Jes¨²s Duque, puerta grande a la sinceridad

La oreja que cort¨® Jes¨²s Duque al primero de la tarde fue el premio al tes¨®n, a la constancia. Pareci¨® fr¨¢gil el torero por fuera, pero por dentro sab¨ªa lo que hac¨ªa y por qu¨¦ lo hac¨ªa. Con un toro de embestida retardada, Duque se puso a sumar puntos uno a uno en una faena que cont¨® con el apoyo del p¨²blico. Le gan¨® la partida al de El Parralejo a pesar de que el toro se puso inc¨®modo, con un amago de mal estilo que no pas¨® a mayores porque Duque no cej¨® en su empe?o. Le sac¨® muletazos sobre la derecha, m¨¢s de los previstos, y a¨²n le dio tiempo a descararse en un desplante de rodillas encarado ante la testuz del toro.

El precioso cuarto, un casta?o claro de gran estampa, fue de una nobleza franciscana. Ni un mal gesto, ni una mala mirada, siempre dispuesto y presto a la muleta. Duque, que con la capa lo hab¨ªa recibido con una larga de rodillas, volvi¨® a ser torero de voluntad inquebrantable. Se sincer¨® y hubo de casi todo en una faena limpia, aunque no siempre ajustada a las notables condiciones del toro. No regate¨® esfuerzos el torero, sobre todo sobre la mano derecha, y acab¨®, de nuevo, con alardes valentones y hasta punto desafiantes. La muy buena estocada, al segundo intento, tuvo premio. Felicidad plena cuando se lo llevaron en hombros por la puerta grande.

La espada frustr¨® a Varea de un triunfo sonado en el segundo. El colorado de turno, ofensivo como todos, fue un toro dulce, noble. De los que dan confianza a cualquier torero. Varea lo aprovech¨®. Su buen concepto, siempre por lo cl¨¢sico, desde el primer muletazo hasta el ¨²ltimo. Recreado en algunos y lentos la mayor¨ªa. Jug¨® por los dos pitones de tan notable astado, con torer¨ªa y sabor. L¨¢stima que con la espada no hubiera tantas luces y tan bella obra acab¨® en el limbo.

El sobrero de Las Ramblas nada tuvo que ver con los titulares: gordinfl¨®n, poco ofensivo, feo de presencia, en fin. Fue toro de embestida al paso, sin gracia alguna que se medio convenci¨® cuando Varea se centr¨® sobre el pit¨®n izquierdo. No cuaj¨® las series completas, pero dej¨® naturales sueltos muy expresivos. La espada, otra vez, fue un calvario para el de Castell¨®n. La sorpresa lleg¨® al final del festejo, cuando sin nadie esperarlo se dej¨® quitar el a?adido en se?al de retirada de la profesi¨®n.

Jes¨²s Chover no cogi¨® suficiente confianza con el noble tercero, al que le cost¨® algo tomar el enga?o, y aplic¨® m¨¢s decisi¨®n con otro buen toro como fue el sexto. Se mostr¨® voluntarioso en banderillas en sus dos toros.

Cuando las mulillas arrastraron el sexto, hacia ya tres horas cumplidas que la corrida hab¨ªa comenzado. Mala se?al.

En la novillada que abri¨® el ciclo el pasado jueves, sali¨® por la puerta grade el novillero frances El Rafi, tras cortar una oreja de cada novillo. La solvente actuaci¨®n del torero de Nimes, junto a las promesas valencianas, Borja Collado y Miguel Polope, que cortaron un trofeo, hicieron de este festejo un muy interesante espect¨¢culo. Las reses de Zacar¨ªas Moreno ayudaron a que as¨ª fuera, con dos primeros que fueron excelentes mientras el resto mostraron tuvieron sus teclas y bastante que torear.