Los refugios que Franco construy¨® en Barcelona
El dictador prosigui¨® con la excavaci¨®n de t¨²neles por miedo a un ataque de las potencias aliadas durante y despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial
No todos los 1.400 refugios antia¨¦reos que hubo en Barcelona fueron para defender a la poblaci¨®n de los bombardeos, sobre todo, de la aviaci¨®n fascista durante la Guerra Civil. Por supuesto, la inmensa mayor¨ªa se excavaron durante el conflicto, pero Franco tambi¨¦n hizo refugios antia¨¦reos. La ingente obra de construcci¨®n llevada a cabo en la capital catalana desde finales de 1936, bajo el gobierno republicano, tuvo continuidad cuando las tropas franquistas entraron victoriosas en la ciudad, en enero de 1939 y una vez acabado el conflicto. El Servei d'Arquelogia de Barcelona ha presentado un meticuloso informe firmado por los arque¨®logos Jordi Ramos y Carme Mir¨®, que documenta el aprovechamiento de muchos t¨²neles y la construcci¨®n de nuevos conductos subterr¨¢neos de protecci¨®n. ¡°Franco ten¨ªa miedo de una intervenci¨®n militar a¨¦rea durante la Segunda Guerra Mundial¡±, apunta Jordi Ramos.
De hecho, ya en enero de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, un decreto del Ministerio del Ej¨¦rcito citado en el estudio cre¨® la Jefatura Nacional de Defensa Pasiva y del Territorio, ¡°para dirigir y reglamentar la protecci¨®n de la poblaci¨®n y de los recursos y riquezas de todo orden contra las posibles agresiones a¨¦reas", se lee en el decreto. ¡°Segu¨ªan pensando en la guerra¡±, argumenta Jordi Ramos. ¡°Adem¨¢s del miedo a un ataque aliado durante el conflicto en Europa, Franco no las tuvo todas consigo hasta que Espa?a entr¨® en las Naciones Unidas e incluso hasta m¨¢s tarde¡±. El informe muestra una carta arqueol¨®gica de Barcelona en 1962 con la ubicaci¨®n de 153 refugios e, incluso, 16 refugios topografiados entre 1969 y 1973 por Clabsa, empresa del alcantarillado p¨²blico.
Desde el punto de vista documental, es dif¨ªcil dar una cifra concreta de todos los refugios, porque muchos aparecen en listados de diversos archivos pero no queda restro de ellos; otros aparecen duplicados; algunos se sabe que existieron pero no hay prueba documental que lo testifique...
La jefatura creada en 1941 hered¨® buena parte el trabajo de las Juntas de Defensa Pasiva de la Rep¨²blica, responsables de la construcci¨®n de los refugios entre 1936 y 1939. All¨ª continuaron trabajando muchos de los arquitectos que hab¨ªan proyectado t¨²neles hasta entonces (y que no hab¨ªan sido ¡°depurados¡±) que, por ejemplo, descartaron la construcci¨®n de refugios en minas por su peligrosidad, finalizaron 111 refugios y comenzaron la construcci¨®n de 155 m¨¢s.
Dos a?os m¨¢s tarde, en 1943, otro decreto del r¨¦gimen insist¨ªa en la protecci¨®n civil: ¡°En todas las poblaciones del territorio nacional de m¨¢s de 20.000 almas y en todas aquellas otras de menor poblaci¨®n en que por su importancia estrat¨¦gica se presuma puedan ser objeto preferente de agresiones a¨¦reas, ser¨¢ de obligaci¨®n inexcusable ejecutar las obras necesarias para proteger a los habitantes de los inmuebles disponiendo de los ¡®locales refugio¡¯ necesarios¡±. En Catalu?a, adem¨¢s de Barcelona, que contaba entonces con 1.081.000 habitantes, poblaciones con m¨¢s de ¡°20.000 almas¡± eran Badalona, L¡¯Hospitalet, Manresa, Matar¨®, Sabadell, Terrassa, Igualada, Vilanova i la Geltr¨², Lleida, Girona, Figueres, Tarragona, Reus y Tortosa.
El estudio del Servei d'Arquitectura, que ha desgranado registros militares de ?vila, Salamanca o Madrid, documentos arquitect¨®nicos y archivos de particulares, aporta un plano con la ubicaci¨®n de 22 refugios finalizados entre 1943 y 1945. Se aprecia que la mayor¨ªa pertenecen a edificios de la zona noble de la ciudad (Eixample y Gr¨¤cia) como el actual edificio Windsor, en la Diagonal; la sede que tiene hoy en d¨ªa Apple en el principio del Paseo de Gr¨¤cia y que hace esquina con la plaza de Catalunya; el desaparecido teatro Calder¨®n, en Rambla de Catalunya; el actual hotel Montblanc, en la Via Laietana¡ La amenaza sobrepasaba la del armamento convencional hasta entonces conocido: los refugios deb¨ªan ser de hormig¨®n armado y, adem¨¢s, hab¨ªa de ¡°construirse o preverse al menos una antec¨¢mara o exclusa para protecci¨®n contra agresiones qu¨ªmicas en el exterior¡±, se lee en el decreto firmado por Franco. El Ministerio, de hecho, elabor¨® unas ¡°Instrucciones especiales para la defensa contra los efectos de la Bomba At¨®mica¡±.
Los refugios recuperados y de nueva construcci¨®n pod¨ªan proteger a 600.000 habitantes, cerca de un 60% de la poblaci¨®n. Para el resto, se realizaron pormenorizados estudios de evacuaci¨®n en caso de agresi¨®n, i gual que se proyectaron actuaciones concretas sobre los principales generadores de energ¨ªa de la ciudad, b¨¢sicamente en las cuencas del Llobregat y del Bes¨°s, para dejarla a oscuras en caso de ataque.
Un cambio de paradigma
¡°Los planos en plena guerra demuestran tanto el miedo como la gran organizaci¨®n de la sociedad¡±, explica Carme Mir¨®, que subraya que la construcci¨®n de refugios fue una autenticidad del pueblo de Barcelona. La Guerra Civil supuso un cambio de paradigma crucial: la ciudad dej¨® de ser retaguardia para convertirse en campo de batalla. A partir de entonces, los frentes de guerra iban a llegar a las poblaciones urbanas: ¡°Conf¨ªo en que nuestros conciudadanos demostrar¨¢n ser capaces de resistir como lo hizo el valiente pueblo de Barcelona¡±, dijo Winston Churchill, primer ministro brit¨¢nico, cuando tuvo claro que la Segunda Guerra Mundial iba a castigar las ciudades inglesas igual que la Guerra Civil espa?ola hab¨ªa castigado Barcelona (y tantas otras poblaciones espa?olas).
Sin embargo, la imagen de los vecinos agarrando pico y pala y poni¨¦ndose a excavar pasadizos subterr¨¢neos por su cuenta queda un tanto idealizada. ¡°Los refugios se hicieron bajo la supervisi¨®n de los sindicatos de arquitectos y, ya en ¨¦poca franquista, bajo la del Colegio de Arquitectos¡±, remarca Mir¨®. La mano de obra vecinal, efectivamente, fue important¨ªsima. La ciudad ¡°amaneci¨®¡± tras la guerra llena de escombros, piedras desprendidas, tierra¡ material que sirvi¨® para tapar muchos refugios con el cuidado de poder volver a abrirlos en caso de necesidad.
¡°Es muy dif¨ªcil que se puedan visitar¡±
Documentar los m¨¢s de 1.400 refugios que hubo en Barcelona es complicado desde el punto de vista de la seguridad porque a la mayor¨ªa no se puede entrar: ¡°La unidad del subsuelo de los Mossos d'Esquadra y los bomberos no permiten acceder a muchos de los refugios, b¨¢sicamente porque la mayor¨ªa fueron tapados, rellenados con tierra y ruinas de la ciudad", cuenta Carme Mir¨®. De hecho, la mayor¨ªa de estos refugios muy dif¨ªcilmente se podr¨¢n visitar, como s¨ª es el caso del Refugi 307, en Nou de la Rambla, a las faldas de Montju?c, o el de la Pla?a del Diamant, en Gr¨¤cia. Tal vez el refugios de la Torre de la Sagrera, muy cerca de donde se construye la estaci¨®n del AVE, podr¨ªa abrir sus puertas en un futuro porque su estado de conservaci¨®n y adecuaci¨®n es bastante bueno y, adem¨¢s, est¨¢ dentro de un equipamiento municipal, pero Mir¨® y Ramos no desvelan si ser¨¢ as¨ª. Muchos ¡°desaparecieron¡± porque fueron aprovechados posteriormete para la red de alcantarillado, para la construcci¨®n de aparcamientos subterr¨¢neos o, incluso, para estaciones de metro.
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