Un adi¨®s emocional humedecido por la lluvia
Un sinf¨ªn de amigos acompa?aron a Comelade en la Catedral en su despedida de los escenarios
Al final la lluvia se dej¨® ver en la Merc¨¨, pero casi pareci¨® que solo quer¨ªa sumarse t¨ªmidamente al grupo de amigos que acompa?aron en la plaza de la Catedral a Pascal Comelade en su despedida de los escenarios, que no de la m¨²sica. La febril imaginaci¨®n del m¨²sico de Montpellier, con un imaginario infantil esplendoroso, se hizo m¨²sica con el apoyo de la Cobla Sant Jordi, los dibujos de Max y una lista interminable de amigos que comenz¨® con la presencia eludida de Sisa, suya fue la bienvenida grabada, y sigui¨® con Enric Casasses, Pau Riba, Victor Nubla, Gerad Quintana o Pep Pascual, el m¨¢s veterano miembro de la Bel Canto orquestra, la formaci¨®n cl¨¢sica de Comelade.
El concierto de Comelade fue una celebraci¨®n en la que cada uno puso su granito de arena. Hasta la lluvia puso el tono juguet¨®n que despierta en los ni?os, siempre presentes tanto en la forma en la que Pascal se toma la m¨²sica como en su ejecuci¨®n, a menudo con instrumentos de juguete. La poes¨ªa de Casasses, recit¨® Europa, la actitud iconoclasta de V¨ªctor Nubla o Pau Riba o la furia guitarrera de Xarim Arest¨¦, junto con Xavier Theros como maestro de ceremonias, fueron algunos de los elementos propios de un concierto muy singular seguido por un p¨²blico que llen¨® las sillas de la plaza y no abandon¨® sus localidades pese al sirimiri que en buena medida acompa?¨® la actuaci¨®n.
Pero la m¨²sica hab¨ªa arrancado antes, y lo hizo con prontitud, dado el car¨¢cter laborable del lunes. A las 20:15 el nov¨ªsimo flamenco de Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo comenz¨® a sonar en la plaza de los ?ngels. La espl¨¦ndida cantaora cordobesa afincada en Barcelona, con un disco de debut que se publicar¨¢ en breve, demostr¨® que la renovaci¨®n del flamenco est¨¢ garantizada y que su lenguaje, lejos de esclerotizarse en formas asentadas, a¨²n tiene recorrido en su puesta al d¨ªa. Un torrencial chaparr¨®n acort¨® su concierto 10 minutos, pero el resto supo a purita gloria.
En lo tocante al s¨¢bado por la noche, el epicentro de la fiesta se traslad¨® al Moll de la Fusta, donde las propuestas africanas camparon a sus anchas. La guinda la encarn¨® Baloji, un artista con ra¨ªces en el Congo, afincado en B¨¦lgica. Largo como un p¨ªvot watusi, delgado como un alambre y el¨¢stico como un muelle, su ra¨ªz musical es el hip-hop, pero Baloji ha evolucionado hasta mezclar esta r¨ªtmica cadencia, que no usa siempre, con ritmos tradicionales como el infeccioso soukous. Lo cierto es que pese a que la m¨²sica africana haya perdido cierto inter¨¦s en el p¨²blico de nuestro pa¨ªs (pas¨® a?os mejores en los noventa) el escenario estaba casi lleno y la gente bailaba como mandan los ca?ones en una fiesta patronal. Yendo m¨¢s all¨¢, la mezcla de p¨²blicos, con personas j¨®venes y maduras entremezcladas, daba la imagen m¨¢s paradigm¨¢tica de lo que son unas fiestas, una celebraci¨®n apta para todos y en la que todos encuentran alg¨²n sentido o motivaci¨®n.
La cuesti¨®n es que Baloji daba brincos de baloncestista ante su banda, teclados, bater¨ªa, bajo, en la que un guitarrista con m¨¢s a?os que la suma de edades de sus compa?eros, se aplicaba a los punteos sentado en una silla, recordando mucho la imagen del postrer BB King. Era en cierto modo el alma de la fiesta, ya que si el ritmo era importante, el cosquilleo bailable que aportaba su guitarra result¨® capital en la propuesta de Baloji, todo un animal de escena en constante movimiento, componiendo pl¨¢sticas escenas con su cuerpo enfundado en un elegante traje marr¨®n. Pura fiesta en la que el placer se manifest¨® en sudor y qui¨¦n sabe si en agujetas en la ma?ana siguiente.
El paseo posterior hasta los escenarios del BAM en Corominas y ?ngels permiti¨® comprobar que opulencia y pobreza se tocan en el Liceo, en cuya puerta dormitaban algunos sin techo. Ya en destino, la irlandesa Biig Piig, cuyo nombre, curiosa historia, proviene de la lectura ebria de un men¨² de pizzer¨ªa, y la holandesa Michelle David acentuaron la negritud de la noche con su neo soul y soul cl¨¢sico respectivamente.
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