Un concierto con carga el¨¦ctrica
La Sinf¨®nica celebra el 24? concierto de Navidad de Naturgy un a?o despu¨¦s del cierre del Museo de Arte Contempor¨¢neo por parte de la empresa energ¨¦tica
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia ha tocado el tradicional Concierto de Navidad, que viene celebrando desde hace ya 24 a?os para la empresa energ¨¦tica heredera de la que fue predominante en Galicia. Como anteriores conciertos de Navidad, este fue ocasi¨®n para la asistencia anual de Alberto N¨²?ez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, quien estuvo acompa?ado en el palco del Palacio de la ?pera por directivos de la compa?¨ªa. Este concierto ha tenido lugar cuando a¨²n se carece de perspectivas de soluci¨®n a dos temas de suma importancia cultural para la ciudad, como son la deuda acumulada de la Xunta con el Consorcio para la Promoci¨®n de la M¨²sica y la falta de verdaderos planes para los fondos del MAC (Museo de Arte Contempor¨¢neo). A este respecto, este mes se cumplir¨¢ un a?o del cierre de este museo y del cese de sus m¨²ltiples y fruct¨ªferas actividades culturales.
El concierto comenz¨®, 15 minutos m¨¢s tarde de la hora se?alada, con la interpretaci¨®n por la sinf¨®nica y su director titular, Dima Slobodeniouk, de la Sinfon¨ªa n? 29 en la mayor, KV 201 de Mozart (1756 - 1791). El Allegro moderato inicial tuvo un notable contraste din¨¢mico, el di¨¢logo entre violines y violas tras la modulaci¨®n result¨® encantador y la reexposici¨®n tuvo momentos de notable brillantez que hicieron permitieron pasar por alto alg¨²n peque?o desajuste.
La sutileza fue la caracter¨ªstica m¨¢s notable del Andante, con el resultado de una sensaci¨®n del esp¨ªritu. El Minueto tuvo densidad de sonido y ligereza de tempo y un buen contraste de este en el Trio. Empezado casi en attacca -sin soluci¨®n de continuidad- el Allegro con spirito final tuvo, en esta versi¨®n de Slobodeniouk y la Sinf¨®nica, un gran contraste din¨¢mico. Una cierta sensaci¨®n de oposici¨®n y desaf¨ªo en el canto de los temas por las diferentes secciones de la orquesta llev¨® la obra a un brillante final.
En el descanso los asistentes fueron obsequiados con cava, dulces y chocolate. De vuelta cada cual a su lugar, la obertura de La gazza ladra de Gioacchino Rossini (1792 - 1868) tuvo una interpretaci¨®n sobresaliente en ritmo y manejo de las din¨¢micas. Los crescendi tuvieron sabor rossiniano ¨Cla impronta de Alberto Zedda sigue firme en la OSG; gracias maestro- y los cambios r¨ªtmicos fueron de gran precisi¨®n. Solo se ech¨® algo en falta un mayor toque de gracia y calidez meridionales.
Cerraba el programa Leonard Bernstein (1918 - 1990), con las Danzas sinf¨®nicas de su obra m¨¢s popular, West side story. La Sinf¨®nica estuvo espl¨¦ndida de sonido y sentimientos desde el Prologue al Finale y su entrega, como de costumbre, fue total: gozando y haciendo gozar de la m¨²sica que hac¨ªan ¨Cesa receta casi infalible para el ¨¦xito de unos int¨¦rpretes-. La ternura de Somewhere, con una preciosa suspensi¨®n de sonido, fue seguida por los ritmos del Scherzo y el Mambo, con el gozo del trabajo bien hecho transmitido por la secci¨®n de percusi¨®n. Orquesta y director hicieron crecer la creciente tensi¨®n ambiental de la Meeting scene al m¨¢ximo entre el antepen¨²ltimo n¨²mero, Cool fugue y el pen¨²ltimo, Rumble (estremecimiento)-. El car¨¢cter meditativo del Finale termin¨® de redondear la versi¨®n.
Al final, como es costumbre en estas fechas, la consabida, trillada y parece que inevitable Marcha Radetzky. El p¨²blico invitado de la compa?¨ªa energ¨¦tica, dando palmas a comp¨¢s bajo la direcci¨®n de Slobodeniouk, tuvo en ella su habitual raci¨®n navide?a de protagonismo. Un premio merecido: por primera vez en estos conciertos, desde tiempo inmemorial, no hab¨ªa sonado ni un aplauso entre movimientos de la sinfon¨ªa. Seguimos avanzado.
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