem¨¢s?partidos con representaci¨®n, incluidos los ultras del Partido Popular Dan¨¦s, que tienen representaci¨®n en 223 de 2.432 municipios.
En Italia,?la Liga de Matteo Salvini no es considerada un partido de extrema derecha sobre el que sea necesario practicar un cord¨®n sanitario.?La formaci¨®n, originalmente de car¨¢cter regionalista, lleva gobernando en las instituciones de la rep¨²blica los ¨²ltimos 25 a?os. Ha ocupado carteras importantes en los gobiernos de Silvio Berlusconi y ha sido due?a absoluta de Administraciones locales y regionales del norte durante mucho tiempo. La comparaci¨®n con Vox se hace complicada por este motivo.
El partido gobierna desde hace un a?o en coalici¨®n con el Movimiento 5 Estrellas (M5S). Tras las pasadas elecciones, la Liga fue el ¨²nico partido que quiso prestar sus votos a la formaci¨®n antisistema para llevar a cabo el primer gobierno populista y euroesc¨¦ptico de un gran pa¨ªs de la zona euro.
En el Reino Unido, con un sistema electoral mayoritario en el que el ganador se hace con el esca?o en disputa en cada circunscripci¨®n, las coaliciones son casi una rareza hist¨®rica. Existen formaciones de extrema derecha, pero son muy marginales y normalmente ajenas al circuito de partidos, como la Liga por la Defensa Inglesa. Menos marginal es el populismo de derechas y ultranacionalista que representa el Partido del Brexit de Nigel Farage.
Portugal ni siquiera ha tenido un debate sobre los cordones sanitarios porque no ha emergido con fuerza ning¨²n partido populista.?
Escaso apoyo urbano
Vox ser¨¢ decisivo este s¨¢bado en la formaci¨®n de otros municipios, entre ellos tres de los m¨¢s ricos de Espa?a: Las Rozas, Pozuelo de Alarc¨®n o Majadahonda, en Madrid. En ellos se ha anunciado un pacto con el PP.
A pesar de que puede ser llave de gobierno en la capital, Vox es relativamente poco popular en la ciudad madrile?a. Con un 7,6% de los votos obtuvo cuatro esca?os en los comicios municipales del 26-M, un apoyo menor al que recibi¨® a escala regional (8,8%) o estatal (10,2%).
Este patr¨®n se observa en el resto de Europa, donde el ascenso de la extrema derecha es un fen¨®meno impulsado por el mundo rural y las peque?as ciudades. En Par¨ªs, por ejemplo, el partido de Le Pen solo obtuvo el 6% del voto en las elecciones municipales de 2014. La extrema derecha del PVV holand¨¦s de Geert Wilders ni siquiera se present¨® en los comicios de ?msterdam del a?o pasado.
Si la derecha se hace con el poder en Madrid este s¨¢bado, su Ayuntamiento ser¨¢ un caso extra?o dentro de las capitales de Europa. La izquierda gobierna en Lisboa, Londres, Berl¨ªn, ?msterdam, Par¨ªs o Londres.
Informaci¨®n de Fernando Peinado (Madrid), Bel¨¦n Dom¨ªnguez Cebri¨¢n (Madrid), Silvia Ayuso (Par¨ªs), Ana Carbajosa (Berl¨ªn), Rafa de Miguel (Londres), Daniel Verd¨² (Roma), Isabel Ferrer (?msterdam) y Javier Mart¨ªn del Barrio (Lisboa).
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