El l¨ªo de los ¨²ltimos d¨ªas no quita las ganas de fiesta
Lotic ofreci¨® una imagen digna de laTormenta de Patrulla X
El mal rollo de los ¨²ltimos d¨ªas, que si se hace, que si no se hace, que si nadie nos quiere, se pas¨® de golpe al pisar la hierba artificial del S¨®nar. Notabas que estabas de vuelta en casa. M¨¢s a¨²n cuando primero triple Dengue y luego Oliver Lee de Snakehips hicieron que la tarde se balanceara alegremente en un vaiv¨¦n de cuerpos cimbreantes. Hab¨ªa ganas de fiesta y la gente se lanz¨® a tumba abierta a disfrutar del festival, y que le den a los problemas. La ¨²nica cara larga que se ve¨ªa era la de ?ngela Molina (en el coche junto a Virginia Rousse, bookerde S¨®nar) en la inquietante imagen promocional, tomada del ¨²ltimo cortometraje de Sergio Caballero, im¨¢genes del cual se proyectan en el espacio S¨®nar Spoliler.
El lado art¨ªstico experimental / extravagante del festival lo sintetizaba bien, aparte de la brujer¨ªa tecnol¨®gica del S¨®nar+D (est¨¢ la garra de Zarpa de acero y puedes ir a la luna, y ver lo que se siente al tomar ayahuasca, y dirigirte a ti mismo en formato coro), J'Kerian Morgan, aka Lotic, con su show sci-fi en el que ¨¦l/ella entraba en una especie de semiesfera a lo Stargate y arrojaba im¨¢genes en las que se alternaban la Mal¨¦fica de Disney con las androides de placer de Blade Runner, la Tormenta de Patrulla X y el ambiente de las francachelas en Coruscant.
La ¨²nica cara larga que se ve¨ªa en el festival era la de ?ngela Molina en la inquietante imagen promocional, tomada del ¨²ltimo cortometraje de Sergio Caballero
Menos p¨²blico de entrada (quien firma estas l¨ªneas lleg¨® hasta el escenario y casi a tocar a Lotic para ver si era real), aunque luego Arca lo pet¨®, y tambi¨¦n menos calor del que se preve¨ªa al atrasarse las fechas. No obstante la gente, prevenida, ha acudido ataviada con lo m¨ªnimamente indispensable para mantener la decencia y en algunos casos clamorosos (y eventualmente jaleados) sin ni eso.
Como siempre en el S¨®nar, ha habido quien ha querido destacar por raro y se ha calzado camperas, qu¨¦ pasa, o se ha vestido de pl¨¢stico; all¨¢ ellos. De esa guisa no deber¨ªan ponerse al sol, ni acercarse a la caseta promocional de Calvin Klein en la que la gente se retrata in fire, rodeada de llamas, como si estuviera en una pira o en el infierno. El ataviado de arriba abajo de pl¨¢stico no tendr¨¢ necesidad, digo yo, de acudir tampoco a la caseta que ha puesto Durex.
El cambio de fechas no parece haber influido en el tipo de p¨²blico, que es como suele ser: inclasificable por lo heterog¨¦neo. Ves desde el tipo con la bolsa de la Feria del Libro de Buenos Aires al joven con aretes de oro en las orejas (y ves a saber d¨®nde m¨¢s), pasando por el grupo de barbudos fondones con aspecto de despedida de soltero de los ?ngeles del Infierno, o la chica revestida con l¨¢minas doradas (y que tuvo el dudoso privilegio de ser la primera en vomitar en este S¨®nar).
A destacar la fina iron¨ªa del lema que luc¨ªa otro espectador: "M¨¢s incomprendido que Yoko Ono". Ha habido bastantes que se han apuntado al body painting fosforescente que se aplica aqu¨ª a quien quiera y que les da un aspecto como radioactivo.
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