La torre que mil a?os despu¨¦s cae a trozos
La fortificaci¨®n medieval de Ivorra se est¨¢ desmoronando tras una restauraci¨®n que cost¨® 530.000 euros
El mirador de la torre del Moro de Ivorra solo estuvo abierto un a?o, ¡°hasta que empezaron a caer piedras¡±, dice Jordi Ribalta. El alcalde de este municipio de La Segarra (Lleida) observa la torre con resignaci¨®n, rodeada de andamios, de vallas y de redes que evitan que los fragmentos que se desprenden de este monumento no hieran a alguno de los 104 vecinos del pueblo: ¡°De momento nos ha costado 15.000 euros tenerla as¨ª, m¨¢s los peritajes¡±. La torre es, junto a una cisterna subterr¨¢nea, el ¨²ltimo vestigio de un castillo construido en el siglo XI. Los conflictos b¨¦licos fueron llev¨¢ndose segmentos de la fortificaci¨®n, hasta quedar solo la torre. Mil a?os despu¨¦s de levantarse, la torre vuelve a estar en peligro, y esta vez no es por una guerra sino por unas obras de restauraci¨®n.
El Ministerio de Fomento dio luz verde a la puesta a punto de la torre en 2011 concediendo 400.000 de los cerca de 530.000 euros que cost¨® la obra ¨Cel resto lo aport¨® la Generalitat. Las tareas de reforma finalizaron en 2015 , pero los paneles informativos de las administraciones contin¨²an all¨ª, como si fueran un recordatorio del infortunio. Antoni Mart¨ª, arquitecto experimentado en conservaci¨®n del patrimonio, gan¨® el contrato y opt¨® por un m¨¦todo hoy en desuso, el mortero de yeso tradicional, para recubrir la torre. Mart¨ª eligi¨® el yeso por ser un material abundante en la regi¨®n, de uso habitual hasta principios del siglo XX y que durante las guerras carlistas ya fue utilizado para fortalecer la estructura. El proyecto de Mart¨ª dej¨® descubierta la base, que es la ¨²nica parte de la torre que se mantiene intacta desde el Medievo. El arquitecto instal¨® en el interior una escalera de caracol que sube hasta lo m¨¢s alto, donde habilit¨® un mirador. Actualmente el acceso est¨¢ prohibido y en lo alto de la atalaya solo se ve una deshilachada bandera estelada.
En 2016 ya caus¨® pol¨¦mica el cambio radical que supuso visualmente la intervenci¨®n de Mart¨ª en la Torre del Moro: de la columna de piedra descubierta se pas¨® a una cilindro uniforme y gris. De lejos, la torre parec¨ªa un silo y no una vieja construcci¨®n militar medieval. Sus usos han sido variopintos: a finales del siglo XIX se instal¨® un dep¨®sito de aguas pluviales e incluso la prisi¨®n municipal. Pero Mart¨ª, como indican las fotos m¨¢s antiguas, fue fiel a la principal reforma que sufri¨® la torre, cuando Ivorra era un basti¨®n carlista y la atalaya era un punto de defensa reforzado con yeso y con espitas para disparar desde el interior.
Jos¨¦ Mar¨ªa Sanz, arquitecto en Teruel, es uno de los mayores expertos espa?oles en el uso del yeso en arquitectura. Mart¨ª visit¨® con Sanz una de las obras de conservaci¨®n de este ¨²ltimo, la del castillo medieval de Villel. Sanz apoya la decisi¨®n de replicar el sistema de fortalecimiento con yeso de los carlistas, pero admite sorpresa por el desprendimiento del mortero en Ivorra: ¡°Es la primera experiencia que conozco, en exterior, en la que el yeso se ha comportado mal¡±. El Ayuntamiento ha encargado un peritaje para determinar qu¨¦ errores se han producido, y est¨¢n a la espera de los an¨¢lisis del material de la obra por parte de t¨¦cnicos de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC).
Restauraci¨®n precursora
Mart¨ª explica que es la primera vez que se restaura una estructura tan grande con yeso tradicional en Catalu?a. ¡°Ahora tenemos dos objetivos: por un lado, detectar el problema y repararlo; por otro, que esta experiencia sirva como base para investigar la restauraci¨®n con yeso del patrimonio de la zona¡±, dice Mart¨ª. Pedro Bel, arquitecto en Zaragoza con amplia experiencia en el estudio del yeso, coincide con Mart¨ª en que hay poca documentaci¨®n acad¨¦mica que mejore la fiabilidad de esta t¨¦cnica: ¡°Comprendo perfectamente que pueda dar fallos porque hay pocos estudios para restaurar con yeso. Bastante ha hecho el arquitecto [Mart¨ª] para identificar el yeso en la torre y apostar por ello¡±. Bel est¨¢ realizando su tesis doctoral sobre este material y ofrece varios ejemplos sobre el desconocimiento que existe sobre el yeso: ¡°Frecuentemente se confunde con la cal. A veces me preguntan, cuando escribo art¨ªculos acad¨¦micos, si me he equivocado, que como es posible construir edificios con yeso. Pero el 50% del patrimonio arquitect¨®nico de la Espa?a mediterr¨¢nea, de Girona a Sevilla, est¨¢ hecho con yeso¡±.
La principal diferencia ¨Cno la ¨²nica¨C entre el yeso industrial y el tradicional es la temperatura de cocci¨®n del mineral, seg¨²n Bel: el yeso industrial se cuece, para obtener el polvo del mortero, a unos 150 o 200 grados, mientras que el tradicional sube a 800 y 1.000 grados. Los expertos est¨¢n redescubriendo que el yeso tradicional es un material de construcci¨®n de calidad y resistente.
Sanz no se aventura a ofrecer una teor¨ªa sobre lo sucedido en Ivorra pero subraya que ¡°antes de tomar una decisi¨®n hay que estar muy convencido y haber analizado muy bien el proyecto y materiales¡±. ¡°La mayor¨ªa de personas que nos dedicamos a estos somos un poco autodidactas, y tambi¨¦n hemos aprendido con errores¡±, dice Sanz, aunque a?ade que ¡°cuando llega el momento de restaurar no es el momento de experimentos¡±.
A la espera de los an¨¢lisis de la UPC sobre la composici¨®n del mortero, Mart¨ª opina que la vulnerabilidad de la obra tambi¨¦n puede deberse a que ¡°la torre es un cilindro muy descarnado y muy expuesto a la climatolog¨ªa¡±. Sanz y Bel descartan que estas condiciones puedan de por si ser causas para que falle el yeso. Ribalta est¨¢ convencido de que los posibles errores son por parte de Mart¨ª y no de la empresa constructora, y no descarta que, una vez concluido el peritaje, el Ayuntamiento emprenda medidas legales contra el arquitecto.
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