Visitas guiadas a vista de p¨¢jaro
Una azotea en Gran V¨ªa con visi¨®n de 360 grados acoge sesiones para conocer la capital desde el cielo
Madrid como lo pueden ver las aves. Esta es la mirada que un gu¨ªa oficial de la Comunidad de Madrid ofrece cada mi¨¦rcoles en sesiones de una hora desde la azotea 360 grados del Hotel Emperador (Gran V¨ªa, 53). Con los tejados a los pies y la posibilidad de disfrutar de las vistas, Ignacio Camacho, de 55 a?os, hace un viaje al pasado de la ciudad sin mover a los asistentes de la d¨¦cima planta del edificio. ¡°Este tipo de recorridos no son nada habituales. Lo normal es que, si uno hace turismo, seamos nosotros quienes nos movamos. Aqu¨ª lo que hacemos es que Madrid se mueve para nosotros¡±, dice sobre estas visitas [19 euros, incluye una copa].
Las historias se acumulan en boca del experto. Empieza por lo m¨¢s cercano, el suelo que pisan. Antes de que se creara la emblem¨¢tica arteria de Madrid, en la ubicaci¨®n del actual hotel estuvo en 1643 el antiguo convento de dominicos de Nuestra Se?ora del Rosario. Despu¨¦s alberg¨® desde un cuartel a una parroquia de alabarderos, luego el Teatro del Recreo, m¨¢s tarde la Casa Profesa de los jesuitas y los S¨®tanos y, desde 1945, la construcci¨®n de lo que hoy es el Hotel Emperador. Y sucede algo parecido en otros muchos lugares.
¡°Vamos a empezar d¨¢ndole la espalda al sol¡±, dice el gu¨ªa a un grupo de una docena de amigos ¡ªecuatorianos, venezolanos, estadounidenses y madrile?os¡ª que hacen planes para disfrutar Madrid cada vez que se re¨²nen. El anecdotario del gu¨ªa empieza en un Madrid muy sucio. En 1910 se inicia el proyecto liderado por Alfonso XIII, que pretende romper la zona y abrir una gran avenida que traer¨ªa modernidad a la ciudad. ¡°La construcci¨®n requiri¨® la demolici¨®n de casi 300 casas y 29.000 metros de adoquines¡±, cuenta.
No tardan en aparecer en el relato del gu¨ªa todos los personajes ilustres que han contribuido a que hoy Madrid sea lo que es. En la Iglesia de la Buena Dicha, recuerda Camacho, est¨¢ enterrada la costurera Manuela Malasa?a, la mujer que le da nombre al emblem¨¢tico barrio, en el que tambi¨¦n se encuentra la iglesia de San Antonio de los Alemanes, famosa por las pinturas de las paredes de Luca Giordano. Apenas hay que levantar la mirada para divisar, al fondo, el barrio Salamanca.
¡°El metro cuadrado son 20.000 euros¡±, subraya Camacho ante la sorpresa de los visitantes a¨¦reos.
Desde este espacio se aprecia mejor que a pie de calle el Ave F¨¦nix, conocido como el guardi¨¢n de la Gran V¨ªa. La silueta de esta escultura serv¨ªa anta?o para identificar los inmuebles de la compa?¨ªa de seguros La Uni¨®n y el F¨¦nix. ¡°En Madrid hay 60 esculturas [en tejados] y 11 est¨¢n en Gran V¨ªa¡±, explica Camacho mientras que un hombre pregunta si todas las esculturas se han ido creando sobre la marcha. ¡°S¨ª, siempre representan a la marca del edificio donde est¨¦n¡±, responde.
No son las ¨²nicas dudas. Felipe S¨¢nchez, de 57 a?os, se va animando a preguntar cada vez m¨¢s a medida que va avanzando la visita. ¡°Nosotros no somos madrile?os, pero vivimos aqu¨ª cerca, y basta que vivas en un sitio para no preocuparte por saber demasiado acerca de la ciudad. Desde aqu¨ª se aprenden cosas diferentes¡±.
En el horizonte, mientras cae el sol, se divisa la Torre Picasso, obra del mismo arquitecto que las Torres Gemelas, Minoru Yamasaki. Apenas hace falta girar el cuello para llegar, entre otros lugares, al Madrid de los Austrias y al Palacio Real, construido sobre las ruinas del antiguo Alc¨¢zar; a la Catedral de la Almudena, inaugurada en 1993, casi en pleno siglo XXI; a la Casa de Campo, tomada de la Corona para los madrile?os por el Gobierno de la II Rep¨²blica, y a tantos y tantos lugares emblem¨¢ticos que, desde una perspectiva distinta, desde arriba, toman un aire distinto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.