El genio y la botella
Los partidos resultaron desbordados en 2017 por las entidades soberanistas y ahora ambos est¨¢n siendo desbordados por los grupos radicales
Toda una generaci¨®n de j¨®venes catalanes, la mayor¨ªa aun estudiantes, se est¨¢ iniciando en pol¨ªtica a trav¨¦s de las movilizaciones del independentismo. La sentencia del proc¨¦s ha actuado como un nuevo aglutinador que les ha permitido ensayar nuevas formas de movilizaci¨®n. La virulencia de las primeras noches de protesta tras la sentencia desbord¨® a los propios impulsores. Aunque algunos, como el presidente Quim Torra, hab¨ªan intentado ponerse delante de la manifestaci¨®n al grito de ¡°?Apreteu!¡±, en realidad est¨¢n fuera de juego y el dilema que se le plantea ahora a la d¨¦bil dirigencia pol¨ªtica del soberanismo es c¨®mo canalizar y encauzar toda esa energ¨ªa juvenil.
Los partidos independentistas resultaron desbordados en el oto?o de 2017 por las entidades soberanistas. Y ahora ambos est¨¢n siendo desbordados por grupos radicales que, bajo el paraguas de iniciativas como los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica o Tsunami Democr¨¤tic, han emprendido una movilizaci¨®n permanente al estilo de las protestas de Hong Kong. El abucheo a Gabriel Rufi¨¢n en una de esas protestas es algo m¨¢s que un peque?o incidente.
La calle toma vida propia, fuera de las viejas estructuras de encuadramiento pol¨ªtico, sin documentos program¨¢ticos ni l¨ªderes visibles y cierto repudio de la verticalidad, sea institucional o asociativa. Gran parte de esta energ¨ªa pol¨ªtica se ha organizado a trav¨¦s de cuentas en redes sociales como Anonymus Catalonia, alojada en Telegram, o @Catalunya_life, abierta en Instagram. Sorprende que quienes expresan tanta desconfianza hacia los partidos y l¨ªderes pol¨ªticos conocidos conf¨ªen ciegamente en unas plataformas de cuyos administradores desconocen la identidad.
El d¨ªa antes de conocerse la sentencia, Anonymus Catalonia ten¨ªa apenas 12.000 miembros. En pocos d¨ªas escal¨® hasta 270.000. ¡°No queremos que pienses como nosotros, solo queremos que pienses¡±, proclamaba como reclamo. Estos canales han sido un instrumento muy ¨²til para dar flexibilidad a las protestas, asegurar el efecto contagio y lanzar convocatorias como la que llev¨® a bloquear el aeropuerto en apenas dos horas. Tsunami Democr¨¤tic tiene m¨¢s de 370.000 miembros, con lo que supera el principal canal de comunicaci¨®n en las movilizaciones de Hong Kong y, seg¨²n Telegram Analytics, es el cuarto dentro del apartado de canales pol¨ªticos de esta red. Anonymus Catalonia dispone adem¨¢s de un instrumento, @TardorCalentaBot, que convierte a cada uno de sus miembros en un potencial informador capaz de suministrar datos e im¨¢genes en tiempo real, lo que le permite seguir los movimientos de la polic¨ªa y lanzar consignas. En el momento de m¨¢ximo apogeo lleg¨® a lanzar m¨¢s de diez alertas por segundo.
Lo que ha llamado la atenci¨®n de esas movilizaciones es que los manifestantes buscaban el cuerpo a cuerpo con la polic¨ªa y parec¨ªan no tener miedo pese a la dureza de las cargas. Capuchas, caras tapadas y fuego. La imagen era muy parecida a las de los disturbios de los chalecos amarillos en Par¨ªs o las im¨¢genes que llegaban de Chile, donde ha estallado una protesta tambi¨¦n virulenta: ¡°Nos quitaron tanto, que tambi¨¦n nos quitaron el miedo¡±, rezaba una pancarta en Santiago.
En la manifestaci¨®n de Barcelona del viernes 25, otra pancarta dec¨ªa: ¡°La meva filla no es violenta, es valenta¡±. Es muy significativo que las reacciones al estallido violento de las primeras noches hayan oscilado entre el ¡°As¨ª no¡±, referido a la violencia, y la comprensi¨®n hacia la rabia expresada y sus razones, que un joven encapuchado resumi¨® as¨ª en televisi¨®n: ¡°Diez a?os de manifestaciones multitudinarias nos han ense?ado que ser pac¨ªficos no sirve para nada¡±.
La cuesti¨®n ahora es si esa violencia que vimos los primeros d¨ªas volver¨¢ o no. La primera responsabilidad es de los manifestantes, pero la respuesta policial contribuy¨® a crear una espiral de acci¨®n-reacci¨®n que hubiera podido evitarse. Lejos de desescalar y reducir la tensi¨®n, la actuaci¨®n policial agrav¨® la situaci¨®n con actuaciones claramente fuera de norma, como aquella imagen de un polic¨ªa que propina un fuerte golpe en la cabeza y por detr¨¢s a un manifestante que estaba quieto en el aeropuerto de El Prat. A partir de cierto momento, la actuaci¨®n policial fue m¨¢s contenida y la violencia ces¨®. Pero sigue habiendo un poso de radicalidad que puede estallar en cualquier momento. Ahora se preparan nuevas acciones para el d¨ªa de las elecciones. La tentaci¨®n de intentar auparse a los telediarios del mundo por la v¨ªa de alterar la jornada electoral est¨¢ ah¨ª.
La rapidez con la que los claustros de las universidades y los rectores se han plegado a su exigencia de alterar las normas de evaluaci¨®n para facilitar las protestas les han envalentonado. Quieren poder hacer huelga, pero no quieren asumir ning¨²n coste. El genio ha salido de la botella y ahora habr¨¢ que ver quien lo vuelve a meter. Como en las grandes riadas, quienes alientan la protesta radical pueden verse arrastrados por la corriente.
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