La dulce madurez de Marwan, el maestro de la primera persona
El madrile?o revienta La Riviera en la despedida de ¡®Mis paisajes interiores¡¯, semanas antes de viajar a Sheffield para grabar su quinto ¨¢lbum
Nadie ha regalado ni una migaja a Marwan Abu-Tahoun, un muchacho que este a?o alcanz¨® las temidas y emblem¨¢ticas 40 primaveras, lleva una d¨¦cada larga publicando discos y poemarios e imparti¨® muchas clases como profesor de Educaci¨®n F¨ªsica antes de poder pagar las facturas con los frutos de su inspiraci¨®n. Pero el muchacho de Aluche con sangre palestina anda enrachado e imparable, tanto como para permitirse gestos inauditos desde la ortodoxia cantautoril. ¡°Por primera vez en mi vida, voy a soltar la guitarra y pasearme por el escenario como una estrella del pop¡±, anunci¨® a las segundas de cambio este jueves en La Riviera, sonriendo como el ni?o a punto de perpetrar la travesura frente al estante de las chocolatinas. Cohibido al principio, con su desparpajo caracter¨ªstico ya enseguida: por ahora no es que se mueva como Chris Martin, pero todo se andar¨¢ (y bailar¨¢).
Ten¨ªa motivos Marwan para permitirse licencias y hasta alg¨²n saltito. La sala no es que estuviera llena, sino que se asemejaba a un gigantesco vag¨®n ma?anero de metro. Docenas, quiz¨¢ centenares de parejas le atend¨ªan sin deshacer el abrazo durante toda la noche. Se infiltraban entre el p¨²blico alg¨²n madurito encorbatado, ni?os de Primaria que aprovechaban con los padres la v¨ªspera del puente, pandillas de chavalitas pregunt¨¢ndose si los milenarios enigmas del desamor no estar¨¢n para siempre resueltos entre verso y verso de nuestro hombre. Conclu¨ªa el trovador barbado la gira de su cuarto ¨¢lbum, Mis paisajes interiores, que en estos dos a?os y algo le han permitido pisar m¨¢s de 200 escenarios, por toda la pen¨ªnsula y sus m¨²ltiples conquistas al otro lado del charco. As¨ª las cosas, ?c¨®mo no sentir que tenemos engatusad?simos a los hados del destino?
Marwan es, como en el t¨ªtulo referido, un maestro de la primera persona. Habla de s¨ª mismo en cada canci¨®n y, por si no fuera ya flagrante el estript¨ªs, se refiere tambi¨¦n a su persona en los soliloquios. Incluso nos detalla c¨®mo Te podr¨ªa decir naci¨® en pelota picada, tras el primer revolc¨®n con una ex despu¨¦s de un a?o de ruptura. La sinceridad y la desnudez: dos armas poderosas. Y el cauce m¨¢s directo hacia la identificaci¨®n y la empat¨ªa. Eso que dec¨ªa Jon¨¢s Trueba en aquella primera pel¨ªcula: todas las canciones hablan de m¨ª. Decenas de personitas en trance de padecimiento sentimental se sienten reflejadas en esa primera persona.
Insisti¨® Marwan en que, aun siendo un ¡°s¨²per rom¨¢ntico¡± manifiesto, espera habitar su propia ¡°ciudad de las contradicciones¡± y reflejar otras facetas, incluso aquellas ¡°con las que no te aplauden tanto¡±. En lo musical, ese esfuerzo se traduc¨ªa en su ¨²ltimo trabajo en canciones algo m¨¢s complejas. Mi ¨²nico motor sue?a con el pop de pabellones y hasta incluye un ¡°ohh ohohohoh ohh¡± y una de esas modulaciones ascendentes a palo seco. Pero el mayor logro lo encontramos con La ecuaci¨®n y sus enf¨¢ticos frenazos en seco, la ¨¦pica solemne y ese estribillo para exhibir una garganta que resiste notas bien agudas. Un esfuerzo loable para orillar un poco la escuadra y el cartab¨®n que destap¨® involuntariamente (suponemos) David Otero justo antes de compartir Renglones torcidos: ¡°En el camerino me he dado cuenta de que el estribillo de la canci¨®n que voy a cantar ahora entraba en cualquiera de las cuatro anteriores¡±. ¡®Maru¡¯, como le llaman los allegados, se medio ruboriz¨®: ¡°Debe de ser que me repito con la armon¨ªa...¡±.
Ir¨¢ progresando esa parte de la historia, aunque Siempre est¨¢s t¨², el adelanto del disco que comenzar¨¢ a grabar en enero en Sheffield, no invita precisamente al optimismo en ese aspecto. El crecimiento, en todo lo dem¨¢s, se evidencia espectacular. Aquel joven que vagaba de barecito en barecito de cantautores ahora llena rivieras y prices como si tal cosa. Aquel esforzado y casi an¨®nimo relator de corazones deshilachados y egos malheridos pudo convocar este jueves de una sola tacada a Pedro Guerra, Ismael Serrano, Funambulista, Rozal¨¦n, Luis Ramiro y Pez Mago, ilustre aristocracia del gremio. Muchos quilates.
¡°Ponme luz para veros un momentito, que esto es incre¨ªble¡±, rog¨® Marwan al t¨¦cnico en uno de sus merecidos momentos de autoestima. Lo mejor de saberse respaldado es que pueden certificarse verdades como pu?os. ¡°?Se me oye bien? Porque hay algunos a los que yo oigo de puta madre¡±, les lleg¨® a espetar a esos charlatanes patol¨®gicos que siguen dando la brasa en las salas. Y enfervoriz¨® al personal con sus consignas hoy m¨¢s ineludibles que nunca en los ¨²ltimos 40 a?os (¡°A los fascistas se les planta cara siempre¡±) antes de abordar Necesito un pa¨ªs, uno de los a¨²n escasos ejemplos en que su repertorio pasa de la primera persona del singular a la del plural.
¡°Adolescencia es esa etapa en la que uno piensa que masturbarse mucho es algo absolutamente pasajero¡±, se carcaje¨® Marwan sobre la canci¨®n respectiva. Ahora, inmerso en su dulce madurez, le toca ir pensando en acariciar un poco tambi¨¦n a los dem¨¢s.
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