Voces de mujer
Resulta que el tono de las j¨®venes ha descendido 23 hercios en cinco d¨¦cadas (desde 1945 hasta inicios del XXI). Coincide ese tono m¨¢s oscuro con el ascenso de la mujer a papeles relevantes
Siempre he querido cantar; pero pronto, en la adolescencia, me avisaron que mi voz jam¨¢s llegar¨ªa a ser de soprano (lo eran las de mi abuela y mi madre), tampoco de mezzo. ¡°Contralto¡±, fue la cari?osa sentencia. Solo un 2% de mujeres tiene ese timbre grave y oscuro. Las voces de mujer ¡ªvariadas, algunas incluso virtuosas¡ª son, fuera de los escenarios, poco escuchadas o menos requeridas para liderar y dar opini¨®n. Al cierre de 2019 seguimos lejos de la igualdad tanto en la econom¨ªa como en la pol¨ªtica. El pr¨®ximo hemiciclo espa?ol ya no ser¨¢ el m¨¢s paritario de Europa, un t¨ªtulo conseguido en la XII legislatura con Pedro S¨¢nchez. En 2020, las mujeres tendr¨¢n menos voz.
En las ¨²ltimas elecciones generales, la obra la cantaron cinco tenores (los l¨ªderes de los principales partidos) y, tras el 10-N, la paridad en el Congreso de los Diputados empeor¨® en cuatro puntos. Ese resultado fue consecuencia del ascenso de Vox ¡ªcuyo numeroso grupo est¨¢ formado por un 73% de varones¡ª y de la abrupta ca¨ªda de Ciudadanos. La pr¨®xima investidura deber¨¢ ser votada por un Congreso con el 43% de mujeres. S¨®lo despu¨¦s, la decimocuarta legislatura de la democracia espa?ola tendr¨¢ presidente. Desde 1978, ocho hombres han ocupado ese cargo. Ninguna mujer ha estado cerca de conseguirlo.
Las mujeres no deber¨ªan forzar el tono ni asumir los h¨¢bitos de los varones. La igualdad es un derecho
Las 151 nuevas diputadas, 13 menos que en la anterior legislatura, se enfrentar¨¢n, junto a sus 199 colegas masculinos, a temas complicados, dado el peor escenario econ¨®mico y los conflictos territoriales, que siguen sin resolverse. Vamos a necesitar voces de todo g¨¦nero. Con graves reforzados y capacidad para el vibrato r¨¢pido. En la pol¨ªtica espa?ola hacen falta sopranos, las voces de m¨¢s elevado rango. Solo la reciente dimisi¨®n de Albert Rivera dio el liderazgo de un partido a una mujer, In¨¦s Arrimadas. Es pronto para saber si ella ser¨¢ capaz de recuperar el espacio perdido por el centro; necesitar¨¢ dar el Fa sobreagudo, el que alcanzan las sopranos de coloratura. Los hombres, con excepci¨®n de los antiguos castrati, se rompen ante esa nota tan aguda o caen en el falsete.
Ni siquiera Carmen Calvo ¡ªque obtendr¨ªa una vicepresidencia en un Gobierno de PSOE y Podemos¡ª cantar¨¢ un primer papel. No me extra?ar¨ªa que Carmen, al igual que el 40% del g¨¦nero femenino, tuviera voz de mezzo. Es una tesitura (rango entre notas) intermedia, a la vez que importante; igual a la de cantantes l¨ªricas como Cecilia Bartoli y Teresa Berganza o de estrellas del pop como Madonna.
En el escenario econ¨®mico, la igualdad tampoco avanza a gran ritmo. Las empresas del Ibex no han conseguido cerrar el ¨²ltimo ejercicio alcanzando el objetivo europeo del 30% de presencia femenina en los Consejos de Administraci¨®n. A cierre de a?o, se ha alcanzado un 27,4%. Y, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de PwH, solo el 9% de los altos ejecutivos espa?oles son directivas.
Sea cual sea el tono, ha llegado la hora de escuchar a mezzos y sopranos el cargos de responsabilidad
?Hay algo en nuestras voces que impide que seamos escuchadas? Cada voz es, desde luego, ¨²nica. Y es en el tono, la altura que resulta de la frecuencia de las vibraciones de las cuerdas en la laringe, donde empieza la diferencia. La voz de la mujer, con cuerdas vocales finas y mayores vibraciones, es aguda; la del hombre, con cuerdas m¨¢s gruesas, es grave. Diversos estudios fon¨¦ticos desvelan que el p¨²blico, los oyentes, prefiere las voces graves. Se perciben como m¨¢s cre¨ªbles.
Margaret Thatcher deb¨ªa saberlo. La que fue primera ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990 contrat¨® a un educador para conseguir que su voz sonara profunda. Consigui¨® bajar el tono en 60 hercios (unidad de frecuencia); su mandato fue de los m¨¢s largos del Reino Unido.
La Universidad de Australia del Sur compar¨®, para una investigaci¨®n cient¨ªfica, grabaciones antiguas y modernas realizadas entre mujeres de 18 a 25 a?os. Resulta que el tono de las j¨®venes ha descendido 23 hercios en cinco d¨¦cadas (desde 1945 hasta inicios del siglo XXI). Coincide ese tono m¨¢s oscuro con el ascenso de la mujer a papeles relevantes. Copiar las voces no es sino una forma de integraci¨®n en las formas de quienes dirigen el mundo. Sea cual sea el tono, ha llegado la hora de escuchar a mezzos y sopranos, palabra esta ¨²ltima que se origina en el t¨¦rmino latino supra y significa ¡°por encima de¡±.
Pueden cantar con calidad un rango de notas m¨¢s alargado que cualquier tenor. Las mujeres no deber¨ªan forzar el tono ni asumir los h¨¢bitos de los varones. La igualdad de g¨¦nero es un derecho y conseguir la paridad real ¡ªtener voz¡ª el gran objetivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.