De qu¨¦ hablo para no hablar de ¡®eso¡¯
Como este oto?o catal¨¢n vuelve a ser caliente y estamos en per¨ªodo de reflexi¨®n, he preparado una lista de temas con los que evitar charlar del ¡®proc¨¦s¡¯ cuando quedo con amigos
Tras a?os fuera de Barcelona, mi agenda se est¨¢ llenando de cenas con amigos y acontecimientos de todo tipo. Y como este oto?o catal¨¢n vuelve a ser caliente y estamos en per¨ªodo de reflexi¨®n, he preparado una lista de temas con los que evitar hablar de eso.
1. Los hijos, que ya trabajan pero no ganan ni para el alquiler. Ya pueden ser m¨¦dicos, periodistas o vendedores de pisos; nuestros hijos no ganan para pagar el alquiler de una vivienda en casi ninguna de las grandes ciudades espa?olas. La media del alquiler es de 819 euros en Madrid. Muchos, pasados los treinta, siguen compartiendo morada con los colegas o los padres. Los optimistas poco exigentes, como mi sobrino Alfredo, acaban encontrando un palomar de 25 metros cuadrados encima de un sobre¨¢tico del Poble Sec de Barcelona. Mi sobrino y su chica celebran, cada a?o, el aniversario del hallazgo con dos copas de rataf¨ªa, pero sin invitados. No caben.
2. Ya no llueve como antes. La ecolog¨ªa nos preocupa a todos, j¨®venes y viejos, por la fuerza de las evidencias. La falta de agua, que se est¨¢ cargando los alcornoques del Alentejo portugu¨¦s, le impide a mi marido sembrar las verduras de invierno. Cada d¨ªa se ducha menos, no vaya a quedarse el pozo sin agua, dice.
Nuestros hijos no ganan para pagar un alquiler. Muchos, pasados los treinta, siguen compartiendo piso
3. Y t¨², ?qu¨¦ seguro tienes? La salud es un tema que llena cualquier tertulia. Si alguien necesita un buen especialista, solo tiene que preguntar a su alrededor. Hace poco, mi experta t¨ªa paterna me sopl¨® el nombre del mejor m¨¦dico de familia de Barcelona. No hay nada como la sanidad p¨²blica, cuyo gasto asciende anualmente a unos 100.000 millones de euros. A su vez, la sanidad privada mueve en Espa?a 30.000 millones, y creciendo. La salud es un comod¨ªn infalible, todos somos pacientes y hasta un poco m¨¦dicos.
4. La crisis del Bar?a, manque gane. Nos invitaron a un hogar ampurdan¨¦s y, al ver lacitos en los balcones, empec¨¦ a sufrir por los prontos de mi navarro acompa?ante y por mi amistad con los comensales. Sin embargo, todo fue como la seda, gracias a las puyas al Real Madrid y a aburrid¨ªsimos comentarios t¨¦cnicos. El f¨²tbol es mano de santo. Lo aprend¨ª con mi madre, que es de las del transistor en la oreja. La suegra ideal si gana el Bar?a.
El f¨²tbol es mano de santo. Lo aprend¨ª con mi madre, que es de las del transistor en la oreja
?5. Ya no te debe faltar mucho, ?eh? La pregunta trampa se refiere a la jubilaci¨®n. A partir de ah¨ª, los jubilados te explican lo bien que se lo pasan o lo dif¨ªcil que es llegar a fin de mes. Todos son expertos en control de costes. A mi alrededor tengo quien esculpe rostros en grandes piedras, el que da la vuelta en bicicleta autonom¨ªa por autonom¨ªa, al prol¨ªfico pintor ¡ªque cambia de estilo con las estaciones¡ª o a quien sale cada noche en busca de gente sin abrigo. En julio de 2019, el n¨²mero de jubilados era de 8,8 millones. Cuatro de cada diez euros gastados por el Estado se dedican a pagar pensiones y otras prestaciones. ?Cu¨¢nto puede aguantar el actual sistema?
6. ?C¨®mo fue anoche? Pensaba, hasta hace poco, que en el Face ya solo entr¨¢bamos los viejos, que lo chulo era Instagram o Tinder. Error. Resulta que algunas antiguas colegas de universidad reciben ¡ªpor mensaje cerrado del Face¡ª convites para salir a dar una vuelta o a cenar. Se trata de amigos de los amigos que son viudos, divorciados o, como dir¨ªa mi madre, alegres sinverg¨¹enzas. El sexo une m¨¢s all¨¢ de los 60.
7. ?C¨®mo est¨¢ tu perro? Dej¨¦ atr¨¢s ocho a?os de empleo ejecutivo y el equipo me invit¨® a cenar. Al acabar me entregaron un papel con la foto de un precioso perro de aguas portugu¨¦s. Mi regalo de despedida iba a ser ¡ªcuando naciera¡ª un cachorro de esa raza. Poco antes de ir a buscarlo la criadora nos comunic¨®: ¡°La madre ha perdido a los cachorros y no sabemos si sobrevivir¨¢¡±. Me tuve que ir al ba?o. Nunca lloro en p¨²blico o en el trabajo.
8. Los comidistas y los comedores. ?Se acuerdan cuando solo ¨ªbamos al restaurante en fiestas de guardar? Ahora, no se acude a ninguna tertulia sin aportar una novedad gastron¨®mica; la ¨²ltima ha sido una casa de comidas, El Lisbeto, en Borba (Portugal). Su arroz de pulpo es memorable. Y mi navarro marido hace una mermelada de limones verdes que empieza a ser muy solicitada. ?l es un puro comidista; yo soy m¨¢s de comedor. Creo que sobrevivir¨¦, incluso conseguir¨¦ votar democr¨¢ticamente. Me perdonar¨¢n la osad¨ªa, pero creo que son temas m¨¢s edificantes y pr¨¢cticos que hablar otra vez de eso.
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