Compostela en agosto es m¨²sica
La Filharmon¨ªa celebra el concierto sinf¨®nico de la LXII edici¨®n de los Cursos Universitarios Internacionales M¨²sica en Compostela
La Real Filharmon¨ªa de Galicia (RFG), dirigida por Maximino Zumalave, ha celebrado este jueves un concierto dentro de las actividades de M¨²sica en Compostela, Cursos Universitarios Internacionales de M¨²sica Espa?ola que vienen celebr¨¢ndose ininterrumpidamente en la capital de Galicia desde su fundaci¨®n en 1958 por Andr¨¦s Segovia.
En el programa, l¨®gicamente compuesto en su integridad por m¨²sica espa?ola, tres autores del s. XX en su primera parte y una de las m¨¢s representativas obras del clasicismo espa?ol, la Sinfon¨ªa en re de Juan Cris¨®stomo de Arriaga como broche de oro. La Obertura festiva de Rodolfo Halffter (1900-1987) es una obra que corre llena de chispa a lo largo de toda su duraci¨®n. Esta chispeante fluidez fue transmitida con animada precisi¨®n por Zumalave y la RFG; fue notable el contraste de color instrumental entre las secciones de cuerdas y de vientos-madera.
La lectura de la RFG y su director asociado de la Suite a la antigua, m¨²sica para cuerdas de Andr¨¦s Gaos (1874-1959). resalt¨® la sencilla serenidad de su Sarabanda inicial con contrastes din¨¢micos bien regulados. En la Fughetta destac¨® la claridad de l¨ªneas con que orquesta y director leyeron su escritura contrapunt¨ªstica. La Fantas¨ªa final fue un hermoso contraste con lo anterior por la conmovedora tensi¨®n expresiva de su lectura, que permiti¨® m¨¢s sentir que intuir ecos que viajaban entre la Suite Holberg de Edvard Grieg (1843 - 1907) y el Adagio para cuerdas de Samuel Barber (1910 - 1981).
La Serenata para cuerdas de Bal y Gay ¨Ca quien se dedica un festival en Foz (Lugo) del 24 al 29 de agosto- tiene un origen cercano al neoclasicismo de ?gor Stavinski (1882¨C1971). Este se manifiesta en sus contrastes r¨ªtmicos y sus armon¨ªas cambiantes, la alegr¨ªa de su movimiento inicial, la serenidad del segundo y el festivo ambiente danzante de su final. A destacar los solos de viola, viol¨ªn y chelo por parte de Tilmann Kircher, Adriana Winkler y Thomas Piel.
La segunda parte estuvo dedicada a la Sinfon¨ªa en re de Arriaga. Solemnidad y claridad de voces caracterizaron la introducci¨®n en Adagio que precede al Allegro inicial. Este son¨® lleno de fuerza y nervio en la versi¨®n de Zumalave. El compostelano ¨Cque, por cierto, dirigi¨® todo el concierto sin partitura- hizo tambi¨¦n llegar los momentos llenos de delicadeza contenidos en este primer movimiento.
En el Andante con moto volvi¨® a destacar el sonido compacto de la cuerda y su contraste t¨ªmbrico con las maderas. El Minueto fue tambi¨¦n ocasi¨®n para los solos de flauta de Laurent Blaiteau y de oboe a cargo de Christina Dominik, que se unieron a los de Beatriz L¨®pez en la introducci¨®n del primer movimiento. El Allegro final tuvo adecuada expresividad en el dramatismo creciente desde sus momentos iniciales. Las modulaciones de su desarrollo fueron parte de los mejores momentos de la interpretaci¨®n de Zumalave y la Filharmon¨ªa.
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