Los peajes de ERC y Junts per Catalunya
Los dos partidos independentistas, enfrentados al Estado y al mismo tiempo entre s¨ª, se preparan a pasar por caja negociando una abstenci¨®n
Comienza la temporada de rebajas en un panorama postelectoral sin sentido de Estado. Por su parte, ERC y Junts per Catalunya, enfrentados al Estado y al mismo tiempo entre s¨ª, se preparan para pasar por caja negociando una abstenci¨®n. V¨¦anse los estantes de identidades maltrechas y di¨¢logos desencuadernados. ERC lleva la ventaja porque al menos aparenta una cierta posibilidad de desligarse de la unilateralidad, si es que se le tiene por cre¨ªble. JxCAT, por el contrario, va desbocado desde que la CUP vet¨® a Artur Mas e impuso a Carles Puigdemont.
Ambas formaciones no han sido expl¨ªcitas a la hora de condenar la violencia en las calles de Barcelona, aunque ERC algo dijo. En todo caso, van a querer justificarlo todo como respuesta a la sentencia del Supremo y ahora mismo como r¨¦plica a los avances de Vox. En eso coincidir¨¢n con la previsible estrategia de Pedro S¨¢nchez: hacedme presidente para que el fascismo no se adue?e de Espa?a.
En este paisaje de deslealtades y contraprestaciones embrionarias, habr¨¢ que ver como maniobra Miquel Iceta. El PSC es el ¨²nico partido proto-constitucionalista que se presta a driblar en esa tierra de nadie que ha cundido entre la Constituci¨®n y el desacato. Ya consigui¨®, gracias a la estrategia de Manuel Valls, que ERC no se hiciera con la alcald¨ªa de Barcelona y que N¨²ria Mart¨ªn presidiese la Diputaci¨®n de Barcelona.
Es as¨ª como el PSC ha ido recuperando poder, mientras Cs le calificaba de no constitucionalista y el PP le ped¨ªa que renunciase a todo pacto con el independentismo. Es cierto que el diablo carga pactos de esta naturaleza, pero el realismo pol¨ªtico obliga a reconocer que Iceta tiene capacidad para intentarlo, aunque haya quedado en la memoria el rastro deplorable de los tripartitos. Es un dato ineluctable que PP y Ciutadans tienen dos esca?os cada uno. De Vox son otros dos. Mucho ha cambiado tras el recuento del domingo.
Interesa saber ¡ªpor ejemplo¡ª qui¨¦n manda en ERC, en plena alternancia de cal y arena. En JxCAT se supone que manda Carles Puigdemont y que Artur Mas espera algo. Lo cierto es que, mientras tanto, Pedro S¨¢nchez no se le pone al tel¨¦fono a Torra. Tel¨¦fono rojo, volamos hacia un di¨¢logo que es una de las trampas sem¨¢nticas habituales, como la sentencia de cien a?os, que Espa?a nos roba o que puedes irte de Espa?a y permanecer en la Uni¨®n Europea. Todo sea por la espontaneidad incendiaria de los CDR. Aunque pueda considerarse una ingenuidad, es algo peculiar que ¡ªdespu¨¦s de las noches de violencia en Barcelona¡ª la CUP todav¨ªa tenga dos esca?os. Uno se pregunta ad¨®nde ha ido el voto de orden, como no sea que es inexistente entre tanta anomia y destrozo institucional.
En ese Black Friday que va a comenzar a causa de la desventurada convocatoria electoral de Pedro S¨¢nchez, no habr¨¢ la menor oportunidad para la autocr¨ªtica del nacionalismo ni para hacer un balance de los costes que ha tenido hasta ahora la insurrecci¨®n nocturna y el bloqueo de La Junquera. Tambi¨¦n corresponde a una cierta idiosincrasia mirar para otro lado cuando se ha llegado a una situaci¨®n tan grave. Olvidar no es la mejor manera de contribuir al pluralismo y a la defensa de los intereses econ¨®micos y sociales de Catalu?a. A un d¨¦bil S¨¢nchez, las exigencias constitucionalmente inasumibles del independentismo le van a llevar a un ex¨®tico bloqueo consigo mismo. El poder o el orden constitucional: para el PSOE ese es un dilema imposible.
Una sociedad desganada incluso ha perdido la curiosidad por saber que ocurre el d¨ªa 18 con Quim Torra juzgado por desobediencia en el TSJC. Unas elecciones anticipadas se ven como una pieza en el tablero. ?Pudiera ser el PSC el voto ¨²til? ?Hacia d¨®nde ir¨¢n los votos que fueron de CS? ?Es factible un bloque constitucionalista? ?Cuajar¨¢ un aggiornamento del pujolismo pre-andorrano? Pero antes tendremos tiempo para constatar hasta qu¨¦ punto las transacciones del catalanismo cl¨¢sico para sustentar la gobernabilidad de Espa?a ¡ªcuya ant¨ªtesis parec¨ªa ser Cs¡ª han ido desnaturaliz¨¢ndose y lo de ahora es m¨¢s propio de un asalto a la diligencia. Ah¨ª est¨¢ Llu¨ªs Llach en La Junquera cantando L¡¯estaca que a finales del franquismo toda la izquierda espa?ola cantaba a coro con velas encendidas. Ahora lo que tenemos son las bengalas incendiarias de los CDR frente a la Jefatura Superior de la Polic¨ªa en V¨ªa Laietana.
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