¡®Mea culpa¡¯ por el debate de TV3

Una vez terminado el debate de TV3, Jaume Asens y Gabriel Rufi¨¢n, en las declaraciones de balance que recog¨ªa M¨¦s324, pidieron disculpas por c¨®mo hab¨ªa ido todo aquello. ¡°Ha sido un espect¨¢culo lamentable, con muchos reproches y pocas propuestas¡±, resumi¨® Asens. Rufi¨¢n hizo otro mea culpa: ¡°Tengo miedo de haber cansado a la gente. Pido disculpas porque ha sido un debate poco provechoso¡±. No eran los ¨²nicos que estaban preocupados. Los analistas convocados por el programa M¨¦s324 para valorar el debate coincidieron en la pobreza de los contenidos. Durante el mismo debate ya se ol¨ªa que la cosa no funcionaba. In¨¦s Arrimades subray¨® que se emit¨ªa en unas horas que no favorec¨ªa la conciliaci¨®n laboral. Y al mismo moderador, Vicent Sanchis, se le vio un suspiro de fatiga e impotencia. El debate ten¨ªa, dijo, ¡°un esquema r¨ªgido¡±.

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La retransmisi¨®n empez¨® a las diez de la noche y dur¨® dos horas y media largas, lo mismo que el que hab¨ªa hecho el Academia de la TV el d¨ªa antes con cinco l¨ªderes. En TV3 eran ocho, con la novedad de Vox. Mientras que en el del lunes, los atriles los ocupaban hombres en exclusiva y cuatro con corbata¡­ en el de TV3 hab¨ªa cuatro mujeres y ninguna corbata. Si el plat¨® del primer debate era luminoso, con dominio del blanco, TV3 los meti¨® en un ambiente oscurecido, casi tenebroso, un poco Halloween, para entendernos. Al ser ocho, estaban dispuestos en un semic¨ªrculo que favorec¨ªa el cruce de miradas, a diferencia del debate del lunes, donde los cinco estaban alineados en una misma hilera y algunos prefer¨ªan mirar a la c¨¢mara, como si todo fuera el minuto de oro, m¨¢s que no a sus contrincantes. Y tambi¨¦n, como el lunes, hubo un lapsus. Lo tuvo la representante de la CUP, Mireia Veh¨ª, acusando a Rufi¨¢n de haber ido a una boda de la ¨¦lite financiera. Durante el descanso publicitario le debieron de aclarar que Rufi¨¢n no era, y al retomarse el debate se disculp¨® con elegancia.

Hasta el minuto cincuenta ¨Cuno arriba, uno abajo¨C no estaba pensado que hubiera debate libre. Este primer tiempo fue ocupado por preguntas del moderador que ten¨ªan que responder, uno a uno, los invitados. Te¨®ricamente ten¨ªa que haber tres bloques tem¨¢ticos: la cuesti¨®n catalana, la econom¨ªa y la fiscalidad y los pactos. Como siempre pasa, temas como la cultura o la ciencia ni figuraban en el temario pactado. Pero la verdad es que el tema catal¨¢n se desbord¨® y cuando tocaba entrar en el segundo bloque los ponentes volv¨ªan, como si no hubiera sido suficiente, a la discusi¨®n inicial donde, obviamente, tambi¨¦n se trataron los pactos. Total, de econom¨ªa y fiscalidad se repitieron brev¨ªsimas recetas. Sobre el cambio clim¨¢tico o el machismo, apenas una menci¨®n de cortes¨ªa, absolutamente in¨²til. Afortunadamente, viendo que esto acabar¨ªa a las tantas, el moderador pact¨® en directo y a la vista del p¨²blico un dr¨¢stico acortamiento del tercer bloque, entre otras razones porque ya todo parec¨ªa dicho, o evitado, en el asunto de los pactos. Seguramente por fatiga, en la ¨²ltima media hora las pisadas verbales de unos con otros se redujeron considerablemente y, en consecuencia, tambi¨¦n la cacofon¨ªa que en algunos momentos hicieron inaudibles los argumentos y las r¨¦plicas.

Un dej¨¤ vu: Arrimadas mostrando al moderador, y director de TV3, una carta de dimisi¨®n, sugiriendo que la firmara y recrimin¨¢ndole un sueldo de lujo. Ya lo hizo en el mes de abril. Ella y Cayetana ?lvarez de Toledo insistieron en criticar las manipulaciones de TV3 a manos de los nacionalistas. Sanchis, en su papel de moderador, no hizo ning¨²n comentario.

Ernest Benach, en M¨¦s324, propuso repensar la f¨®rmula de los debates. Ser¨ªa prudente hacerle caso.