Paseando entre ¨®peras
La exposici¨®n '?pera, pasi¨®n, poder y pol¨ªtica' llega al CaixaForum de Barcelona
La ¨®pera es un buen term¨®metro para medir la vida cultural, social y pol¨ªtica de las grandes ciudades. Ha sido as¨ª desde sus inicios, en la Venecia renacentista de Claudio Monteverdi, hasta nuestros d¨ªas: cuatrocientos a?os de historia que el Victoria & Albert Museum de Londres invita a recorrer en la exposici¨®n ?pera, pasi¨®n, poder y pol¨ªtica, un viaje a trav¨¦s de ocho ciudades europeas, entre ellas Barcelona. Tras su estreno en 2017 en Londres y su paso por Madrid, con gran ¨¦xito, recala ahora en el CaixaForum de Barcelona hasta el 26 de enero de 2020.
Ocho ciudades, ocho compositores y ocho estrenos integran un itinerario concebido por el prestigioso museo londinense con la colaboraci¨®n de la Royal Opera House y producida por "la Caixa". Son, de hecho, ocho actos, con toques escenogr¨¢ficos y un ep¨ªlogo que invitan al gran p¨²blico a descubrir la fuerza de la ¨®pera como espejo y motor del progreso cultural. M¨¢s de trescientas piezas cedidas por una treintena de instituciones sumergen al visitante en el ambiente de cada ¨¦poca.
Arranca el viaje con el estreno de L?incoronazione di Poppea, de Monteverdi, en Venecia, ciudad que en 1642 acogi¨® la primera representaci¨®n p¨²blica de una ¨®pera, hasta entonces privilegio exclusivo de la corte. Pur ti miro, el sublime dueto de amor de Ner¨®n y Poppea que cierra la obra, cantado con finura por Anne Sofie von Otter y Alice Coote y dirigido por John Eliot Gardiner es la primera m¨²sica que emociona al visitante.
La exposici¨®n se recorre cronol¨®gicamente con unos auriculares Sennheiser a trav¨¦s de un sistema de se?ales de wifi repartidas por las salas. Primera y grata sorpresa: tras las palabras de introducci¨®n de Josep Pons, cicerone en algunas etapas del tour, la calidad t¨¦cnica del sonido est¨¢ por encima de la media en este tipo de exposiciones. Adem¨¢s, la tecnolog¨ªa permite el cambio de m¨²sica siguiendo el ritmo que marca el visitante.
Admirar la espl¨¦ndida orfebrer¨ªa veneciana -copas y botellas de cristal con borde azul, cajas de madera con marqueter¨ªa de hueso y lujosos collares- mientras se paladea la exquisita m¨²sica de Monteverdi es un placer, aumentado por la contemplaci¨®n de instrumentos tan preciosos como un clavic¨¦mbalo Alessandro Trasuntino de 153.
Segunda parada: Londres y el estreno en 1711 de Rinaldo, de Georg Friedrich H?ndel, una de las primeras ¨®peras en italiano que entusiasm¨® al p¨²blico londinense: aqu¨ª el vestuario de teatro es primoroso; tambi¨¦n destaca una flauta de ¨¦bano y plata que es una joya. Nuevo salto, ahora a la Viena de la Ilustraci¨®n que en 1786 acogi¨® el escandaloso estreno de Le nozze di Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart.
Preside la sala el soberbio fortepiano de caoba de Franz Xaver Christoph que Mozart toc¨® durante su estancia en Praga para el estreno de Don Giovanni. Tiene mucho encanto el conjunto de abrigo, chaleco y bombachos en terciopelo de seda en color crema, ejemplo del auge de la moda francesa que tanto gustaba al presumido Mozart, cuyo contrato matrimonial figura entre los documentos curiosos.
Salto a Mil¨¢n y el Risorgimento italiano, ilustrado por el estreno en 1842 en la Scala de Nabucco, de Giuseppe Verdi: junto a la partitura original, hay bustos y retratos del compositor y su esposa Giuseppina Strepponi, pero lo m¨¢s elegante es el vestido de seda y sat¨¦n para Violetta (La traviata) creado por Bob Crowley en 1994. Maria Callas como Abigail es una gran opci¨®n como audio, pero se nota que el Covent Garden barre para casa al poner Va Pensiero por su coro y orquesta en lugar de optar por la mod¨¦lica Scala.
De Mil¨¢n a Par¨ªs y el estreno en 1861 de la versi¨®n revisada de Tannh?user, de Richard Wagner, opci¨®n forzada, y discutible, para ilustrar el peso de la ¨®pera bajo el imperio de Napol¨¦on III. Abanicos de encaje de bolillos y seda, un canes¨² de noche del vestuario de la emperatriz Eugenia o una factura de 2.000 francos de la ?pera de Par¨ªs por un palco anual, ilustran el oropel de una sociedad que ve¨ªa la ¨®pera como lujoso entretenimiento.
El Liceo colabora a?adiendo a la muestra una parada que evoca la Barcelona modernista y el estreno en 1896 de Pepita Jim¨¦nez, de Isaac Alb¨¦niz. Obras de Ramon Casas, el piano de Alb¨¦niz, carteles de la Exposici¨®n Universal de 1888 o una r¨¦plica de la bomba Orsini que explot¨® en la platea del coliseo de la Rambla, figuran en un espacio que, como ilustraci¨®n audiovisual, ya que el Liceo sigue sin programar las ¨®peras de Alb¨¦niz, opta por el montaje de esta gran ¨®pera firmado por Calixto Bieito en 2012 en el Teatro Argentino de La Plata.
De Barcelona a Dresde, en pleno auge del expresionismo, con el escandaloso estreno en 1905 de Salom¨¦, de Richard Strauss. No se pierdan los esbozos para la escena de Alfred Roller, los fragmentos de la pel¨ªcula muda de 1923 de Charles Bryant con la actriz rusa Alla Nazinova, que proclamaba abiertamente su bisexualidad para esc¨¢ndalo de retr¨®grados- o los dise?os de vestuario de Salvador Dal¨ª y Gianni Versace, autor de un magnf¨ªco vestido para Herodiade en seda negra y terciopelo con algod¨®n.
La ¨²ltima parada nos sit¨²a en la sovi¨¦tica Leningrado, actual San Petersburgo, con el estreno en 1934 de Lady Macbeth del distrito d Mtsenk, de Dimitri Shostak¨®vich, que fue censurada por Stalin. Hay carteles memorables, en especial una litograf¨ªa del politbur¨®, e im¨¢genes del compositor tocando al piano, como un poseso, una pieza de la ¨®pera.
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