Salir del t¨²nel
Catalu?a necesita nuevos liderazgos y nuevos planteamientos para salir del callej¨®n sin salida en que la meti¨® en 2012 la coalici¨®n soberanista
Desde el principio de la apuesta independentista, entre 2010 y 2012, estaba claro para quienes observaban con la mente fr¨ªa el desarrollo de la crisis pol¨ªtica catalana que los soberanistas entraban en un callej¨®n sin salida. Sab¨ªamos entonces, y se comprob¨® en octubre de 2017, que al fondo del callej¨®n hab¨ªa un alto e insalvable muro de hormig¨®n armado contra el que se estrellar¨ªan. Los independentistas llevan dos a?os largos neg¨¢ndose a extraer las insoslayables consecuencias de esa cruda realidad. No hay salida para esa v¨ªa, no la hubo nunca. Con un agravante: como saben bien quienes leen libros de historia, las revoluciones derrotadas no dejan nunca las cosas tal como estaban antes, sino peor. A veces mucho peor.
En el campo independentista abundan a¨²n hoy, sin embargo, dirigentes y publicistas que leen mal la situaci¨®n en que est¨¢n y la interpretan como un empate, o incluso como una pausa, un momento de descanso para recuperar el aliento y reagrupar efectivos para un nuevo envite. Persisten en el m¨¢s fatal de sus errores iniciales, la equivocada evaluaci¨®n de la relaci¨®n de fuerzas entre partidarios y detractores de la independencia.
Este es el desastroso e inapelable balance de la sustituci¨®n del autonomismo por el independentismo operada en 2012: dirigentes en la c¨¢rcel o expatriados, partidos descabezados, regresi¨®n de la autonom¨ªa, grave erosi¨®n de los consensos sociales, culturales y pol¨ªticos del catalanismo y p¨¦rdida de todo tipo de influencia en Espa?a. En suma, minimizaci¨®n de Catalu?a. Todas las apelaciones a la astucia lanzadas por el primer estratega del giro del autonomismo hacia el independentismo, Artur Mas, suenan ahora a simple iluminismo.
Pero eso no es todo. Tras la tormenta, el paisaje que aparece es el que va a constituir la realidad cotidiana catalana durante mucho tiempo: queda consolidada, escrita en piedra como las tablas de los Diez Mandamientos, la concepci¨®n del r¨¦gimen de autonom¨ªa como mera descentralizaci¨®n administrativa. Todo lo que es pol¨ªtico, absolutamente todo, se decide en Madrid. Cuando se aprobaron la Constituci¨®n y el Estatuto catal¨¢n era posible creer que su desarrollo dar¨ªa autonom¨ªa pol¨ªtica a Catalu?a, Euskadi, quiz¨¢ Galicia. Durante las d¨¦cadas siguientes se libr¨® el duro forcejeo para que el traspaso de poder decisorio de la Administraci¨®n central del Estado a Catalu?a y las dem¨¢s comunidades fuera real y fuera pol¨ªtico, no solo administrativo. La reforma estatutaria de 2006 emprendida por el Gobierno de Pasqual Maragall era un intento de avanzar en esa v¨ªa en clave de sincera fraternidad hisp¨¢nica. Fue torpedeado, se frustr¨®, y con ¨¦l fue derrotado el autonomismo catal¨¢n. La revuelta subsiguiente, liderada por los soberanistas, llev¨® al desvar¨ªo de la proclamaci¨®n unilateral de independencia de 2017. Tambi¨¦n fracas¨®. Pero el resultado no ha sido volver a 2006, sino a 2003. Es decir, al momento en que el catalanismo consider¨® que la autonom¨ªa de 1979 estaba tan desgastada, mellada, que ya no respond¨ªa a los retos de una Catalu?a que quer¨ªa autonom¨ªa pol¨ªtica; autogobierno, no descentralizaci¨®n. Una crisis constitucional: la autonom¨ªa que Catalu?a quiere no es esa. La que tiene no es la que ha votado.
Ser¨ªa err¨®neo e injusto atribuir exclusivamente la responsabilidad de esta crisis a los dirigentes de los partidos catalanes. Es obvio que la derecha espa?ola que en 1978 tronaba contra el T¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n la ha aprovechado para hacer realidad sus planteamientos de entonces, que son los que ahora se aplican a Catalu?a. Pero eso no quita que una de las muchas preguntas que en estos momentos corresponde formular es esta: ?alguien cree que los l¨ªderes independentistas que han llevado al pa¨ªs a este vergonzoso desastre tienen que seguir al frente de sus partidos como si todo les hubiera salido bien? Sabemos que al encarcelarles y perseguirles se les ha convertido en m¨¢rtires de su causa. Y que desde luego los partidos pueden ser dirigidos desde la c¨¢rcel o el exilio. Pero, aun siendo as¨ª, y vistos los resultados obtenidos por su gesti¨®n, una m¨ªnima decencia pol¨ªtica les obliga a ceder el paso a otros liderazgos. A otras ideas. A otras maneras de actuar. Eso es as¨ª incluso si se acepta que la proclamaci¨®n ful de independencia de octubre de 2017 no era m¨¢s que un desesperado intento de la mayor¨ªa parlamentaria soberanista del momento y del presidente Carles Puigdemont para forzar una negociaci¨®n con el Gobierno de Espa?a tendente a recuperar por lo menos los contenidos del Estatuto de Autonom¨ªa de 2006 recortados en 2010 por el Tribunal Constitucional.
Incluso aceptando esta interpretaci¨®n benevolente de la crisis, es urgente salir del bucle y dar a Catalu?a la oportunidad de que l¨ªderes nuevos y frescos, con nuevos planteamientos, busquen la salida a ese t¨²nel en el que nunca debi¨® haberse metido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Ley Refer¨¦ndum Catalu?a
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Catalu?a
- Autodeterminaci¨®n
- Refer¨¦ndum
- Generalitat Catalu?a
- Gobierno auton¨®mico
- Elecciones
- Conflictos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Legislaci¨®n
- Justicia
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Independentismo