Una Barcelona oculta a diez metros de profundidad
Un 'atlas' sit¨²a casi 1.400 refugios de la guerra civil de los que hay planos o documentos de la ¨¦poca
Un pasillo de ladrillo, con una b¨®veda perfecta, recorre el subsuelo de la calle de Val¨¨ncia desde el cruce del paseo de Sant Joan hasta N¨¤pols, atravesando la Diagonal. A ocho metros de profundidad el silencio es total. S¨®lo lo rompen los veh¨ªculos cuando pasan por algunas de las tapas de registro de la calzada. El aire parece espesarse a medida que se camina. Es un refugio del Eixample en perfecto estado de conservaci¨®n. Este distrito y los de Sants-Montju?c, Gr¨¤cia, Ciutat Vella, Poblenou y Sant Andreu llegaron a tener en sus entra?as un aut¨¦ntico laberinto de pasadizos y b¨®vedas de medio punto. Eran los refugios antia¨¦reos de la guerra civil.
En Barcelona se llegaron a construir 1.400 de esos espacios de defensa pasiva para afrontar los bombardeos de la aviaci¨®n franquista, pero tambi¨¦n de los alemanes e italianos, aliados de Franco. Sesenta a?os despu¨¦s, es dif¨ªcil determinar el n¨²mero de refugios que todav¨ªa existen, pero se ha recopilado parte de la informaci¨®n documental en un atlas realizado por el ?rea de Mantenimiento y Servicios del Ayuntamiento de Barcelona.
El ¨²nico refugio abierto al p¨²blico, desde hace casi dos a?os, es el 307, en la falda de Montju?c. Ahora hay iniciativas como la del ingeniero jefe municipal, Albert Vilalta , que ha propuesto la recuperaci¨®n del refugio de Val¨¨ncia-Roger de Flor. La petici¨®n est¨¢ en estudio en el distrito, cuyo gerente ya ha paseado por los corredores que arrancan de una espl¨¦ndida escalera - de dos metros de altura y 1,50 de ancho, con un elaborado arco de medio punto- tapiada justo frente a la puerta de los Maristas.
De all¨ª parten dos largos pasadizos con una longitud total de unos 300 metros. El tronco central de ese refugio tiene 2,45 metros de altura por dos de ancho. Los bancos de piedra adosados dan fe del orden que se pretend¨ªa imponer dentro. Y en buena parte de la pared, escritas en tiza, figuran las direcciones de las personas a las que correspond¨ªa un determinado espacio de los bancos. Dentro del refugio hab¨ªa un espacio reservado para los ni?os, 'guarder¨ªa' se lee en la pared. M¨¢s adelante, se abre un peque?o hueco de unos cuatro metros cuadrados que fue la enfermer¨ªa y, un poco m¨¢s all¨¢, un peque?o habit¨¢culo para el retrete.
Hacia el sur, el refugio llega hasta el paseo de Sant Joan. Las se?ales de los picos todav¨ªa se perciben en la tierra en el punto en que se dej¨® la excavaci¨®n: primero le daban forma al arco y luego lo forraban con ladrillo rojo. Hacia el norte, el refugio llega hasta la Diagonal, donde se desciende un poco m¨¢s en la tierra. Dando un giro de 90 grados, se inicia otro largo pasillo, m¨¢s estrecho, que acaba en una escalera, tambi¨¦n tapiada. El tronco central del refugio muere a la altura del cruce con N¨¤pols, de donde arranca otro pasadizo, pero m¨¢s elevado, a unos tres metros.
El plano topogr¨¢fico de ese refugio consta en el atlas, que sali¨® de imprenta la primavera pasada y que recopila planos y documentos que se fueron realizando despu¨¦s de la guerra, b¨¢sicamente en las dependencias municipales del ?rea de Mantenimiento. Ram¨®n Sancho Coma, un veterano t¨¦cnico, todav¨ªa conserva el carnet que le adscrib¨ªa al Servicio de Refugios, expedido por el Ministerio de la Gobernaci¨®n en la d¨¦cada de los sesenta. El jefe del ?rea de Refugios del Ayuntamiento fue en esa epoca Albert Vilalta -padre del actual ingeniero jefe municipal- , ex secretario de Estado de Infraestructuras del Ministerio de Fomento y secretario general del Departamento de Pol¨ªtica Territorial de la Generalitat.
Sancho no recuerda con exactitud cu¨¢ntos planos lleg¨® a levantar de los refugios que perforaron buena parte de la ciudad, que fueron tapados por decisi¨®n del Ej¨¦rcito franquista inmediatamente despu¨¦s de la ocupaci¨®n de Barcelona: 'No s¨¦ si habr¨¢n sido 40, 50 o 60. Nos avisaban cuando se produc¨ªa alguna incidencia, como desprendimientos o, a veces, problemas estructurales en alguna finca. En otras ocasiones eran bolsas de aguas fecales o acumulaci¨®n de gas metano', recuerda el t¨¦cnico municipal.
Sancho est¨¢ convencido de que la construcci¨®n de aparcamientos y la red de alcantarillado habr¨¢n destruido parte de los refugios. Eso pas¨®, por ejemplo, en la construcci¨®n del aparcamiento que hay en el subsuelo de la plaza del Sol y del todav¨ªa no acabado en la avenida de Josep Tarradellas, en el Eixample.
Los primeros 25 refugios de Barcelona los construy¨® el Ayuntamiento en el oto?o de 1936. A medida que los bombardeos sobre Barcelona se endurec¨ªan y se hac¨ªan m¨¢s frecuentes, el ritmo de construcci¨®n se intensific¨®, ya que fue la poblaci¨®n civil la que asumi¨® su propia defensa. Frecuentemente los ciudadanos eran asesorados por t¨¦cnicos municipales o de la Generalitat, que subvencionaba algunos refugios. Un documento de 1937 incorporado al atlas recoge una lista de los que contaban con el 'asesoramiento t¨¦cnico de la Junta Local de Defensa Pasiva de Barcelona'.
Los refugios eran inspeccionados por t¨¦cnicos municipales a petici¨®n de la poblaci¨®n: 'N¨²mero 29. Avenida Portal de l'?ngel. Subterr¨¢neo. Cabida: 568. Clasificaci¨®n: buena. En construcci¨®n (...). N¨²mero 676. Passatge de la Pau, 8. Semisoterrado. Capacidad: 100 personas. Clasificaci¨®n: malo. Puede mejorarse'. ?stos, entre otros, formaban parte de una lista firmada el 9 de diciembre de 1937 por el 'arquitecto jefe de servicio'.
El atlas los sit¨²a all¨ª donde los marcaba la documentaci¨®n inicial: 'Lo que no sabemos es si todos se llegaron a construir porque en muchos casos las anotaciones se refieren a refugios que estaban en obras', apunta Vilalta. No obstante, unos cuantos han perdurado hasta nuestros d¨ªas y son una muestra de la variedad de defensas que se llegaron a realizar. Grandes y peque?os, de una sola finca para una comunidad de vecinos o comunicados entre s¨ª, con habitaciones o sin ellas, con servicios y con peque?as enfermer¨ªas.
'El refugi 307'
Por ejemplo, un mapa de 1962 recoge 153 refugios. Ese plano y otras listas con fecha de diciembre de 1937 -que recog¨ªa un total de 29- y julio de 1938 -que se?alizaba 1.293 - confeccionadas por la Junta Local de Defensa Pasiva de Barcelona son algunas de las fuentes utilizadas en la elaboraci¨®n del atlas. Los puntos rosa, verdes y azules -los colores diferencian las fuentes de informaci¨®n- casi se superponen en extensas ¨¢reas de Ciutat Vella, Eixample, Gr¨¤cia y Poblesec, las m¨¢s pobladas y, en consecuencia, las que m¨¢s se fortificaron para resistir.
El casco viejo del Poblenou y los aleda?os de las antiguas industrias tambi¨¦n vieron proliferar los refugios, como la parte antigua de Sant Andreu. En Barcelona se construyeron grandes subterr¨¢neos revestidos con hormig¨®n y, seg¨²n la documentaci¨®n, con capacidad para acoger hasta 3.000 personas.
El libro El refugi 307 detalla que el Ayuntamiento inici¨® la construcci¨®n de cinco grandes refugios celulares en 1937. Uno de ellos en Sants, bajo lo que es ahora la plaza del Centre. Otro de los grandes se situaba en la actual plaza de Tetuan. De los construidos en Poble Sec han llegado hasta nuestros d¨ªas bastantes planos. En algunos casos, como el 307, fueron horadados en la monta?a. Otros, en cambio, discurr¨ªan por debajo de varias fincas en constantes zig-zags, ya que ¨¦sta era la forma de evitar convertirse en blanco de las bombas.
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