¡°Mi mam¨¢ quiere que vuelva¡±
El turismo vive expectante ante la escalada de las protestas en Catalu?a, con visitantes que niegan haber sufrido riesgos y otros que evitan pisar Barcelona
Jooyong Kim muestra en su m¨®vil una fotograf¨ªa de un furg¨®n policial contorneado ante la luz anaranjada de una gran hoguera. La foto es del viernes por la noche, de pocas horas despu¨¦s de que llegara a Barcelona junto a Seonsin Lee. Ambos son coreanos, de 35 a?os, y ayer por la tarde se paseaban por el paseo de Gr¨¤cia reposadamente, mucho m¨¢s que la v¨ªspera anterior, cuando vieron de cerca las revueltas. ¡°Pasamos un poco de miedo, s¨ª, porque vimos fuego muy cerca de nuestro hotel y no estamos acostumbrados a que en las manifestaciones de nuestro pa¨ªs haya violencia¡±, explica Jooyong.
Seonsim cre¨ªa que no se encontrar¨ªan la bronca a la que finalmente han asistido, pese a que vieron im¨¢genes de las protestas del lunes en el aeropuerto del Prat, antes de partir. Pero una vez en Barcelona ni se les ha pasado volver antes de los cuatro d¨ªas que ten¨ªan programados u hospedarse fuera de la ciudad. ¡°Tenemos una reserva hecha¡±, dice Seosim, en una clara referencia al coste extra de cualquier modificaci¨®n de su viaje. De los or¨ªgenes de la protesta saben poco.
Fuentes del sector tur¨ªstico explican que los hoteleros se encuentran con la misma psicosis de septiembre de 2017, cuando sus reservas cayeron con fuerza tras la celebraci¨®n del refer¨¦ndum, el 1-O. El empleado de un establecimiento de apartamentos tur¨ªsticos en la zona de la Sagrada Familia que pide anonimato explica el reguero de cancelaciones y de viajeros que no han llegado en la ¨²ltima semana. Y los que s¨ª han ido preguntan por d¨®nde moverse. ¡°Yo les marco la zona cero y les digo que a partir de las siete de la tarde no se muevan por ah¨ª¡±, explica.
Diferentes embajadas han advertido a sus ciudadanos sobre el riesgo de que se repitan las manifestaciones en la capital catalana. En las p¨¢ginas web de American Airlines y KLM avisan tambi¨¦n del actual contexto. Incluso el ministro malayo de asuntos exteriores ha aconsejado evitar viajes no esenciales a Catalu?a y, a quienes lo hagan, evitar ¡°¨¢reas con protestas y manifestaciones¡±. El operador de cruceros TUI ha ido m¨¢s lejos: decidi¨® esta semana que dos cruceros que deb¨ªan recalar este fin de semana en Barcelona no lo hicieran.
Gwayne y Mary Grace, dos jubilados de Dallas, llegaron el viernes a Barcelona para zarpar en un crucero por el Mediterr¨¢neo. Se toparon con la manifestaci¨®n pac¨ªfica que colaps¨® el centro de la ciudad por Barcelona, a la que calificaron de ¡°amistosa¡± y, tras negar haber visto los disturbios de Via Laietana, Gwayne se desped¨ªa con un ¡°no fear!¡± (¡°Nada de miedo¡±) para seguir su visita expr¨¦s.
Una sensaci¨®n similar era la de Kist Pietra, alemana de 53 a?os que el mi¨¦rcoles descansaba en un banco de la plaza de Catalunya con su marido. Ya conoc¨ªan Barcelona: la hab¨ªan visitado hace justo dos a?os, coincidiendo con los altercados posteriores al 1-O, por lo que recuerdan el apellido del entonces presidente de la Generalitat, Puigdemont. Esta vez tambi¨¦n han visto cargas policiales y barricadas montadas por los manifestantes, imagen repetida entre el martes y el viernes en Barcelona y en algunas otras ciudades catalanas. Las fotografiaron y, como muchos otros, las compartieron con amigos, como si fuera la Pedrera. ¡°No se preocuparon demasiado por nosotros ¡ªexplica Kist¡ª, porque por whatsapp les dijimos que est¨¢bamos bien¡±.
¡°Me imaginaba que ser¨ªa un lugar m¨¢s tranquilo, pero recomendar¨ªa igual Barcelona¡±, explica Nikos Roumeliotis, ateniense que dice estar acostumbrado a las manifestaciones de su pa¨ªs. El martes, mientras esperaba un autob¨²s vio que estaba al lado de una hoguera. Desde entonces decidi¨® tomar medidas para evitar incidentes: alejarse de la plaza de Catalunya y aleda?os, donde se han concentrado estos d¨ªas las manifestaciones. S¨ª hay una cosa que le preocupaba profundamente: la cancelaci¨®n de su vuelo de regreso, hoy domingo. Las aerol¨ªneas que operan Barcelona han anulado m¨¢s de 200 vuelos durante esta semana.
El vuelo tambi¨¦n era una preocupaci¨®n para Rub¨ª Escalante y Lucy Valencia, dos estadounidenses de Arizona. Sentada en el suelo de la Terminal 2 del Prat, mientras com¨ªa de una bandeja de pl¨¢stico comida japonesa, Lucy consultaba el m¨®vil. Hab¨ªan llegado esa misma ma?ana al Prat, en plena huelga general convocada en Catalu?a. En un viaje de ocho d¨ªas pretend¨ªan visitar Londres, B¨¦lgica, Amsterdam, Par¨ªs y Barcelona. Todo iba seg¨²n lo previsto hasta que llegaron a Barcelona, ciudad que decidieron no pisar. Faltan 24 horas para su vuelo, pero rechazan la idea de ir a la ciudad. ¡°Trabajadores de Norwegian ¡ªla aerol¨ªnea con la que han de viajar de regreso hasta Los Angeles¡ª y del aeropuerto nos han recomendado que no salgamos del aeropuerto y no sab¨ªamos qu¨¦ hacer. Tenemos una reserva de hotel y al final no la haremos servir. Nuestras madres han visto im¨¢genes de Barcelona y quieren que volvamos¡±, explica. La espera se les har¨¢ muy larga, pero la opci¨®n de cambiar el billete la consideran excesivamente cara: 900 euros.
Los canadienses Charles Plouffe y Helene Dion (74 y 73, respectivamente) llevaban el mi¨¦rcoles todo el d¨ªa visitando la ciudad. Llegaron el pasado s¨¢bado y enseguida notaron los efectos de las movilizaciones. ¡°El domingo compramos un pase de dos d¨ªas para subir al bus tur¨ªstico. Pero el lunes no lo pudimos usar porque todas las calles estaban cerradas y tuvimos que andar mucho¡±, dice Charles, que ha notado una escalada de la tensi¨®n: ¡°Las primeras manifestaciones nos parec¨ªan pac¨ªficas, pero cada vez son m¨¢s violentas¡±.
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