Tres euros por aparcar en el para¨ªso de los escaladores

Siurana no quiere morir de ¨¦xito. El peque?o pueblo que cuelga sobre un acantilado de la sierra del Montsant pone coto a la avalancha de visitantes que se acercan a sus estrechas y empedradas calles. Y, desde este mes, lo hace de manera regulada y formal. Pagar tres euros por aparcar o impedir pasar la noche en los p¨¢rkings son algunas de las medidas para evitar la saturaci¨®n de su privilegiado entorno. Y, si hace falta porque ya hay overbooking, se cortar¨¢ la ¨²nica carretera de acceso al pueblo. El control sobre el n¨²mero de forasteros naci¨® como una iniciativa de la asociaci¨®n de vecinos pero al final lo gestionar¨¢ el Ayuntamiento de Cornudella, de donde depende Siurana. ¡°Se trata de regular lo que se ven¨ªa haciendo de una manera as¨ª, as¨ª", ilustra el alcalde Salvador Salvad¨®.

A Siurana se llega por una serpenteante carretera estrecha esculpida entre paredes de roca que hacen las delicias de los aficionados a la escalada. Son centenares los que pasan largas jornadas de escalada en Siurana, y otros muchos los que visitan la zona por su inter¨¦s paisaj¨ªstico. Apelando al sentido com¨²n puede sorprender ver, al lado de esa carretera, se?ales de prohibido aparcar y bolardos. Pero los vecinos de Siurana que viven todo el a?o conocen bien el motivo. Hace unos a?os decidieron coordinarse para resolver el apelotonamiento de coches de los fines de semana. Para evitar el colapso, los 25 vecinos que viven todo el a?o acordaron poner mano en el asunto, a la vez que trataban de sacar provecho del gancho de sus casas y calles: pactaron pedir un c¨¢non a los coches forasteros.

Ramon, un vecino, se hizo cargo de vigilar las dos zonas de aparcamiento y, a cada veh¨ªculo, se le ped¨ªa el pago de ¡°la voluntad¡± que, por norma, ascend¨ªa a dos euros. El desencadenante de la actuaci¨®n vecinal fue ¡°una Semana Santa en que se lio un colapso tremendo, porque hab¨ªa dos kil¨®metros de coches aparcados a ambos lados de la carretera¡±, recuerda Maria Casademunt, responsable del bar-restaurante que hay en la entrada del pueblo y que tras ver c¨®mo sus clientes pod¨ªan tardar hasta ¡°dos horas¡± en salir del pueblo, pidi¨® al ayuntamiento ¡°no hacer m¨¢s publicidad de Siurana¡±.

¡°Al principio hab¨ªa algunos que no quer¨ªan pagar pero normalmente no hab¨ªa problema¡±, cuenta Ramon, que reconoce que no ten¨ªa autoridad si alguien optaba por no pagar. Ahora, el Ayuntamiento se ha adjudicado el servicio de control de los p¨¢rkings de Siurana y, desde el 2 de noviembre, estipula el pago m¨ªnimo en tres euros. La Diputaci¨®n le ha cedido al consistorio la titularidad del tramo de carretera para que gestione dos aparcamientos con 200 plazas. Pelsi Hurtado es el encargado de velar para impedir que se ocupen plazas gratis. El primer d¨ªa de la nueva tasa cont¨® 35 coches, y 19 el segundo. Nada que ver con lo que se espera para los fines de semana, cuando tendr¨¢ el apoyo de Ramon.

La medida cuenta con la aprobaci¨®n de los vecinos pero levanta dudas. Josefina, la responsable del c¨¢mping del pueblo, con capacidad para 70 personas, se pregunta si se realizar¨¢ un control efectivo para que nadie pase la noche en los aparcamientos. ¡°Habr¨¢ que verlo¡±, apunta. Su suspicacia reside en los escaladores que pasan largas temporadas en Siurana instalados en sus furgonetas y que, dice, a menudo se cuelan en el c¨¢mping para usar las duchas. ¡°Es cierto que hasta ahora nadie vigilaba si hab¨ªa veh¨ªculos pasando la noche en las zonas de aparcamiento¡±, admite el alcalde, que apunta que, en manos de la asociaci¨®n de vecinos, el control era ¡°muy d¨¦bil¡±. Anticipa que eso, ahora, va a cambiar.