Bu?uel sin mitos
Su correspondencia escogida, cerca de mil cartas, revela a un cineasta que sabe enfrentarse a una industria en cambio constante
El libro lleva m¨¢s de un a?o en las librer¨ªas, su eco es leve y su valor, grande: casi un millar de cartas de Bu?uel o a ¨¦l dirigidas. Las han recopilado Jo Evans y Breixo Viejo, estudiosos y docentes del mundo acad¨¦mico anglosaj¨®n. Hay m¨¢s, pero el criterio de la selecci¨®n era necesario: dar cuenta de la compleja vida profesional de Bu?uel y la inquietud y el tino con que la segu¨ªa y la persegu¨ªa, aplicando sus entrenadas dotes de productor y su car¨¢cter de hombre de acci¨®n de perspectiva moral. Es un criterio luminoso que pocas veces se aplica al cineasta, uno de los gigantes del cine.
Estamos ante un Bu?uel que habla de dinero, como corresponde al trabajoso arte de equipo y la enloquecedora industria del cine. M¨¢s si haces cine en cuatro contextos: franc¨¦s, espa?ol, mexicano y norteamericano, y eres un exiliado, un rojo. La familia pueda ayudarte en casa pero no puede producirte. Bu?uel sin mitos. Luis Bu?uel. Correspondencia escogida (C¨¢tedra) es uno de esos libros que en otros contextos ser¨ªa un hito del que se hablar¨ªa desde su aparici¨®n en mayo del a?o pasado. Por suerte, los libros no caducan.
Sab¨ªa que muri¨® sin un c¨¦ntimo, pero duele leerlo. El 28 de noviembre de 1982, ocho meses antes de morir, escribe a su hijo mayor: ¡°Ante esta situaci¨®n econ¨®mica tan catastr¨®fica, s¨¦ que vosotros dos y vuestra madre podr¨¦is tener problemas de dinero en el futuro. Eso me tiene preocupado por la tranquilidad de Jeanne [su esposa]. Debes disponer de mi archivo y del cuadro de Dal¨ª como posible fuente de ingresos. Creo que lo mejor ser¨ªa tratar de venderlo en Espa?a o en otro lugar pero ??OJO!! con la gentuza que mangonean las instituciones p¨²blicas, de los que sabes que nunca me he fiado, pero que, en casos como este, vienen al dedillo. Te prevengo de que son de armas tomar, pero all¨¢ t¨². Abrazos, Luis¡±. El 29 de julio se cumplir¨¢n 36 a?os de su muerte. El archivo y el retrato de Dal¨ª fueron comprados por el Reina Sof¨ªa, dir¨ªa que por una cantidad irrisoria. El cuadro se qued¨® en el museo y el archivo pas¨® a la Filmoteca Espa?ola, a manos de un archivero que ha sacado buen partido de ¨¦l, lo que no pueden decir tantos estudiosos de Bu?uel.
Ocho meses antes de morir, Bu?uel escribe a su hijo preocupado por el dinero, y le dice que venda un Dal¨ª
Si buscan en el libro su humor, lo hay, pero no de chistes ma?os sino un reguero de l¨ªneas de gran precisi¨®n, como su cine: austero, directo, sin esteticismos ni lecciones ni interpretaciones, ir¨®nico, cr¨ªtico y elusivo. Lo mejor, lo que aprendes. Dec¨ªa ser ¨¢grafo, reticente a escribir, pero ¡°en realidad, Bu?uel escribi¨® cientos de cartas a lo largo de su vida, algunas muy extensas y reveladoras de su forma de trabajar (particularmente, en la primera etapa de su trayectoria, hasta 1950), y otras m¨¢s escuetas y cabales, sobre todo a partir de alcanzada cierta edad¡±, cuentan los compiladores, que han consultado m¨¢s de un centenar de archivos p¨²blicos europeos y americanos. ¡°Las que aqu¨ª reunimos muestran a un cineasta que, a lo largo de unas 32 pel¨ªculas como director (y un amplio n¨²mero de t¨ªtulos como productor y supervisor de montaje y doblaje), fue perfeccionando su m¨¦todo de trabajo dentro de un sistema cinematogr¨¢fico en continuo cambio¡±.
Estoy leyendo el libro en paralelo al de su coguionista durante a?os y redactor de sus memorias, Jean-Claude Carri¨¨re. Para matar el recuerdo (Lumen, 2011) es muy bello, un duelo por los amigos espa?oles que se han ido. El cap¨ªtulo ¡°En el trabajo¡± complementa de maravilla y de primera mano aspectos del m¨¦todo Bu?uel: era capaz de hacer el guion t¨¦cnico ¡ªel del rodaje¡ª en un pisp¨¢s, cuando suele reclamar horas de precisi¨®n: ¡°En realidad, como supe al d¨ªa siguiente [en el rodaje de Diario de una camarera], le bastaba simplemente con leerse el guion, calcular m¨¢s o menos cu¨¢ntos planos iba a necesitar en cada secuencia y escribir dos o tres n¨²meros al margen para facilitar el trabajo al director de producci¨®n. El verdadero guion t¨¦cnico lo hac¨ªa en el plat¨®, con el visor, en cuanto se encontraba con el decorado definitivo y con los actores escogidos. Y solo necesitaba unos minutos¡±.
El director era capaz de escribir un guion t¨¦cnico en un pisp¨¢s, cuando suele reclamar horas de precisi¨®n
En la recopilaci¨®n de cartas est¨¢n tambi¨¦n las que le escriben, mujeres y hombres. Te llevas muchas sorpresas, ya que de Bu?uel contamos siempre las mismas an¨¦cdotas y suenan siempre los mismos tambores. H¨¢ganse con el libro y disfr¨²tenlo. Aqu¨ª me he limitado a dibujar un poquito al cineasta concienzudo y moral que super¨® tantos escollos para legarnos tan buenos films, a pesar del dinero que nunca tuvo ni mucho menos le sobr¨®.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF.
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