Doblemente adictiva

Me confieso devoradora de series. Ninguna me hab¨ªa llegado al alma. Fari?a, s¨ª. Lo ten¨ªa todo. A pesar de que representa que la acci¨®n transcurre en la r¨ªa de Arousa (Pontevedra), gran parte de la serie, toda grabada en exteriores, se rod¨® cerca de la casa do meu pai [de mi padre]. Las playas, calles, montes y puertos que acogen a los narcotraficantes gallegos son los que piso cada verano desde que nac¨ª. Noia, Porto do Son, Portos¨ªn, Xu?o (A Coru?a), fueron los escenarios escogidos. Adem¨¢s, confieso, y no querr¨ªa hacerlo, que cuando iba a empezar la serie descubr¨ª que hab¨ªa pasado un d¨ªa de trabajo en Ripoll, investigando a los responsables de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils (2017), con el autor del libro que da nombre a la serie, Nacho Carretero. Me qued¨® cara de parva (tonta) y record¨¦ como me sulfur¨¦ cuando me escarall¨® el port¨¢til. Inevitablemente antes de verla, ya estaba unida a Fari?a.

Esta serie de alma gallega narra la historia del nacimiento del narcotr¨¢fico en Galicia. Mi Galicia de julios y septiembres. La que he recorrido en romer¨ªas, en noches de pesca de cerco y de verbena siguiendo a la Par¨ªs de Noia. De c¨®mo en los a?os ochenta la reconversi¨®n de la pesca dej¨® a parte de la flota gallega en tierra, sin trabajo y los armadores, de mi familia y familiares de mis amigos, acabaron endeudados. La falta de ingresos estrangul¨® las econom¨ªas familiares. Esto, sumado a la orograf¨ªa de su costa y al talante de sus habitantes ¡ªtodo se sab¨ªa pero se guardaba silencio¡ª, fue la mezcla perfecta para que los que controlaban el contrabando de tabaco en las r¨ªas lo cambiaran por la droga.?

La primera vez
la mir¨¦ con tanta pasi¨®n que no pude parar de tuitear

Fari?a presenta a las familias o clanes, los Charlines con Manuel Charl¨ªn (Antonio Dur¨¢n, Morris) al frente, los Oubi?a de Laureano Oubi?a (Carlos Blanco) y los Bustelo de Manuel Bustelo (Alfonso Agra), que actuaban bajo la supervisi¨®n del patriarca Manuel Otero, Terito, (Manuel Lourenzo). La ¡°Cooperativa¡± de contrabandistas se reune en el restaurante de Terito, en realidad la pensi¨®n de la playa das Furnas, en Xu?o, donde siempre me apetece tomar una Estrella Galicia en la puesta de sol. El negocio del ¡°Winston de batea¡± queda anticuado cuando entra en escena Jos¨¦ Ram¨®n Prado Bugallo, el conocido y por muchos admirado Sito Mi?anco (Javier Rey), un ambicioso y generoso joven que les introduce en los carteles colombianos e inicia el tr¨¢fico de coca¨ªna.

Sito y Terito se re¨²nen en un banco en As furnas, ¡ªformaciones naturales de piedra que dan nombre a la playa¡ª y de donde salt¨® Ram¨®n Sampedro y qued¨® tetrapl¨¦jico, como recoge Mar Adentro de Alejandro Amen¨¢bar. Este banco, con vistas, fue retirado con el resto de atrezzo cuando acab¨® el rodaje. El Ayuntamiento de Porto do Son recibi¨® centenares de llamadas preguntando por ¨¦l y como me ha contado el edil de turismo y mi convecino, Manuel De¨¢n, ¡°por petici¨®n popular¡± instalaron all¨ª un banco. Desde entonces muchos nos hemos inmortalizado en ¨¦l.

Los mi¨¦rcoles eran mejores mientras se emit¨ªa Fari?a. Los 10 cap¨ªtulos duraban un suspiro y odiabas la publicidad. Mostraban como guardias civiles, pol¨ªticos y jueces miraron hacia otro lado mientras la droga acababa con toda una generaci¨®n. Muchos se llenaron los bolsillos con dinero de la fari?a. La excepci¨®n, el sargento Dar¨ªo Castro (Trist¨¢n Ulloa), un hombre hosco que tiene por objetivo encarcelar a los narcos. Se refleja una sociedad machista con mujeres relegadas al hogar, y con otras que buscan un lugar en el negocio de sus maridos. No faltan las hero¨ªnas de la Asociaci¨®n ?rguete, madres en lucha contra la droga.

Fari?a, de la mano de Bamb¨² producciones, naci¨® para vivir una sola temporada, a pesar que a muchos nos gustar¨ªa que fuera como unas pilas Duracell. El t¨ªtulo de los cap¨ªtulos son los a?os en que transcurre la serie, el primero 1981, 1982 y as¨ª hasta 1990, hasta la detenci¨®n de los traficantes y su juicio tras la Operaci¨®n N¨¦cora, de la mano del inc¨®modo juez Baltasar Garz¨®n.

Cada verano piso las playas y calles que acogen a los narcos gallegos de la serie

Este agosto he repetido Fari?a. La primera vez la mir¨¦ con tanta pasi¨®n que, como otros miles en la red, no pude parar de tuitear. Sobre las localizaciones, sobre el idioma de la serie, el ¡°castrapo¡± ¡ªcomo se conoce en Galicia el castellano con galleguismos¡ª, sobre la banda sonora de Ivan Ferreiro O que te?o que facer para no ter que ir o mar¡­ y otros temas tambi¨¦n banda sonora de mi vida, los grandes ¨¦xitos de Siniestro Total o la Galicia Can¨ªbal de Os Resentidos. Los narcotraficantes me resultaban simp¨¢ticos, los prefer¨ªa a la polic¨ªa. Afortunadamente, siempre alguien en tuiter recordaba que eran delincuentes y hab¨ªan hecho mucho da?o.

La segunda vez no he quitado la vista de la pantalla y he recordado que ¡°est¨¢ basada en hechos reales¡±. He sentido gran admiraci¨®n, pero por unos actores, la mayor¨ªa gallegos, que bordan su papel. Alguno de ellos, como Christian Escuredo, Tati, el capit¨¢n del Cambados, ¡ªun actor que tanto brilla en un musical como se cepilla a Camila (Jana P¨¦rez) la mujer paname?a de Mi?anco¡ª, acept¨® mis bromas en tuiter y nos re¨ªmos un rato.