El a?o que vivimos judicialmente
Es una m¨¢xima que lo que va mal es susceptible de empeorar. As¨ª ha sucedido y as¨ª seguir¨¢ hasta que la pol¨ªtica no vuelva a recoger la manzana que dio a morder a la justicia
El balance de un a?o tiene que ver con el car¨¢cter de la persona. Si uno es pesimista har¨¢ constar las p¨¢ginas negativas por encima de las positivas. Y al contrario si se invierten los t¨¦rminos. Tambi¨¦n pesan las expectativas que se trazaron, convertidas estos d¨ªas en base de las que se esperan para el tiempo siguiente. Ya lo advirti¨® Leon Tolstoi en Ana Karenina: todo depende de nuestra capacidad de reflexi¨®n. Y en estas circunstancias, habitualmente se consigue controlar el pasado e idear planes para el porvenir. La medianoche del 31 es el paradigma de este deseo y la uva su fruta canalizadora.
La ¨²ltima semana del a?o se caracteriza por repasar lo que queda atr¨¢s del periodo que muere. Y nos damos cuenta de cu¨¢ntos detalles olvidamos y cu¨¢ntos confundimos porque la memoria nos la hacemos selectiva. El tiempo, veloz, se nos escapa y la intensidad con que nos vemos obligados a vivirlo pasa a ser directamente proporcional a la incapacidad para absorberlo todo. Pero a pesar de transitar en ¨¦poca de turbulencias permanentes siempre quedan claras algunas ideas, muchos conceptos y unos cuantos destellos que por su fulgor deslumbrante dif¨ªcilmente desaparecen.
Nadie pondr¨¢ en duda que el 2019 espa?ol nos deja como legado el protagonismo de la justicia. Y como si de las tres partes en las que se divide una obra de teatro se tratara, lo que empez¨® siendo una exposici¨®n de los hechos del oto?o catal¨¢n de 2017 ha acabado con una vuelta de tuerca propia del principio de contradicci¨®n. La justicia ha sido juzgada. El nudo fue el juicio m¨¢s importante que se ha celebrado en d¨¦cadas. La Causa Especial 20907/2017 se inici¨® el 12 de febrero y finaliz¨® el 14 de octubre con la publicaci¨®n de la sentencia. Pero lo que parec¨ªa el punto final del proceso que nunca debiera haber sido por significar la impotencia, la incapacidad y la nulidad de la pol¨ªtica ¡ªcomo tambi¨¦n opinaba entonces alguno de los magistrados de la sala¡ª se convirti¨® en un amago. Y as¨ª, dos meses y cinco d¨ªas despu¨¦s, se interpretar¨ªa una ¨²ltima escena imprevista para una parte del p¨²blico que ya hab¨ªa abandonado la platea. Una retranca final que depara nuevos episodios porque en tiempos de Netflix toda narraci¨®n tiene su serie. Y toda serie sus temporadas.
Hay demasiada cerraz¨®n entre quienes siguen defendiendo una Espa?a con olor a naftalina
Es una m¨¢xima que lo que va mal es susceptible de empeorar. As¨ª ha sucedido y as¨ª seguir¨¢ hasta que la pol¨ªtica no vuelva a recoger la manzana que dio a morder a la justicia. La que cometi¨® el desliz apresurado de dejar visto para sentencia el 12 de junio un proceso que al d¨ªa siguiente, el 13, y con la proclamaci¨®n oficial de los resultados electorales al Parlamento Europeo del 24 de mayo, otorgar¨ªa inmunidad al primero de los acusados a quien condenar¨ªan a 13 a?os de c¨¢rcel. Y todo se revolvi¨®.
Eso les pasa por creerse a pies juntillas el relato del Tribunal Supremo, clama el abogado Gonzalo Boye, actor que no tuvo papel en la representaci¨®n hasta ahora porque el suyo ten¨ªa que ver con la defensa de quien, sobrevolando la obra y siendo citado en diversas ocasiones, nunca pis¨® el proscenio. Las circunstancias han querido, no obstante, que Carles Puigdemont se convierta, de momento, en el gran protagonista y se beneficie del fallo del Tribunal Superior de Justicia de la UE que apoy¨® la reclamaci¨®n de Oriol Junqueras. El interesado convertido, tambi¨¦n de momento, en el perjudicado. La pr¨®xima semana concluye el per¨ªodo de cinco d¨ªas para que las partes, cual guionistas, expongan sus consideraciones sobre un fallo que revierte un proceso que nos va a seguir dando durante los meses venideros muchos titulares y m¨¢s quebraderos de cabeza.
Pirandello no hubiera podido escribirlo mejor. Aqu¨ª todos los personajes siguen buscando a su autor. Y este se hace el escurridizo porque ya no controla a sus hijos imaginados porque tienen vida propia. Hijos de un momento pol¨ªtico cuya mirada posterior ha demostrado vergonzante y cuyo reconocimiento durante el juicio ha dejado la impresi¨®n de una improvisaci¨®n para la que los actores no estaban preparados. Tampoco los jueces ni los fiscales. Las prisas para acabar su parte de la funci¨®n les jugaron una mala pasada. Demasiado ¨¢nimo vengativo entre togados. Demasiada cerraz¨®n entre quienes siguen defendiendo una Espa?a con olor a naftalina. Fuera del teatro, el aire es m¨¢s n¨ªtido. Y el p¨²blico regresa a casa tras la larga y sorprendente representaci¨®n, d¨¢ndose cuenta de que puede respirarlo con mayor libertad y esperanza. Y eso le invita a tener una mirada serena, amplia, continental. La mirada que deber¨ªa hacer suya la pol¨ªtica para el a?o que empieza y convertirla en su prop¨®sito principal. Una mirada constructiva para evitar seguir viviendo judicialmente.
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