Madrid, a la chica y sin ambici¨®n

Unos d¨ªas en Par¨ªs me han permitido volver a empaparme de la extraordinaria calidad urbana de la ciudad. Todo se ha hecho a lo grande: su eje vertebrador, con una arrolladora personalidad, recto y continuo, de unos ocho kil¨®metros: Louvre-L?Etoile-La D¨¦fense, formado por espacios urbanos de gran belleza y monumentos, hitos de referencia que presentan gran tama?o, singularidad y protagonismo.

Admirables los ensanches construidos durante el siglo XIX, en los que destacan los bulevares abiertos por el Bar¨®n Haussman. Y qu¨¦ decir de las bell¨ªsimas y bien proporcionadas plazas del centro. Todo concebido desde la ambici¨®n urbana de ir creando una gran ciudad, incluida la ¨²ltima actuaci¨®n en la segunda mitad del siglo XX, para desarrollar una nueva centralidad en el remate del gran eje vertebrador, La D¨¦fense.

En Madrid, solo tenemos una pieza urbana que resista la comparaci¨®n con una equivalente de Par¨ªs: el eje vertebrador norte-sur (eje de capitalidad), formado por los paseos del Prado y de Recoletos m¨¢s tarde prolongados hacia el norte por el Paseo de la Castellana y sus tres prolongaciones, en conjunto 6,6 kil¨®metros (10 con la ampliaci¨®n que se hab¨ªa previsto), comparable en personalidad y protagonismo con el del Louvre-La D¨¦fense.

Madrid es una gran ciudad pero no alcanza el nivel de calidad urbana de Londres y, no digamos, de Par¨ªs. El vigente Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de 1997, persegu¨ªa precisamente conseguir un incremento notable de esta calidad que le permitiera acercarse a la de Par¨ªs. Inclu¨ªa tres ambiciosos proyectos: recuperaci¨®n del Centro Hist¨®rico (Casco antiguo y Ensanche decimon¨®nico), preparar a la ciudad para conseguir unos Juegos Ol¨ªmpicos, encallados, por ahora; y la protecci¨®n y desarrollo del ¨¢rea cultural Recoletos-Prado, con solo alguna de sus piezas secundarias ejecutadas.

Tambi¨¦n contemplaba varios importantes desarrollos perif¨¦ricos, concebidos como nuevas centralidades (con una equilibrada mezcla de usos y funciones). A destacar el Proyecto para la Prolongaci¨®n de la Castellana cuya conveniencia vengo defendiendo desde hace 22 a?os, especialmente a lo largo de los siete ¨²ltimos.

A la postre, con gran pesar, habr¨¦ de arriar esta bandera con la autorizaci¨®n definitiva del Proyecto Madrid Nuevo Norte. La Castellana no se va a prolongar y, por tanto, no se va a rematar nuestro gran eje de capitalidad con su ¨²ltima posible prolongaci¨®n y, de paso, vamos a perder otra oportunidad de crear un ¨¢rea urbana de gran calidad, una nueva centralidad lineal estructurada en torno a aquella.

No quiero renunciar a lanzar este grito final en defensa de la conveniencia de prolongar la Castellana. De nuevo, no vamos a hacer Madrid a lo grande, como ha logrado el urbanismo de Par¨ªs, sino a la chica y sin ambici¨®n.

Luis Rodr¨ªguez-Avial es arquitecto. Fue director del Plan General de Madrid y gerente del Consorcio Urban¨ªstico Prolongaci¨®n de la Castellana