Momento para la agenda valenciana
En la Comunidad Valenciana al presidente Ximo Puig se le ha abierto, digamos, una ventana de oportunidad con el acuerdo entre S¨¢nchez e Iglesias
Mientras el pasado lunes Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias hablaban de lo suyo -que es lo nuestro- sin luz ni taqu¨ªgrafos, manteniendo en la inopia a sus respectivas huestes y al resto de los actores pol¨ªticos, servidora hac¨ªa lo propio con un dirigente socialista. Acudo a ¨¦l profesionalmente con frecuencia porque me f¨ªo de su capacidad de an¨¢lisis, contrastada a lo largo de muchos a?os de relaci¨®n, y porque esa aptitud no surge solo de la intuici¨®n, sino de la buena informaci¨®n con la que opera.
Tras varios chascarrillos a cuenta del resultado de las urnas y unas cuantas risas para disimular la preocupaci¨®n, me dio como seguro un gobierno del PSOE en solitario merced a la abstenci¨®n del PP; un ejecutivo en precario sometido a buscar apoyos parlamentarios a posteriori en un Congreso m¨¢s fraccionado que nunca. Descart¨® con rotundidad la posibilidad de acuerdo/pacto/coalici¨®n con los de Iglesias o una nueva convocatoria electoral.
¡°Ya sabes lo que dec¨ªa Rubalcaba: semejante disuelve a semejante¡±. Efectivamente, el ahora a?orado Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, qu¨ªmico de formaci¨®n, lanz¨® ese axioma de laboratorio en 2017, durante una entrevista para el Canal Historia conducida por el periodista Manuel Campo Vidal. Y lo coron¨® con una sucinta explicaci¨®n: ¡°Por eso las coaliciones entre semejantes son tan complicadas¡±. Rubalcaba explicitaba de forma tan did¨¢ctica sus reservas hacia Podemos y advert¨ªa a Pedro S¨¢nchez sobre el peligro de estrechar lazos pol¨ªticos con aquellos que disputan un mismo espacio pol¨ªtico. Unos meses antes, el l¨ªder de Unidas Podemos hab¨ªa definido a su organizaci¨®n, en el af¨¢n por convertirse en fuerza hegem¨®nica de la izquierda y superar al PSOE en las urnas, como un partido ¡°socialdem¨®crata, patri¨®tico y plurinacional¡±. Subrayo lo de socialdem¨®crata.
Si, finalmente, se consuma el acuerdo de gobierno entre ambas fuerzas pol¨ªticas y asistimos al alumbramiento de un ejecutivo de coalici¨®n integrado por ministros de las dos bancadas, ocasiones tendremos para ponderar si los temores de Rubalcaba eran o no infundados.
Resulta clamoroso, de momento, el silencio desde las baron¨ªas socialistas, m¨¢s all¨¢ de los mensajes acr¨ªticos escuchados a algunos dirigentes territoriales. Claro que, ?qu¨¦ van a decir el aragon¨¦s Javier Lamb¨¢n, la balear Francina Armengol, el canario ?ngel V¨ªctor Torres, la riojana Concha Andreu, la navarra Mar¨ªa Chivite o el valenciano Ximo Puig? Todos ellos han alcanzado las respectivas presidencias de sus gobiernos auton¨®micos merced a acuerdos similares. Me mata el morbo por saber lo que dicen en privado los ¨²nicos dos caudillos socialistas que presiden gobiernos monocolores gracias a las mayor¨ªas absolutas alcanzadas el pasado mes de mayo, Emiliano Garc¨ªa-Page en Castilla-La Mancha y Guillermo Fern¨¢ndez Vara en Extremadura. Queda pendiente una cita del Consejo Territorial del PSOE donde todos ellos tienen asiento reservado.
En la Comunidad Valenciana al presidente Ximo Puig se le ha abierto, digamos, una ventana de oportunidad. Teniendo de socio en el Bot¨¤nic II a Unidas Podemos y en Madrid un gobierno espejo, nunca como ahora las reivindicaciones de la llamada agenda valenciana deber¨ªan ser atendidas con diligencia, empezando por la inmediata convocatoria del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera que arranque y desatasque las negociaciones para un nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Ya es mala se?al que en el documento del preacuerdo de coalici¨®n dado a conocer estos d¨ªas la llamada agenda territorial se reduzca, para variar, al conflicto catal¨¢n. Y a Teruel. Envidia siento del r¨¦dito medi¨¢tico obtenido por el esca?o de Teruel Existe, tan notable como desapercibido ha pasado el acta lograda por Comprom¨ªs de la mano de I?igo Errej¨®n. En fin.
En el bloque de la derecha valenciana, mientras C¡¯s intenta recuperar la compostura y Vox se regodea del triunfo, el PP toma aliento para aprovechar la ausencia de los primeros y conjurar el avance de los segundos. El magistrado en excedencia y senador popular Fernando de Rosa toma posiciones para asaltar el poder del PP valenciano impulsado por los apoyos que recibe desde Madrid. Aqu¨ª? la fiesta, como dijo aquel, no acaba nunca.
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