El Sol que alumbr¨® la ciudad 14.000 noches
La sala, una de las m¨¢s ic¨®nicas de Madrid, se concede un homenaje para celebrar sus 40 a?os de historia
La sala El Sol se consagr¨® definitivamente anoche como una madurita interesante. Un 9 de octubre, pero de 1979, abr¨ªa por primera vez sus puertas el hoy c¨¦lebre s¨®tano de la calle de Jardines, una ubicaci¨®n que de aquella no parec¨ªa la mejor de las posibles. A un paso de Montera, en un centro de Madrid degradado y algo s¨®rdido, muchos intentaron persuadir al donostiarra Antonio Gast¨®n de que escogiera un mejor emplazamiento para ese templo de la conversaci¨®n, la m¨²sica y las libertades que le rondaba por la cabeza. Pero el fundador de El Sol era arquitecto de profesi¨®n y cuando visit¨® por primera vez aquella cueva se enamor¨® de esa caracola descendente que serv¨ªa como escalera de acceso. Y ya no hubo m¨¢s que hablar.
La escalinata pervive como s¨ªmbolo y era anoche un hervidero de culturetas y otras gentes de mal vivir que se aprestaban a soplar estas 40 velas de aniversario. Gast¨®n, que traspas¨® el local en 1993 y nos dijo adi¨®s en 2011, a los 72 a?os, habr¨ªa sido ayer feliz al certificar la espl¨¦ndida madurez de su ojito derecho. Hoy cuesta encontrar un grupo con pedigr¨ª que no haya pisado alguna vez ese escenario en el v¨¦rtice de la L que define la planta principal. Tampoco es que al a?orado Antonio le fallara el olfato en sus buenos tiempos: el primer grupo que toc¨® en El Sol, aquel 9-O de cuatro d¨¦cadas atr¨¢s, fue un cuarteto de chiquillos biso?os que ni siquiera hab¨ªa firmado su primer contrato discogr¨¢fico. Se hac¨ªan llamar Nacha Pop y aquella noche le presentaron a la ciudad los tr¨¦mulos versos de un medio tiempo titulado Chica de ayer.
Fue una conmoci¨®n. El local de Jardines 3 hab¨ªa albergado una sala de resonancias a?ejas y algo decadentes, Malambo, donde incluso lleg¨® a actuar el folclorista argentino Jorge Cafrune. Las portadas daban cuenta aquel martes 9 del accidente de un DC-8 de Swissair en el aeropuerto de Atenas, en el que fallecieron 14 personas, mientras EL PA?S se despachaba con un extenso editorial sobre Adolfo Su¨¢rez, elogioso hacia el entonces presidente y cr¨ªtico con ¡°el verticalismo jer¨¢rquico¡± de su UCD. En aquel Madrid convulso, cuando la Movida era un movimiento larvado pero a¨²n no expl¨ªcito, ech¨® a andar una criatura que le ha puesto color ya a m¨¢s de 14.000 noches y ha visto pasar hasta ocho titulares del bast¨®n de mando municipal. A veces con sus roces inevitables, por aquello de las ordenanzas y dem¨¢s sutilezas administrativas.
Hemos visto de todo en El Sol. Alfredo Arias, fot¨®grafo que lleva 20 a?os de ¡°v¨ªnculo no ya profesional, sino afectivo¡± con este rinc¨®n, recuerda docenas de retratos a escasos cent¨ªmetros de los m¨²sicos, ¡°con la mejor luz de escenario de la ciudad¡±. En 2008 era el ¨²nico que acert¨® a pasar por la presentaci¨®n de Lujo ib¨¦rico, de una tal Mala Rodr¨ªguez. ¡°Sali¨® bastante, digamos, perjudicada, y hasta con los a?os se disculpar¨ªa, pero arras¨®¡±. A los t¨¦cnicos les ven¨ªa a la cabeza la noche de las navidades de 2009 en que Neil Hannon, l¨ªder de The Divine Comedy, se encaprich¨® con la idea de que bajaran un piano de cola a estas catacumbas. Lo acabaron consiguiendo. Han faltado, quiz¨¢s, m¨¢s elep¨¦s grabados en directo durante estos ¨²ltimos 480. Pero los hay: Mudhoney, Model Rockets o Los Hermanos Dalton, quiz¨¢ el m¨¢s popular de todos. Y con Josele Santiago (Los Enemigos) li¨¢ndola parda al bajarse a cantar entre el p¨²blico. Algo muy t¨ªpico de El Sol, precisamente.
Mirando atr¨¢s con cari?o
Los visitantes de El Sol se encontrar¨¢n desde hoy con que la pared junto a la escalera de acceso se ha convertido en una exposici¨®n conmemorativa -peque?a, pero muy completa y abigarrada- sobre los 40 a?os del establecimiento. Gracias a esos paneles, muchos descubrir¨¢n que la sala emprendi¨® su camino expidiendo un total de 916 carnets de "socios fundadores" a personalidades influyentes de la cultura, el ocio y las artes en la capital. O que el logotipo, esa especie de astro rey azteca, se remonta a 1993 y es obra de Fernando Mastretta. Otro Mastretta, el hoy ilustre clarinetista Nacho, ejerci¨® como t¨¦cnico de sonido desde ese mismo 1993 hasta 2001. Una de las fiestas esenciales de la Movida, la que promovi¨® la revista La luna el 15 de noviembre de 1983, tambi¨¦n tuvo lugar aqu¨ª y ser¨ªa recreada hace unas pocas temporadas en la serie Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®.
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